LAS HORAS
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Dirección:
Stephen Daldry. |
El irreversible sentimiento de infelicidad
Stephen Daldry acomete un triste y oscuro viaje a la vida de tres mujeres de tres épocas diferentes que encuentran como vínculo la obra de Virginia Wolf "Mrs. Dalloway".
¿Para qué
seguir viviendo cuando lo mejor de nuestras vidas ha quedado atrás? Ésta sería
la
pregunta cónclave
de la obra
de la legendaria
Virginia Woolf
y
con la que la
Stephen Daldry
vuelve a la gran pantalla tras su exitosa "Billy
Elliot". Ficción
y realidad, pasado y presente, y vida y muerte se entrecruzan en una película
que aborda el difícil cosmos femenino
desde una complejidad realmente prodigiosa. La cinta comienza
en Sussex durante 1941, en el mismo instante
en que la
novelista Virginia Woolf llena sus bolsillos de piedras y acaba con su
existencia en el fondo del río. Desde ese instante,
tres vidas, tres mujeres y tres épocas diferentes quedan vinculadas por la obra
maestra de la escritora, "Mrs. Dalloway". La propia Virginia Woolf en la década
de los veinte, Laura Brown, una ama de casa de los cincuenta y Clarissa Vaughan,
una neoyorquina de la época actual que
organiza una fiesta a un poeta enfermo, componen un desconsolado universo de
infelicidad destructiva. Tres vidas en las que la frustración y la apatía hacen
ineludible la necesidad
de vivir una realidad ahogada por completo en el deseo de una existencia
placentera, con la aceptación de la diferencia como signo de plenitud.
La magnífica "Las Horas" narra tres vidas desposeídas de significado, tres mundos interiores de mujeres que viven según las reglas prescritas por un mundo exterior que no les comprende, pero que no coarta, ni obstaculiza. El muro infranqueable de la soledad es el motivo que encierra en su tristeza a estos frágiles seres que viven la cotidianidad con el deseo de rebeldía o de sueños imposibles como médula de su esperanza. En ese círculo de negligencia emocional quedan fuera aquellas personas que, en el fondo, significan la simplicidad de los sentimientos elementales que dan como consecuencia la incomprensión de las tres protagonistas y que interpretan unos excelentes Alison Janney, Claire Danes, Stephen Dillane o Ed Harris, personajes cercanos situados en una forzosa lejanía sentimental. Esta infecundidad vital hace que las piedras de Virginia Woolf sean extensibles a las píldoras de Laura o al prescindido amor de Clarissa Vaughan.
Tres personajes a los que la felicidad estereotipada no les satisface y asfixia
sus verdaderos ideales en la abismal línea que separa el bienestar de la
desdicha, en la ambigüedad sexual en la que estos tres seres aman intensamente
sin encontrar la opción de expresar abiertamente lo que sienten por miedo a
perder la poca estabilidad que tienen. Sin embargo, en esta lucha, la superación
de esta contrariedad queda subsanada con el suicidio, la huida y la aceptación
en un final trágico que incuba en su interior una glorificación del optimismo y
del destino. Como en la propia intencionalidad subversiva de Woolf, "Las Horas"
podría verse como una oda al verdadero sentido de feminismo moderno, entendido
como la superación de la mujer en la sociedad por obtener los objetivos morales
y sociales entre los que se encuentra la felicidad plena.
La gran virtud de la obra del cineasta reside en la magnífica estructura narrativa, llevada de un modo impecable en el paralelismo de las tres vidas y las tres épocas, haciendo que cada historia transcurra en un solo día donde la analogía entre la literatura de Michael Cunningham y el celuloide de Daldry se diluye en una perfecta simbiosis artística. Tal fuerza tiene esta inhabitual comunión entre cine y novelística que llega a su estado sumo en un punto de conexión de dos de las tres historias que crea un vórtice emocional que convoca un vínculo dramático absolutamente maravilloso, convirtiendo la dualidad de narrativa y montaje en una lección de auténtico cine.
Pero sin duda alguna el eje sobre el que se mueve la genialidad de esta
portentosa visión del mundo de Virginia Woolf es la extraordinaria
interpretación de tres actrices en estado de gracia. Bajo las constantes y
hermosas notas de un inspirado
Philip Glass,
la solemnidad de una insuperable
Nicole Kidman
se une la intensidad de unas
Meryl Streep
y
Julianne Moore
que aportan a la película su desbordante profundidad interpretativa, emotiva y
melancólica, irradiando maestría a unos trabajos creados desde el alma. "Las
Horas" es una hermosa, sensible y difícil cinta que ahonda irreversiblemente en
la infelicidad, en los misterios del sexo, del deber y del amor, elementos de un
ensamblaje de delicado arte sobre el precio del amor y sus devastadoras
consecuencias.
CRÍTICA por Miguel Á. Refoyo
Bueno, ante todo decir que esta es, sin duda, una de "Las Imprescindibles". No sólo por la humanidad que irradia cada uno de todos los personajes, sino también por la perfecta armonía en que conviven las distintas épocas a lo largo de todo el film. Recuerdo haber visto esta película en el cine en Abril del 2003, y también el salir de la sala totalmente petrificado. El chico de la lágrima fácil quedó totalmente asombrado ante estas tres fantásticas mujeres y sus no menos espectaculares acompañantes. Mención especial a la actuación de la estupenda Meryl Streep, sobre todo en la escena de la cocina con Jeff Daniels.
"Aquello era la muerte, yo escogí la vida", dice Laura Brown a Julia en los últimos minutos de la cinta. En realidad no recuerdo bien si son esas las palabras que utiliza, pero al menos sí que son las que emplea Michael Cunningham en su maravillosa novela. Si la película es de visión obligada, la novela no es para menos. Y es que el texto profundiza aún más (sí, es posible) en todos los personajes de la historia, dotándoles de una riquísima y compleja multitud de sentimientos que puede que el espectador no logre observar por completo en la película. Por tanto, muy recomendable una primera entrada a este paraíso de la mano de Stephen Daldry, para luego zambullirse por completo en el abismo de humanidad que arroja la novela.