Lugares de interés |
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Aseguran que el viento y la lluvia juegan al escondite en Las Tuerces desde el día en que se conocieron, y que de tanto perseguirse han esculpido sin querer la montaña. Y cuentan que cuando se cansan de jugar buscan el remanso de Covalagua. Que por las noches duermen en la Cueva de los Franceses. Que cuando amanece, el viento se acerca al mirador de Valcabado para llamarla. Para preguntarle al valle por qué la lluvia se marchó otra vez al alba sin decir adiós. |
Es la belleza natural concentrada. Agrupada en este pequeño municipio de Revilla de Pomar. En efecto, en este entorno se aúnan algunos de los parajes más espectaculares de la provincia de Palencia. |
Covalagua |
El espacio natural de Covalagua es uno de los parajes más bellos y emblemáticos de la Montaña Palentina, que pretende ser declarado Monumento Natural por la Junta de Castilla y León.
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Es una zona que constituye un paisaje de típico relieve mesozoico, caracterizado por elevaciones de paredes verticales, coronadas por una meseta más o menos llana, aisladas en una vasta región donde predomina la horizontalidad. |
Mirador de Valcabado |
En toda la extensión del Páramo de la Lora, hay lo que los pastores llamaban "casetos"; son construcciones realizadas por los pastores, en forma de circulo o semi-circulo, amontonando piedras sin ningún tipo de cemento ni masa que las sujete, lo cual es harto difícil de realizar, sobre todo para gente que la mayoría de las veces no tenía ningún tipo de estudios. Estos "casetos" los construían para refugiarse de las tempestades e inclemencias del tiempo (lluvia, nieve y sobre todo, viento) |
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Cueva de los Franceses |
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No siempre se la llamó así, pues el nombre original con el que se la conocía era: " Gruta de la Lora”. Remontándonos en la historia, se sabe que el Páramo de la Lora, donde está situada la Cueva, fue escenario de una cruenta batalla en tiempos de la Guerra de la Independencia (1808), librada entre las tropas Napoleónicas y los Húsares Cántabros comandados por el liberal Perlier. El combate terminó con la victoria de las tropas españolas. Una vez acabada la batalla y ante la imposibilidad de ser enterrados los cuerpos de los franceses caídos en el rocoso páramo, se optó por arrojarlos por la sima, que daba entrada a la galería de la cueva. |
Para adentrarse en ella, hay que bajar por un túnel de 62 m. horadado en el suelo, que tiene 3 grandes puertas metálicas a diferente distancia para que hagan cámaras de aire, aislando la cueva del exterior; con ello, se consigue mantener la humedad propia de dicha cueva, al evitarse las corrientes de aire que la desecarían. Es uno de los mejores ejemplos de cueva cárstica, donde se han creado impresionantes mantos calcáreos, estalagmitas, estalactitas y enormes columnas. |
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