Tercer final

Andando y andan­do... Mientras anda, el tamborilero piensa: extraño encantamiento y extraño tambor. Me gustaría mucho, saber cómo funciona el encantamiento.

Mira los palillos, los vuelve por todos lados: parecen dos palitos de madera normales.

—¡A lo mejor el secreto está dentro, bajo la piel del tambor!

El soldadito hace un agujerito en la piel con el cuchillo.

—Echaré un vistazo —dice.

Dentro no hay nada de nada.

—Paciencia, me conformaré con el tambor como es.

Y reemprende su camino, batiendo alegremente los palillos. Pero ahora ya no bailan al son del tambor las liebres, las ardillas ni los pájaros en las ramas. Las lechuzas no se despiertan.

Barabán, barabán...

El sonido parece el mismo, pero el hechizo ya no funciona.

¿Vais a creerlo? El tamborilero está más contento así.

 

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