Henry Ibsen escribió "Casa de muñecas"
en el año 1879
Ibsen, Henrik Johan (1828-1906), dramaturgo noruego reconocido como creador
del drama moderno por sus obras realistas que abordan problemas psicológicos
y sociales.
Ibsen
nació el 20 de marzo de 1828 en Skien. Durante un tiempo trabajó
como ayudante de un farmacéutico y comenzó estudios de medicina
antes de dedicarse por completo al teatro. Fue director de escena y autor
del Teatro Nacional de Bergen de 1851 a 1857 y posteriormente director
del teatro de Christiania (hoy Oslo) entre 1857 y 1862. Durante estos años
de experiencia práctica teatral escribió sus primeras obras.
De 1863 a 1891, vivió principalmente en Italia y Alemania gracias
a una beca itinerante y, más tarde, a una pensión anual concedida
por el Storting (parlamento noruego). En 1891 regresó a Christiania,
donde el 23 de mayo de 1906, murió.
BIBLIOGRAFÍA DEL AUTOR
Entre las primeras obras de Ibsen se encuentran dos dramas en verso. La
primera, Brand (1866, estrenada en 1885), dramatiza la tragedia de una
devoción ciega en una falsa idea del deber; la segunda, Peer Gynt
(1867), narra en términos alegóricos las aventuras de un
oportunista encantador; en ella los elementos del mal están representados
por los trolls, los genios malévolos de la mitología escandinava.
A este drama le puso música Edvard Grieg en 1875 y pronto se convirtió
en la obra más representativa del nacionalismo noruego.
Con Los pilares de la sociedad (1877), un ataque a la hipocresía
y elogio al individualismo en la historia de un hombre de negocios sin
escrúpulos, Ibsen daría comienzo a una serie de obras que
le reportarían fama mundial: Casa de muñecas (1879), Los
espectros (1881) y Hedda Gabler (1890) son quizá sus obras más
representadas. La primera, que provocó una importante controversia
literaria, cuenta el rechazo de una mujer a seguir siendo una fútil
muñeca sin autonomía para su marido; la segunda trata de
la locura hereditaria y el conflicto generacional; la tercera retrata las
relaciones de una mujer voluntariosa con los que la rodean y las consecuencias
que siguen a su renuncia del deseo de vivir. También escribió
Un enemigo del pueblo (1882), El pato salvaje (1884), Rosmersholm (1886),
La dama del mar (1888), El maestro contratista (1892) y Al despertar de
nuestra muerte (1900). En casi todas, la acción dramática
gira alrededor de un personaje en conflicto con su sociedad y estalla al
irse conociendo los acontecimientos del pasado.
El teatro de Ibsen ha sido plenamente aceptado en Europa y es un clásico
que se sigue representado son asiduidad. En España influyó
en autores como Echegaray, Benavente y especialmente en Benito Pérez
Galdós . Un enemigo del pueblo fue estrenada en el teatro Novetats
de Barcelona el 14 de abril de 1893 con cierto éxito. La obra de
Ibsen fue defendida por críticos tan prestigiosos como George Bernard
Shaw en Inglaterra, y Georg Brandes en Dinamarca. Como señalan los
críticos, el público se identifica con los personajes de
Ibsen y los reconoce como auténticos y cercanos. Sus obras señalan
el final del melodrama excesivamente romántico y artificial, tan
popular en el siglo XIX. Su influencia en el drama del siglo XX es inmensa.
NÚMERO DE ACTOS
Esta obra está formada por tres actos
TRAMA
Nora, una mujer burguesa, casada con Helmer, prepara felizmente las Navidades
y también se muestra contenta porque su marido ha sido ascendido
a un puesto mucho mejor en el banco donde trabaja. Por esta razón,
entra en casa cargada de regalos y también, un árbol de Navidad.
Más
tarde entra en su casa el Doctor, un amigo de la pareja, y la señora
Linde, también conocida por Cristina, vieja amiga de Nora. Ambas
se sientan en el comedor a hablar y Nora le cuenta un secreto, que hace
años, pidió un préstamo con la firma falsificada
de su padre, de este modo se fueron de viaje y así curó la
grave enfermedad de su esposo. De repente aparece el señor Krogstad
que quiere hablar con el señor Helmer a cerca de su trabajo, ya
que cree que puede ser que sea despedido. Y el Doctor se sienta junto a
Nora. Al cabo de un rato Krogstad se marcha. Cuando sale helmer, Nora le
pide a su esposo que busque algún puesto de trabajo para Cristina.
Al día siguiente, el señor Krosgtad vuelve, pero esta vez
quería hablar con Nora, y le avisa de que él fue quien le
concedió el crédito y que sabe perfectamente que ella falsificó
la firma. Y le amenazó enunciándole que si él pierde
su puesto de trabajo su marido sabría su secreto.
Cuando
se marchó Krogstad, Nora fue a hablar con su marido, pero éste
no accedió a sus suplicas, ya que decía que no confiaba en
Krogstad.
Al día siguiente, Cristina fue a hablar con Krogstad y ella le dijo
que dejase en paz a Nora, pero que su marido debía de conocer todo
lo que pasó, ya que las mujeres no deben tramar asuntos a espaldas
de sus maridos. Más tarde, ella accede a irse a vivir con Krogstad
y cuidarle a él y a su familia.
Cuando Nora y su marido regresan del baile, en el buzón había
una carta de Krogstad que le contaba lo del crédito. Ambos se van
al dormitorio, pero son interrumpidos por el Doctor, quien se despide de
ellos, ya que está convencido de que su muerte es próxima.
