Los registros con los datos de maltrato infantil de nuestro país
sólo reflejan una pequeña parte del problema, ya que “se estima que
la cifra es aproximadamente 10 veces superior a la que se ha podido
recabar en los registros oficia les”,
según ha subrayado el director del Centro Reina Sofía para el
Estudio de la Violencia, José Sanmartín.
De este modo, la cifra real de maltrato infantil en España se estima
en un 8 por ciento, frente al 0,8 por ciento de, por ejemplo, las
denuncias registradas por el Ministerio del Interior. Esta
estimación ha sido realizada por José Sanmartín en la mesa redonda
“Violencia en la infancia y en la adolescencia”, que ha tenido lugar
en el seno del XI Congreso Nacional de Psiquiatría, que se celebra
estos días en Santiago de Compostela.
El director del Centro Reina Sofía hizo referencia a la multitud de
definiciones existentes actualmente sobre maltrato infantil, que en
muchas ocasiones no engloban el problema en su conjunto por ser
excesivamente descriptivas, e -incluso- llegan a originar confusión.
Así, abogó por considerar como maltrato infantil “toda aquella
acción u omisión intencional que causa un daño o puede causarlo a un
niño”.
Tipos de maltrato
El experto hizo un repaso por los diferentes tipos de violencia
contra los niños y adolescentes. Así, apuntó a que el tipo de
maltrato que más se registra actualmente es el maltrato emocional,
“que lo sufren 6 de cada 10 niños maltratados”. “Es importante saber
que este maltrato no consiste en las secuelas psicológicas que
siguen de otros tipos de maltratos, sino que son aquellas palabras o
gestos que reducen la autoestima o minusvaloran al menor”. Sanmartín
alertó de que este tipo de violencia se manifiesta en frases del
tipo “tú no vales nada” o “que habré hecho yo para merecer este
hijo”.
Durante la mesa redonda puso de relieve que existe una forma de
maltrato infantil que no se suele denunciar y que es casi
“invisible” para la sociedad: el abuso sexual. Las razones de esta
circunstancia estriban en que “casi todo el abuso sexual ocurre
dentro de la familia”, en un ámbito íntimo, lo que provoca la
existencia de “mecanismos para ocultarlo a la sociedad”. Además,
también influye el hecho de que “a lo largo de la historia de la
Humanidad, el abuso sexual ha sido estigmatizado por la sociedad”,
por lo que permanece oculto.
En España, esta violencia afecta a 4 de cada 100 niños maltratados,
por lo que el experto lo consideró como “minoritario” aunque recalcó
su gravedad, ya que este tipo de maltrato suele aparejar en la
víctima problemas físicos y, sobre todo, psicológicos.
Por otro lado, se refirió también al maltrato físico, que se produce
en 4 de cada 10 niños que sufren maltratos y es el que más se suele
detectar, y a otros menos extendidos, como el maltrato económico.
En contraste con los tipos anteriores de maltrato –en los que el
agresor realiza siempre una acción-, José Sanmartín llamó la
atención sobre las “negligencias y las omisiones, que son el tipo de
maltrato dominante en nuestra sociedad”. El experto calificó este
tipo de violencia como “aquélla en la que voluntariamente no se hace
algo que es necesario para la salud mental o física del menor, como
no vacunar al niño, o no atender a las necesidades educativas que
tiene, siempre que esto atienda a una voluntad de no hacerlo”.
Factores de riesgo
El director del Centro Reina Sofía expuso a los principales factores
de riesgo que se suelen dar en las personas que ejercen la violencia
sobre niños y adolescentes. Así, dijo de estos maltratadores que
“suelen ser personas egoístas o egocéntricas, que ven a los demás
como instrumentos para conseguir algo y no como iguales. Son
personas que no practican la empatía, que no se ponen en el lugar
del otro; y que, además, son hedonistas: no aguantan bien los
contratiempos y buscan primordialmente su placer”.
Además de las características anteriores, el experto puso de relieve
el hecho de que en el período 2005-2006, de cada 10 niños que fueron
víctimas de maltrato infantil en España, en cuatro casos los
agresores habían consumido gran cantidad de droga; alcohol en el
caso de los hombres y otro tipo de drogas en el caso de las mujeres.
Por último, un factor muy evidente en los maltratadores lo
constituye el que “estas personas suelen interpretar muy mal la
información social que les llega y, en especial, la información que
les viene del niño. Por eso, en muchas ocasiones interpretan
reacciones normales de los menores como retos a los que se tienen
que enfrentar”. Según Sanmartín, “este cúmulo de factores de riesgo
puede ayudar a comprender lo que en ocasiones parece casi imposible:
que un padre o una madre acabe agrediendo –y en ocasiones matando- a
su propio hijo”.
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