La llegada a España de los frailes allá por el siglo XIV fue seguramente acompañada, o incluso precedida, por la llegada de monjas de clausura de la misma orden, que establecieron sus monasterios en lugares cercanos a los elegidos por los frailes, con el fin de mantener vivos los lazos de fraternidad y el estilo propio de la orden.

Queda constancia de la antigüedad de algunos de estos monasterios como el de Santa Ana, en la ciudad de Sagunto (1491). Las mismas dificultades que tuvieron los friles a lo largo de la historia, desde el punto de vista sociopolítico, tuvieron que afrontar las monjas de clausura. En ciudades como Madrid y Valencia tuvieron que abandonar sus antiguos monasterios ubicados en el centro de la ciudad, por otros de nueva planta construidos fuera de las mismas.

En la actualidad, las Siervas de María contemplativas, tienen en España tres Monasterios: Madrid, Mislata (Valencia) y Sagunto (Valencia), que forman la Federación Monástica Española de las Siervas de María, con un total de 16 Monjas.

Las tres comunidades viven su consagración a Dios y a la Iglesia por medio de la contempleción de las cosas del señor, de la oración y del silencio, viviendo del propio trabajo. Comparten con los frailes las principales formas de vida evangélica como la fraternidad, la pobreza, la oración en común, la hospitalidad, el servicio mariano y la devoción a la Virgen de los Dolores, elementos propios del carisma de los Siervos.