Los principios de los 90 fueron una etapa realmente interesante para los videojuegos de PC. Los subgéneros estaban apenas recién creados, así que aún se permitía una libertad considerable en las formas y en los contenidos de todos los juegos, dando como resultado experimentos de todo tipo. Alguno de estos experimentos ha trascendido en los juegos de hoy, creando escuela, como Alone in the Dark, en el que se basan series tan exitosas como Resident Evil; otros se quedaron como joyas únicas en el panorama, y otros se han quedado como pequeños juegos de culto que pocos conocen y que alguno disfrutó completamente. Sin duda Infogrames (la de entonces) está plagada de ese tipo de experimentos, y entre ellos está Eternam, una aventura que llamó moderadamente la atención entonces y en los años siguientes, ligeramente en la época del "abandonware", y que ahora apenas se recuerda. Y no es, precisamente, un juego mediocre.
El protagonista de Eternam es Don Jonz,
quien tras correr innumerables aventuras a través de la galaxia, necesita un descanso. Justo entonces recibe un premio
inimaginable: unas vacaciones pagadas a Eternam, el parque temático más grande del universo, con zonas dedicadas
a épocas históricas distintas.
Lo que Don no se imaginaba es que ese parque temático es en realidad una trampa de su archienemigo, que le quiere dejar atrapado en un mundo lleno de peligros. Don tendrá que intentar sobrevivir a cada época histórica, donde todos se creen que pertenecen a ese tiempo, arreglar todo tipo de problemas (incluso incongruencias espacio-temporales), y finalmente luchar contra su enemigo y largarse de allí. Además, Don contará con la ayuda de Tracy, que desde un ordenador portátil le irá dando consejos y apoyo moral, y le advertirá de problemas.
El interfaz de Eternam es bastante
extraño. Por una parte está el viaje entre escenarios, en una perspectiva en primera persona, con polígonos
y bitmaps pixelados y feos, donde de vez en cuando hay que disparar a un bicho que quita energía (energía que se
repone automáticamente), y donde hay que esquivar el agua. Por otro lado está la perspectiva aventurera, en tercera
persona, donde el personaje se maneja a través del teclado. En la parte inferior de la pantalla aparecen unos iconos que
definen cada una de las acciones que puede realizar el protagonista: coger, usar, hablar y mirar, además de las opciones de
disco. Esto da la engañosa impresión de que se trata de un juego sencillo.
Los objetos pueden estar en cualquier parte, pero antes el protagonista debe localizarlos. Esto quiere decir que la tecla que activa la opción "mirar" debe estar pulsada para que cada objeto pueda ser captado por Don en su línea de visión, para luego poder cogerlo. Otra dificultad del juego radica en que casi ningún personaje repite lo ya dicho o habla más de una vez con el protagonista, con lo cual es fácil que se escapen pistas en las conversaciones.
El juego empieza en un castillo
medieval muy surrealista, en el que hay que pasar tres pruebas, y donde el protagonista puede morir tantas veces como sea necesario,
ya que un doctor alemán le recompone tras cada muerte. El problema es que a medida se avanza en el juego, las pistas empiezan
a encontrarse de forma más dispersa, y a ser mucho más aleatorias. Además, las muertes súbitas empiezan
a ser desagradablemente numerosas a partir de la segunda zona (la Revolución francesa), y no hay nadie para recomponer al
protagonista del juego, como en el castillo inicial, lo que obliga a grabar a menudo. Esto, junto con sorpresas como quedarse sin
dinero sin saber dónde poder cogerlo, hacen necesario cargarse de paciencia para completar el juego.
Lo más positivo del juego es que es divertido. Las parodias de todos los iconos de la cultura popular no cesan, y hay algunos chistes realmente ingeniosos. En todas las zonas existe una historia de fondo que da vidilla a los pequeños enigmas que las rodean, y la forma en que se llega al enfrentamiento final tiene cierta tensión. Existe algo en Eternam que hace que todos estos contratiempos que forman los enigmas tengan su gracia, algo directamente sacado de las aventuras de LucasArts, y por otra parte, el juego es muy largo, con puzzles elaborados y muchos escenarios para explorar.