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Mónica Reyes fue dada en adopción cuando era niña. Fue adoptada por padres mexicanos y criada en México, sin haber identificado a sus padres biológicos. Debido a su crianza en México, habla perfecto español.

Se graduó en folclore y mitología en la Universidad de Brown, ganando sus grados académicos en cuatro años. En 1990, Reyes se enroló al FBI en Quantico. Su primera asignación en el FBI fue servir en una tarea especial, investigando ritos satánicos.

Después sirvió en las oficinas de Nueva York, y también ayudó a la investigación del secuestro del niño de ocho años, Luke Doggett, hijo del oficial de la Policía de Nueva York John Doggett. El niño fue encontrado muerto, sin un sospechoso atrapado. En 1999, Reyes fue transferida a la oficina de Nueva Orleans. Permaneció allí hasta que John Doggett, ahora Agente Especial del FBI, la convenciera para que aceptara un puesto en los expedientes X en el FBI en Washington DC.

Monica Reyes es una persona profundamente religiosa, y altamente espiritual, y alberga dudas acerca de los fenómenos paranormales. No está obsesionada como Fox Mulder, pero está predispuesta a aceptar explicaciones que involucren respuestas paranormales, al contrario de su compañero, John Doggett.