El Valencia ha estado a punto de tener un problema en la portería, si no llega a ser porque el técnico Unai Emery decidió, antes de que comenzara la temporada, quedarse con tres porteros en el primer equipo. Ahora, un día antes de que el Valencia se enfrente al Real Madrid, los valencianistas se encuentran en la situación de que el primer portero de la plantilla, César Sánchez, no se ha recuperado de su lesión y el segundo, Miguel Àngel Moyà, está de baja. Así pues, en el Santiago Bernabéu la portería del Valencia estará ocupada por Vicente Guaita. Y, si no pasa nada y César no se recupera a tiempo, esta próxima semana jugará ante el Manchester United en el legendario Old Trafford.
A colación de esto, saco a la luz una entrevista que le hice al portero valenciano, como parte del trabajo de una de las asignaturas de la carrera universitaria, hace dos años y cuyo titular parece un presagio de lo que ahora le está sucediendo al joven guardameta:
“Jugar la Champions sería lo más grande”
Dedicado a su trabajo y a su familia, Guaita ha mostrado una gran entereza dentro de un Valencia que se desmorona por momentos. El joven portero, que cuenta con el salario más bajo de la plantilla, repasa con nosotros su trayectoria futbolística, el día a día en el Valencia y la relación con los suyos.
Guaita (Vicente Guaita Panadero), tercer portero del Valencia Club de Fútbol (VCF) se muestra tranquilo y sereno. Es una persona íntegra y madura que aparenta más de 22 años, su edad. Tiene los pies en el suelo. Es capaz de trazar una línea perfectamente recta entre su vida profesional y su vida personal. Compañero de sus compañeros y amigo de sus amigos, en el vestuario se ha convertido en uno más de la plantilla, un grupo, donde reina el afán de liderazgo y los salarios millonarios.
Entre tanta estrella, Guaita brilla con luz propia. Él es especial. Viene de jugar en un equipo de colegio, como tantos otros niños de la Comunitat Valenciana. Pasando por todos las categorías inferiores del Valencia, un día fue llamado por Unai Emery (entrenador del Valencia) para jugar en el primer equipo. Aunque sus primeras actuaciones no fueron demasiado afortunadas, se siente muy agradecido al míster por haberle dado la oportunidad de subir al primer equipo. Un canterano, valenciano y valencianista de toda la vida, no puede aspirar a más.
De la escuela Monte-Sión a la escuela del Valencia.
Siempre ha jugado en el equipo de su colegio Nuestra Señora de Monte-Sión de Torrente, ciudad donde nació. “Me fui en Cadete B. En Infantiles (a mitad de Infantiles) empecé a entrenar con ellos, pero firmé en Cadete, porque me quedé a acabar la temporada con el equipo del colegio. El año de Cadete me vine para acá”. “Dos años de Cadete, tres años en Juvenil (que son cinco), y en el filial estuve en Segunda B, Tercera y ahora este año en Segunda B otra vez. Ocho años ya aquí”.
Después de casi una década en la cantera valencianista, el verano de 2008, Guaita se sorprendió cuando Unai Emery lo citó para hacer la pretemporada con la plantilla del primer equipo en Ermelo (Holanda). El 26 de julio de 2008 debutó en el VCF en partido amistoso contra el VFL Bochum de Alemania. Fue el dos de octubre del mismo año cuando se estrenó en partido oficial, concretamente en el campeonato de la Copa de la UEFA contra el Marítimo de Portugal. Desde ese momento y hasta el día de hoy, Guaita ha alternado su participación con el primer equipo y el filial. El día de su debut con el primer equipo fue “algo diferente. Los primeros partidos siempre son diferentes. Pero en verdad es como un partido más. Lo único que cambia es que hay más gente, más cámaras. Pero, es otro partido más. Es un partido que igual se puede jugar en el filial o en cualquier otro sitio”. Guaita tiene el salario más bajo de todos los jugadores de la plantilla del primer equipo. Es obvio, teniendo en cuenta que “aún tengo contrato amateur, pero creo que pronto se cerrará el profesional”. La diferencia entre sendos contratos radica en que con un contrato no profesional “puedes jugar con el equipo del filial. Si tienes menos de 23 años puedes jugar con el equipo de la cantera. En cambio, si tuvieras contrato profesional, tendrías que jugar ya o en Segunda División o en Primera División”. Su ficha amateur le condiciona su trabajo cuando llega el fin de semana, porque no sabe con qué equipo jugará, si con el primer equipo o con el filial. No le importa, él está cómodo con esa situación. “Cuando tengo la oportunidad y puedo jugar con el filial, juego con ellos porque quiero jugar”. “Todos son compañeros e igual que bajo al filial subo al primer equipo y no hay ningún tipo de cambio”. Tiene muy claro cuál es su posición y acepta convencido las variaciones porque “esto es un trabajo, igual un día bajas y otro día estás arriba. No lo veo de otra forma”.
