AUTOR: August Strindberg     TÍTULO: La Senyoreta Júlia
http://www.cult.gva.es/tgv/asp/programacion/ficha.asp?sala=Teatre%20Talia&id=259
COMPAÑÍA: Mutis pel Fòrum.
REPARTO: Sergio Caballero, Estela Martínez y Eva Zapico.
FECHA/LUGAR REPRESENTACIÓN: 9 de noviembre de 2004, Teatro Talia, Valencia.

   La obra transcurre en una cocina en la casa de un conde, donde se juntan la hija de éste, la “senyoreta Júlia”, Joan uno de los criados y Cristina, la cocinera y novia de Joan. Se representa la Noche de San Juan, donde todo es fiesta y jolgorio.
   Júlia es una chica caprichosa, orgullosa, prepotente, pero en cambio, amargada aunque pueda tener lo que ella quiera. Va vestida con una camiseta interior blanca y una falda larga con doble volante, parece una enagua o “cancan”. También va descalza, posiblemente por comodidad. Al final de la obra lleva una gabardina larga y botas, ya no lleva puesta la falda larga. Su relación con los demás personajes es de superioridad durante gran parte de la obra ya que ellos son sus sirvientes y ella la hija del conde. Al principio de la obra habla de usted, pero en el transcurso de la representación tutea a Joan porque han mantenido relaciones y ella piensa que después de lo ocurrido ya hay confianza para tutearse. Júlia trata despectivamente a Joan pero a Cristina la trata algo mejor aunque con bastante indiferencia.
   Joan es un chico joven. Al empezar la obra refleja una imagen muy distinta a la que demuestra tras haberse acostado con Júlia. Al principio se muestra como un hombre educado y razonable; pero tras su “affaire” con Júlia se presenta como un hombre maquinador, sin sentimientos, mentiroso y déspota. Aunque se refleja su miedo y su insignificancia respecto a su jefe, el conde; delante de su llamada, Joan se siente asustado e insignificante. Joan tiene grandes aspiraciones, quiere llegar a ser propietario de un hotel, en Suiza. Durante toda la obra, Joan lleva un traje viejo con camisa blanca, va cambiándose durante la obra y se pone una levita marrón o un chaleco negro.
   Cristina es una chica simple y con pocas miras de futuro, no pretende salir del estatus social en el que vive, no se lo plantea. Va vestida con una falda larga una camiseta y un delantal. Mientras está en la cocina también lleva un gorro. Frente a la noticia de que su novio se ha acostado con Júlia su reacción es posiblemente impropia, ya que no muestra celos ni ira; solamente demuestra el asco que le da lo sucedido pero desde un punto de vista de observadora, como si a ella no le tocase lo sucedido, como si no fuera su novio. Le parece peor que se acueste con la hija del jefe que con otra criada.
   Los actores aparecen antes del inicio de la representación arreglando el decorado, colocando los objetos en su sitio e incluso, cambiándose delante del público. Seguramente los actores hacen esto con el telón abierto para llamar la atención de los espectadores incluso antes de que empiece la obra. El telón no hace acto de presencia en ningún momento, ni al comenzar ni al terminar la obra.
   La cocina de la casa del conde es la que acoge toda la obra. El empezar la obra se observa una mesa muy larga, un banco y unas sillas. También se puede ver un armario perchero en la parte central al fondo, en el perchero hay algunas perchas. Hay muchos objetos, tanto por el suelo como por encima de la mesa: hay paños, palanganas, un molinillo de café, una huevera con huevos, botes, vasos y una copa, lecheras, latas, botellines de cerveza, un hornillo, cazuelas, etc. En primer plano aparecen unas botas en la parte derecha de la escena y en la parte izquierda una bacía con agua. También hay una cesta con flores, dichas flores aparecerán repartidas por el suelo en el segundo acto. Hay un pequeño intervalo, en esa pausa Joan y Júlia mantienen relaciones sexuales, éste es el punto clave donde la obra pega un giro de ciento ochenta grados. Júlia ya no es la persona superior, sino que se siente insignificante; ahora Joan es quien siente aires de grandeza y puede humillar a Júlia.
   La iluminación durante toda la obra ha sido fuerte. Un blanco luminoso ha inundado el escenario. En algunos momentos la luz ha bajado de intensidad. En el intervalo, la luz era muy débil y amarillenta, no se podía distinguir ni a los personajes ni prácticamente los objetos del escenario. Otra luz que aparece en el escenario durante el intervalo es la de tres bengalas que colocan los actores mientras cambian algunas sosas de sitio y otras las quitan del escenario. La música también es muy importante en la obra. Al principio la música está muy alta, es música de jazz. En el intermedio también hay música. Al final de la obra también la música es protagonista, en este caso es el sonido de un instrumento de cuerda, posiblemente un violonchelo.
   La obra me ha gustado mucho ya que su tema principal, la diferencia de clases, o como se dice en la obra: la diferencia entre gente y personas, se refleja claramente y de forma muy expresiva y directa. El cambio que producen los dos personajes principales, Júlia y Joan, es apabullante ya que su personalidad cambia totalmente. Joan de ser el criado, el dominado, a ser el dominante. Todo lo contrario pasa con Júlia. El asunto de la diferencia de clases es algo normal en nuestra sociedad, a parte de la gran oposición entre los más ricos y los más pobres que es notable; también se puede hablar de desigualdades en la misma clase. Esta diferencia ya no es sólo económica, porque se da en todos los ámbitos de la vida.

 

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