El hipertexto es generalmente definido como un sistema informático capaz de organizar una compleja base de datos a través de una serie de enlaces interconectados, logrando, así, la recuperación total de la información.
La característica fundamental que define el hipertexto no es tanto
su estructura no-lineal (puesto que a diferencia de los textos impresos
de estructura secuencial, el hipertexto permite al lector moverse de
una página a otra asociada a la lectura, con lo que introducir
material afín a ésta), como la libertad que este formato
ofrece al usuario al permitirle elegir entre una amplia variedad de itinerarios,
enriqueciendo, así, la lectura con toda aquella información
a la que el lector desee recurrir.
Sin embargo, no podemos aclarar qué es el hipertexto sin nombrar a
los padres de este ‘nuevo’ formato: la idea original del hipertexto data
de 1945, cuando
Vannevar Bush
en su artículo As we may think presentó
el dispositivo Memex. Dicha idea nació de la necesidad de crear
un sistema informático que, al igual que la mente humana, operase
por asociación y no de manera lineal, tal y como hizo constar en
su artículo:
"Consideremos un aparato futuro de uso individual que es una especie de
archivo privado mecanizado y biblioteca. Necesita un nombre, por decir
uno al azar, valdrá "memex". Un memex es un aparato en el que una
persona almacena todos sus libros, archivos y comunicaciones y está
mecanizado de modo que puede consultarse con excelente velocidad y flexibilidad.
Es un suplemento aumentado íntimo de su memoria.".
Ahora bien, el término Hypertext no sería mencionado
hasta la década de los sesenta, de la mano de
Ted Nelson
, joven interesado en los estudios de Bush que, al igual que su antecesor,
buscaba una organización más clara de los contenidos de una
compleja fuente de datos y que, tras años de estudio y análisis,
nos ha dejado una extensa obra sobre del ámbito hipertextual.
Esta clase de textos, a diferencia de los tradicionales, se alejan de
la estructura secuencial para acercarse, como ya hemos mencionado, a
la que se conoce como estructura multilineal. Sin embargo, no hemos de
caer en el error de pensar que los modelos hipertextuales no siguen ningún
curso en la narración, puesto que el lector va eligiendo su propio
camino de manera que acaba construyendo su propia lectura lineal del
texto. Se trata de un formato más cercano a nuestra manera de operar,
de manera que el usuario va abriéndose su propio camino a partir
de un recorrido de continuas elecciones, que le permiten avanzar.
En definitiva, el hipertexto ofrece una interesante manera de ordenar los
datos y materiales en torno a un texto concreto, a través de un
sistema de selección personal de asociaciones que multiplica las
posibilidades de la lectura y convierte al lector en un importante factor
activo de la narración. Sin embargo, este formato no se adapta a
todos los textos, puesto que requiere una gran libertad de movimientos
que no todo autor está dispuesto a conceder a sus obras, que pueden
verse manipuladas por los lectores, y una amplia base de información,
estructurada a través de un complejo sistema de enlaces, que únicamente
se interesa a aquellos textos cuya narración pueda verse enriquecida
por la recuperación de esta información.
Academic year 2003
© a.r.e.a./Dr.Vicente Forés López
© Adell Carmona, Alba
Universitat de València Press
alacar2@alumni.uv.es