Principales atracciones de Londres

 

London Eye

Más de 15 millones de personas han viajado en la rueda gigante que desde febrero de 2000 se convirtió en parte del paisaje londinense: el London Eye. Esta rueda gigante de 135 metros de altura tiene 32 cabinas de vidrio en las que caben 25 personas, y da un recorrido de media hora. La atracción, construida por la aerolínea British Airways, comenzó como parte de las celebraciones de la ciudad para la llegada del nuevo milenio. La mayoría de sus ocupantes son turistas, pero hay parejas que las alquilan para ocasiones especiales como San Valentín, cuando también se ofrecen chocolates y champaña. También hay quienes están dispuestos a pagar más de US$3.000 por decir el "sí" en una de las cápsulas ante un juez londinense. A pesar de las críticas iniciales de quienes consideraron que la rueda desentona con sus clásicos alrededores, la licencia inicial por cinco años ya fue ampliada por dos décadas más. Para su construcción, una grúa flotante fue instalada en ocho plataformas para levantar el gigantesco aro de la rueda. El London Eye encabeza la lista de los diez monumento s privados más populares en la ciudad.

Caminata por el Támesis

Para algunos es plateado, para otros es oscuro. Para el poeta Alexander Pope "sus cuernos brillantes difunden un dorado reflejo", y para el alemán Heinrich Heine es la fuente de su "negro humor". Los 300 kilómetros de agua que fluyen desde Gloucestershire hasta el Mar del Norte son gran parte de la historia y la vida de Londres. Le recomendamos una caminata por las orillas del Támesis en la que podrá tener una vista general de la ciudad. Nuestra caminata comienza en el County Hall. Este edificio sirvió como sede de la alcaldía de Londres hasta el año pasado, cuando archivadores y escritorios le dieron paso a las obras del arte contemporáneo británico de la Galería Saatchi. Allí, las obras de los "jóvenes artistas británicos" Damien Hirst, Tracey Emin, Sarah Lucas y otros más han despertado elogios y críticas por igual. Unos p asos más adelantes nos llevan al Acuario de Londres y a una exposición permanente de esculturas de Salvador Dalí. Las filas de gente delatan la ubicación del London Eye, una rueda giratoria que desde la llegada del milenio da una vista a vuelo de pájaro de la ciudad

Catedral de san Pablo

El Gran Incendio de 1666 destruyó la catedral de San Pablo medieval, y el arquitecto Cristopher Wren fue encomendado con la construcción de su reemplazo. Tras ver rechazados varias de sus propuestas, Wren la construyó entre 1675 y 1710, sobre la base de las dos catedrales anteriores. Desde entonces, la catedral ha sido la sede de eventos como el funeral de Lord Nelson y Winston Churchill, las celebraciones del jubileo de la reina Victoria y el rey Jorge V, y el matrimonio del príncipe Carlos con la princesa Diana. También fue una de las pocas edificaciones en la zona en sobrevivir a los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Su famosa cúpula, la más grande del mundo después de la de la basílica de San Pedro en Roma, está siendo opacada por la construcción de grandes y modernos edificios en el sector financiero de la ciudad. Quien suba a la parte más alta podrá ver como sus propios murmullos son transportados al lado opuesto de la cúpula. También se pueden escuchar sus famosos coros masculinos, una tradición que ya tiene más de 900 años.

Big ben

Es, quizás, uno de los monumentos más fotografiados de Londres: la torre del reloj que enarbola las Casa del Parlamento, mejor conocida como el "Big Ben". El minutero del reloj tiene una longitud de más de cuatro metros, y cada uno de los números mide poco más de medio metro. Su nombre, "Big Ben", hace honor al primer encargado de la construcción, Benjamin Hall, y se refiere a la gran campana de 13 toneladas que marca la hora de los apresurados londinenses desde 1862. El Big Ben no puede ser visitado por dentro, paro las Cámaras del Parlamento abren durante el receso de verano

Casas del Parlamento

El Palacio de Westminster, una impresionante edificación neogótica dorada, alberga las dos cámaras del Parlamento británico. El poder legislativo está conformado por la Cámara de los Comunes, quienes son elegidos por votaciones directas, y la Cámara de los Lores, representantes con títulos vitalicios y heredados. Cada noviembre, la reina ofrece su discurso anual en la Cámara de los Lores donde se dan a conocer las políticas del gobierno para el año siguiente. El palacio sirvió como residencia del rey Enrique VIII durante el siglo XVI. Quienes quieran asistir a los encendidos y a veces humorísticos debates entre los parlamentarios, pueden asistir a las sesiones desde la "Stranger's Gallery", la galería de los extraños. Se sugiere acudir a las 6 pm, cuando la mayoría de la multitud se ha dispersado.

El palacio de Buckingham

El palacio de Buckingham es la residencia oficial de la monarquía británica, y se alza entre el pesado tráfico del centro de Londres y el complejo de parques compuesto por St. James y Green Park. Cuando fue construido, se trataba de una pequeña mansión comprada por el rey Jorge III para su mujer, la reina Charlotte. En 1826, Jorge IV encargó al arquitecto John Nash que la remodelara y, once años después, la reina Victoria se instaló en el nuevo palacio. Actualmente, en el palacio reside la reina Isabel II con su esposo el príncipe Phillip, ya allí recibe a dignatarios e invitados oficiales. El palacio permaneció cerrado al público hasta 1993, cuando la reina Isabel II decidió abrirlo para recaudar dinero para reparar el castillo de Windsor, que sufrió graves daños durante un incendio. Desde entonces, los turistas pueden visitarlo durante los meses del verano, cuando la reina toma sus vacaciones en el castillo de Balmoral, en Escocia. En las salas se pueden encontrar las obras de arte coleccionadas o encargadas por la sucesión de monarcas de artistas como Rubens, Rembrandt, Canaletto, y Vermeer. También se organizan exposiciones cada verano. En las afueras del Palacio, el tradicional cambio de guardia es observado y fotografiado por miles de turistas cada día. Grandes puertas de hierro conducen hacia el parque de St James, uno de los parques más agradables de Londres, donde se puede caminar por entre los lagos con vistas hacia el Palacio.

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