De todos modos, a él le interesa jugar con el primer equipo, puesto que cuando juega con ellos tiene una remuneración económica añadida “como cualquier jugador tiene. Cualquier jugador, por jugar cada partido tiene un plus. Un plus de motivación para jugar el partido. Por ejemplo, si eres delantero y metes un gol tiene un plus de dinero. O, también, cuando terminas el año. Yo creo que todos los jugadores tienen ese plus”. El suyo, en este caso, es más significativo si cabe a nivel emocional.
Durante esta temporada, que ha finalizado recientemente, ha defendido la portería valencianista en ocho partidos (dos de Liga, tres de Copa del Rey y tres de Copa de la UEFA). Aun así, ha sido convocado en muchas más ocasiones, en las cuales ha podido establecer un contacto directo con los jugadores del primer equipo. Su relación con todos ellos es buena. “Es un trabajo. Yo creo que como cualquier trabajo siempre tienes que tener una buena relación, si no el trabajo no saldría bien”. Se ha tomado su entrada al primer
equipo como una obligación, como cualquier otro trabajo. “Te metes a trabajar con los compañeros las dos horas que tienes que entrenar. Ellos te ayudan, tú les ayudas a ellos también. No tengo ningún problema. No tengo ningún jugador que va como de más amigo, yo creo que con todos tengo el mismo compañerismo”.
Guaita es un jugador de cantera, que ha crecido como portero en un patio de colegio y que ha acabado compartiendo vestuario con jugadores con contratos millonarios como Villa, Joaquín o Edu. Afirma que es inimaginable lo que se siente estando al lado de todos ellos. En cambio, haciendo gala de humildad y saber estar, comenta que “es el día a día. No te imaginas en el momento en que estás ahora mismo, no sabes el día de mañana cómo va a ser a todo y qué compañeros tendrás. Hoy, por ejemplo, ha venido un antiguo jugador que ha jugado aquí y me estaba diciendo algo muy bonito, que cuando te dejas el fútbol te acuerdas de los compañeros que has tenido y los grandes jugadores que tienes a tu alrededor”. Ese jugador es el portero vasco Ignacio Eizaguirre, una leyenda del valencianismo de los años 40 y 50 que le ha dado grandes consejos al joven portero valenciano.
La situación del Club
La sexta posición en el campeonato de Liga del VCF ha levantado mucha polémica, pues no se han cumplido los objetivos marcados al principio de la temporada. Aun así, Guaita cree que a nivel deportivo “la situación del club ahora se está resolviendo bien. Yo creo que ha tenido un pequeño bache”. Aunque la temporada ya ha finalizado y el Valencia no se ha clasificado para disputar la Liga de Campeones, Guaita emocionado cuenta que jugar un partido de Champions “sería lo más grande”. No será posible el próximo año, como tampoco lo será ver finalizado el nuevo Mestalla. “Para el jugador de casa, ahora que se tiene la oportunidad y se sabe que sale mucha gente de la cantera, sería algo bonito jugar en el nuevo estadio el día de mañana”.