Cuando
el Doctor se marcha, Nora hizo todo lo posible para que su marido no abriese
el buzón, pero fracasó, y cuando su marido lo lee, se sintió
decepcionado e insultó a su mujer, cualificándola de embustera,
hipócrita y criminal. A continuación le dice que no
tendrá que educar a sus hijos, que otra persona lo hará por
ella. Pero esta discuta es interrumpida por Elena que trae otra carta
de Krogstad diciéndole que no anunciará nada de ese asunto
en público. Helmer, contento le comunica a su esposa que están
salvados, pero Nora empieza a vestirse y muy decepcionado por la actitud
de su esposo le dice que ya no le ama, le entrega su anillo y le pide el
que ella le regaló. Torvaldo le pregunta qué puede hacer
para que se quede, y ella le responde que los dos deberían transformarse
hasta el punto de que su unión se convirtiese en un verdadero
matrimonio.
Después de pronunciar esto, Nora se marcha y Helmer se desploma
al suelo suplicándole a Dios que vuelva su esposa.
PERSONAJES
Helmer: esposo de Nora, y ejerce la profesión de abogado. Se le representa el como depositario de la razón, la capacidad de reflexión y cálculo, el trabajo, el esfuerzo, la protección, la rectitud en la aplicación de los principios, la seguridad en sí mismo. aunque resulta un personaje decepcionante, esclavo del código social, que sólo cuando considera su reputación salvada ofrece su perdón.
Nora: protagonista de esta obra y esposa de Helmer. A este personaje
se le puede relacionar con la sumisión, la inmadurez, el infantilismo,
la consciente y astuta utilización de los propios encantos, la condición
aparentemente despilfarradora, ero vemos como en realidad es una ahorradora,
capaz de comportarse al mismo tiempo austeramente y con generosidad. Ella,
asume su papel de niña, muñeca necesitada de protección
y tutela, primero paterna, después conyugal. La condición
de muñequita caprichosa que fomenta satisfecha esta peculiaridad
la instala sutilmente en el campo de la irracionalidad.
Nora,
no acaba suicidándose ni nada por el estilo, sino que con mucha
valentía da un portazo y opta por la soledad, refugio imprescindible
para reencontrarse con ella misma, con su condición de ser humano,
como ella mismo declara; “Me hace falta la soledad para darme cuenta de
mí misma y de cuanto me rodea...”
El Doctor Rank: es el amigo de la familia, apoya a Torvaldo y parece que esté enamorado de Nora, ya que se puede interpretar que se le declara cuando le dice a Nora que Torvaldo no es el único que daría su vida por ella. Por esta razón, pasa mucho tiempo en casa de los Helmer y no parece que tenga a nadie más. Este personaje aparece como un hombre triste, sabiendo que dentro de poco va a morir.
Señora Linde (Cristina): amiga de la infancia de Nora, especie de contrafigura de mujer desilusionada y ya de vuelta de todo, triste y sacrificada, que ha de contraer matrimonio sacrificándose por su familia, que necesita esforzarse y sacrificarse por una familia para que su vida tenga sentido, que se ve forzada a “trabajar como un hombre”, aunque su labor no le proporciones satisfacción alguna.
Krogstad: procurador
Los tres niños de Helmer
Elena: doncella de los Helmer
Un recadero
ESCENARIO
La obra tiene lugar en la casa de los Helmer, o sea, una estancia amueblada
cómodamente y con buen gusto, aunque sin lujo. A la derecha del
foro se halla puerta del vestíbulo. A la izquierda, la del despacho
de Helmer. Entre ambas puertas se sitúa un piano. En el lateral
izquierdo del escenario observamos, otra puerta, y más en primer
término, una ventana. Cerca de la ventana, aparece una mesa redonda
grande junto a un sofá y varias sillas. En el lateral derecho, hacia
el segundo término, una mecedora y dos sillones ante una chimenea
de cerámica. Entre la chimenea y la puerta, encontramos una mesita.
También hay grabados en las paredes. Repisa con figuras de porcelana
y demás cachivaches. Y finalmente descubrimos un estantito repleto
de libros muy bien encuadernados.
Se
trata de un día de invierno, por esta razón hay lumbre en
la chimenea.
OPINIÓN PERSONAL
Ibsen nos muestra al principio a una Nora que representa a las mujeres
de aquella época, mujeres felices rodeadas de riqueza, donde el
dinero es la clave de su felicidad. También, a través de
Torvaldo, se manifiesta que los hombres de aquella época consideraban
a sus esposas sus propiedades, esto es, un objeto que poseen y controlan.
Una época en la que las mujeres dependen totalmente de los hombres.
Pero a medida que el trama sigue adelante,
podemos observar que todo esto da un cambio muy profundo e importante.
Esto sucede cuando Nora admite haber pedido un préstamo con la firma
falsificada de su padre y este hecho no crea en ella sentimiento de culpa,
ni la idea de haber actuado incorrectamente, porque su comportamiento ha
sido motivado por el amor hacia su esposo, para salvarle de la grave enfermedad
que contrajo, pero le oculta la petición del préstamo para
mantener ficticiamente el statu quo y no herirle en su amor propio. Y al
final, Nora da un portazo, abandona a su esposo y a sus hijos y elige vivir
en soledad.
Ibsen, gracias a esta obra, logra saltar sobre los convencionalismos burgueses
de su época, denunciar a través de su personaje la esclavitud
de las apariencias y la obsesión de la época con la salvaguarda
y protección de la reputación social.
Debo reconocer que este trabajo me ha encantado, y me impresiona que esta obra de carácter muy realista y en parte feminista, que hubiese sido escrita en el año 1879 y aún más por un hombre. Además se observa que Ibsen ya adelanta una nueva sociedad, que lucha por la igualdad de derechos entre ambos sexos.