Persona (1966) es una película de Ingmar Bergman. Su título original es precisamente Persona, aunque esté rodada en sueco.

En la cinta, Elisabeth es una actriz que un día decide dejar de hablar, de forma aparentemente voluntaria. Con la intención de que se recupere, su doctora le presta una casa aislada, y la envía allí con Alma, una enfermera encargada de ayudarla.

Frente al silencio de Elisabeth, Alma habla durante toda la película, y por mucho que intente establecer una conversación con su compañera, lo único que encuentra es su silencio.

Escuchar es todo lo que hace Elisabeth. Y eso es algo que al principio parece gustarle mucho a Alma. Es agradable que alguien la escuche.

Pero la situación se va tornando extraña e incómoda, a medida que la enfermera va desvelando cosas más íntimas. Una de las escenas más impactantes tiene lugar cuando Alma le relata a Elisabeth una intensa experiencia sexual, y además le desvela sus sentimientos de culpa por haber abortado.

Llega un momento en el film en el que no estamos seguros de si lo que vemos está sucediendo de verdad o es ensueño. No está muy claro lo que es ficción, una construcción, y lo que es una realidad. Bergman pensó en titular su película Cinematografía. Porque de lo único que estaba seguro es de que su película es cine.

 

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