En el terreno deportivo, las cosas han ido mejor que en el económico. El portero confiesa que “yo de ahí no entiendo mucho”. En cambio reconoce que “está jodido, porque se ve que está jodido, pero yo creo que para un club tan grande como el Valencia es solo un pequeño bache”. Admite que desde el vestuario son conscientes de todo lo que sucede en el club porque “antes de que salga a la prensa siempre viene el Presidente o el Director Deportivo y nos cuenta lo que va a pasar y lo que va a salir en los medios de comunicación.
Estamos informados de todo”. El estado económico del club va a hacer que este verano se especule mucho en relación a la compra y venta de jugadores. Por su parte, el sueño de Guaita es seguir creciendo en el equipo che. “Siempre he querido jugar con el valencia, en el equipo de aquí, de casa”. “Nadie, ni yo mismo ni mi familia ni nada, se iba a imaginar los partidos que he tenido con el primer equipo, la situación en que estoy ahora mismo, que estoy de tercer portero y cuando puedo juego con el filial. Yo creo que nadie se lo esperaba, y por lo tanto, considero que mi situación es bastante estable”. Sin embargo, afirma que “si al final de año no cuentan conmigo o yo mismo tengo otras posibilidades de salir al mercado para la próxima temporada y las ofertas son buenas, ya se estudiaría el caso. Pero eso ya se verá cuando termine la temporada”. Mientras tanto, él arraiga su futuro al Valencia.
Tiempo para familia y amigos
De Paterna (donde entrena) a Picassent (donde vive), de Picassent a Alcàsser (residencia de sus padres), de Alcàsser a Torrent (donde están la mayoría de sus amigos), no ha olvidado ni por un momento su origen valenciano. Aunque se ha independizado recientemente (junto a sus dos rottweilers y un caniche), sigue yendo a comer a casa de sus padres un par de veces por semana. “Mi familia siempre está ahí. Siempre con el nerviosismo que llevan por dentro, pero con mucha ilusión”.
Su padre fue portero “y también jugó aquí en el Valencia”. Aun así, confiesa que no tiene un referente a seguir.“Yo siempre me fijo en los porteros, en las cosas buenas que hacen todos los porteros de primera división”. En su tiempo libre, le gusta practicar la colombicultura. Esta afición, un tanto inusual para un chico de su edad, “es una cuestión de amigos. Las tardes que tengo libres me voy con ellos, con los amigos. Tengo dos amigos que también les gusta mucho la colombicultura, iba con ellos hasta que al final me engancharon a mí. Ahora mismo estamos los tres o cuatro amiguetes y cuando puedo, y ellos pueden, vamos a distintos pueblos, donde haya concursos. Tenemos ya palomos para nivel de competición, así que como vamos a competir ya visitamos distintos pueblos. Ahora estamos en Massalavés y en el Puig”.
No queda ninguna duda de que este chico tiene amigos con los que pasar el tiempo libre que le deja el fútbol. De todos modos, confiesa que es difícil compaginar la vida profesional con la personal. “Hay veces que es complicado porque los amigos de siempre, con los que has estado en el colegio, quieras o no, al dedicarte al fútbol, pasas menos tiempo con ellos. Tú entrenas y ellos están en el colegio. Es complicado. Haces nuevos amigos, pero no son los que siempre has ido con ellos a clase. Tienes los justitos o los que también han jugado al fútbol. Pero a los compañeros y amigos que siempre has tenido los dejas un poco de lado”. Aunque ha vuelto a su antiguo colegio, dice que nada es lo mismo. “Lo ves todo tan distinto… Porque tanto tiempo sin ir por allí, todo es diferente. La gente también cambia. Por circunstancias de la vida, yo me fui a vivir fuera y ya cuando he vuelto me he encontrado que muchas cosas habían cambiado y la relación que tenía con muchos de ellos, no es como antes, no es igual”. La diferencia es que Guaita está forjando un futuro muy diferente al resto de sus amigos. Está creciendo, como futbolista y como persona.
