LAS HORAS
(The Hours)


 

 

Dirección: Stephen Daldry.
País:
USA.
Año: 2002.
Duración: 114 min.
Interpretación: Meryl Streep (Clarissa Vaughan), Nicole Kidman (Virginia Woolf), Julianne Moore (Laura Brown), Stephen Dillane (Leonard Woolf), Miranda Richardson (Vanessa Bell), Ed Harris (Richard Brown), John C. Reilly (Dan Brown), Charley Ramm (Julian Bell), Toni Collette (Kitty), Claire Danes (Julia Vaughan), Jeff Daniels (Louis Waters), Eileen Atkins (Barbara).
Guión: David Hare; basado en la novela de Michael Cunningham.
Producción: Scott Rudin y Robert Fox.
Música: Philip Glass.
Fotografía:
Seamus McGarvey.
Montaje: Peter Boyle.
Diseño de producción: Maria Djurkovic.
Dirección artística: Mark Raggett, Judy Rhee y Nick Palmer.
Vestuario: Ann Roth.
Estreno en USA: 27 Diciembre 2002.
Estreno en España: 21 Febrero 2003.


El irreversible sentimiento de infelicidad

Stephen Daldry acomete un triste y oscuro viaje a la vida de tres mujeres de tres épocas diferentes que encuentran como vínculo la obra de Virginia Wolf "Mrs. Dalloway".

  ¿Para qué seguir viviendo cuando lo mejor de nuestras vidas ha quedado atrás? Ésta sería la pregunta cónclave de la obra de la legendaria Virginia Woolf y con la que la Stephen Daldry vuelve a la gran pantalla tras su exitosa "Billy Elliot". Ficción y realidad, pasado y presente, y vida y muerte se entrecruzan en una película que aborda el difícil cosmos femenino desde una complejidad realmente prodigiosa. La cinta comienza en Sussex durante 1941, en el mismo instante en que la novelista Virginia Woolf llena sus bolsillos de piedras y acaba con su existencia en el fondo del río. Desde ese instante, tres vidas, tres mujeres y tres épocas diferentes quedan vinculadas por la obra maestra de la escritora, "Mrs. Dalloway". La propia Virginia Woolf en la década de los veinte, Laura Brown, una ama de casa de los cincuenta y Clarissa Vaughan, una neoyorquina de la época actual que organiza una fiesta a un poeta enfermo, componen un desconsolado universo de infelicidad destructiva. Tres vidas en las que la frustración y la apatía hacen ineludible la necesidad de vivir una realidad ahogada por completo en el deseo de una existencia placentera, con la aceptación de la diferencia como signo de plenitud.

  La magnífica "Las Horas" narra tres vidas desposeídas de significado, tres mundos interiores de mujeres que viven según las reglas prescritas por un mundo exterior que no les comprende, pero que no coarta, ni obstaculiza. El muro infranqueable de la soledad es el motivo que encierra en su tristeza a estos frágiles seres que viven la cotidianidad con el deseo de rebeldía o de sueños imposibles como médula de su esperanza. En ese círculo de negligencia emocional quedan fuera aquellas personas que, en el fondo, significan la simplicidad de los sentimientos elementales que dan como consecuencia la incomprensión de las tres protagonistas y que interpretan unos excelentes Alison Janney, Claire Danes, Stephen Dillane o Ed Harris, personajes cercanos situados en una forzosa lejanía sentimental. Esta infecundidad vital hace que las piedras de Virginia Woolf sean extensibles a las píldoras de Laura o al prescindido amor de Clarissa Vaughan.

  Tres personajes a los que la felicidad estereotipada no les satisface y asfixia sus verdaderos ideales en la abismal línea que separa el bienestar de la desdicha, en la ambigüedad sexual en la que estos tres seres aman intensamente sin encontrar la opción de expresar abiertamente lo que sienten por miedo a perder la poca estabilidad que tienen. Sin embargo, en esta lucha, la superación de esta contrariedad queda subsanada con el suicidio, la huida y la aceptación en un final trágico que incuba en su interior una glorificación del optimismo y del destino. Como en la propia intencionalidad subversiva de Woolf, "Las Horas" podría verse como una oda al verdadero sentido de feminismo moderno, entendido como la superación de la mujer en la sociedad por obtener los objetivos morales y sociales entre los que se encuentra la felicidad plena.

  La gran virtud de la obra del cineasta reside en la magnífica estructura narrativa, llevada de un modo impecable en el paralelismo de las tres vidas y las tres épocas, haciendo que cada historia transcurra en un solo día donde la analogía entre la literatura de Michael Cunningham y el celuloide de Daldry se diluye en una perfecta simbiosis artística. Tal fuerza tiene esta inhabitual comunión entre cine y novelística que llega a su estado sumo en un punto de conexión de dos de las tres historias que crea un vórtice emocional que convoca un vínculo dramático absolutamente maravilloso, convirtiendo la dualidad de narrativa y montaje en una lección de auténtico cine.

  Pero sin duda alguna el eje sobre el que se mueve la genialidad de esta portentosa visión del mundo de Virginia Woolf es la extraordinaria interpretación de tres actrices en estado de gracia. Bajo las constantes y hermosas notas de un inspirado Philip Glass, la solemnidad de una insuperable Nicole Kidman se une la intensidad de unas Meryl Streep y Julianne Moore que aportan a la película su desbordante profundidad interpretativa, emotiva y melancólica, irradiando maestría a unos trabajos creados desde el alma. "Las Horas" es una hermosa, sensible y difícil cinta que ahonda irreversiblemente en la infelicidad, en los misterios del sexo, del deber y del amor, elementos de un ensamblaje de delicado arte sobre el precio del amor y sus devastadoras consecuencias.

 CRÍTICA por Miguel Á. Refoyo

    Bueno, ante todo decir que esta es, sin duda, una de "Las Imprescindibles". No sólo por la humanidad que irradia cada uno de todos los personajes, sino también por la perfecta armonía en que conviven las distintas épocas a lo largo de todo el film. Recuerdo haber visto esta película en el cine en Abril del 2003, y también el salir de la sala totalmente petrificado. El chico de la lágrima fácil quedó totalmente asombrado ante estas tres fantásticas mujeres y sus no menos espectaculares acompañantes. Mención especial a la actuación de la estupenda Meryl Streep, sobre todo en la escena de la cocina con Jeff Daniels.  

    "Aquello era la muerte, yo escogí la vida", dice Laura Brown a Julia en los últimos minutos de la cinta. En realidad no recuerdo bien si son esas las palabras que utiliza, pero al menos sí que son las que emplea Michael Cunningham en su maravillosa novela. Si la película es de visión obligada, la novela no es para menos. Y es que el texto profundiza aún más (sí, es posible) en todos los personajes de la historia, dotándoles de una riquísima y compleja multitud de sentimientos que puede que el espectador no logre observar por completo en la película. Por tanto, muy recomendable una primera entrada a este paraíso de la mano de Stephen Daldry, para luego zambullirse por completo en el abismo de humanidad que arroja la novela.

 

 

 

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