EL JUEGO
"Menino, escuta esta toada:
o lance certo, muitas vezes, esta errado.
Na roda, quem já esta classificado
leva sempre um sorriso que desanuvia o lábio,
o então um rosto que é uma charada."
(Nestor Capoeira)
1. EN LA RODA
Está la roda formada: un circulo de jugadores, los berimbaus, panderos, atabaque. Aproximémonos más: alguien canta una chula -un "canto de entrada"- y todos oyen con atención:
"Menino, quem foi teu mestre?
meu mestre foi Salomão;
a ele devo dinheiro,
saúde e obrigação.
O segredo de São Cosme
só quem sabe é Damião, camará."
"O segredo de São Cosme só quem sabe é Damião": no cabe duda, estamos delante de una cofradía cuyos ritos, aquí presentados públicamente, solo tienen significado para aquellos iniciados en los misterios del Juego. Ahora, el cantor "puxa" a ladainha:"Ê, galo cantou..."
Y te sorprendes, con un súbito escalofrío que recorre tu espina, al oír a los participantes de la roda responder al unísono:"Ê, galo cantou, camará."
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Al pie del berimbau dos hombres están acurrucados con la cabeza gacha. Parecen perdidos en sus propios devaneos, o talvez en alguna forma de concentración interior. Levantan la cabeza y observan al cantor que continua cantando, el coro siempre respondiendo a medida que el nivel de energía y el magnetismo de la roda va creciendo:"Cantor: Ê, cocorocou...
Coro: Ê, cocorocou, camará.
Cantor: Ê, é hora, é hora...
Coro: Ê, é hora, é hora, camará.
Cantor: Vamos s' imbora...
Coro: Vamos s' imbora, camará.
Cantor: Pelo mundo afora...
Coro: Pelo mundo afora, camará."El ritmo lento e hipnótico del berimbau va apoderandose de los dos jugadores acurrucados. Sus mentes están libres de ideas y pensamientos -están ahí, solamente. Despojados de todo, se sienten antiguos como el propio rito del cual van a participar.
El cantor termina la ladainha y el coro responde:"Cantor: Volta do mundo...
Coro: Ê, volta do mundo, camará.
Cantor: Que o mundo deu...
Coro: Ê, que o mundo deu, camará.
Cantor: Que o mundo dá...
Coro: Ê, que o mundo dá, camará."
Las manos de los dos jugadores tocan el suelo y trazan señales mágicas -puntos trazados que cierran el cuerpo y fortalecen el espíritu. En seguida, ejecutan la reverencia : apoyados solo con las manos, levantan el cuerpo y las piernas para lo alto, la cabeza casi tocando el suelo, y lentamente, en un dominio total del cuerpo, vuelven a la posición acurrucada y se encaran: el Juego comenzó.
Perciben que al frente suyo ya no esta más el amigo, o el compañero de entrenamiento, pero si una charada que puede proponer enigmas imprevisibles y peligrosos en el dialogo que se va a seguir. Diálogo no de palabras, pero si de movimientos: movimientos de estudio, de ataque, defensa, de engañar...preguntas y respuestas en el misterioso lenguaje de la capoeira.
Los jugadores ruedan para el centro de la roda, solamente los pies y las manos tocando el suelo, los ojos atentos. El cantor terminó la ladainha; el berimbau medio complementa el ritmo del berimbau grave, y el berimbau agudo improvisa. Los dos jugadores perciben todo esto -el sonido de los tres berimbaus, los golpes del pandero y del atabaque- mientras se observan y hacen, sin esfuerzo, movimientos de cabeza para abajo en cámara lenta, movimientos pegados al suelo que recuerdan a los de una cobra, o de un gato. Están totalmente presentes. El pasado y el futuro, sus ideas, problemas e ideales dejaron de existir. Perciben y viven el momento con una calma cristalina y una claridad fotográfica de quien observa el mar, sentado en lo alto de un roquerío.
Uno de los tocadores de berimbau canta un refrán, todavía en el ritmo lento, y el coro responde. Es como si toda la energía de la roda fuese canalizada e lanzada sobre la dupla de capoeiristas. El nivel de magnetismo continua creciendo. Uno de los jugadores se aproxima, lento y cauteloso, y ejecuta un movimiento de ataque; el otro se esquiva, pasando por debajo del golpe.
A pesar de la aparente lentitud de los movimientos, ambos están atentos. De repente, una piernada rápida como una chicotada; pero el otro tenía previsto el golpe, evitándolo.
Uno de los jugadores gira en pie y se inmoviliza con un brazo levantado. Su par se aproxima rodando pegado al suelo y, por precaución, asegura con una mano una de los pies de quien hizo la llamada -previendo un ataque inesperado o una falsedad- , para solo entonces levantarse y tocar la palma de la mano del otro. Andan algunos pasos al frente, algunos pasos atrás, tocándose las manos... con un golpe circular, quien llamó quiebra el passo-a-dois, pero el otro se esquivó y ya esta lejos.
Los berimbaus aumentan el ritmo. El Juego, ahora, se desenvuelve más en pie. Los capoeiras quiebran el cuerpo, amenazan, hacen fintas. Los golpes parten rápido, violentos, sin previo aviso. Las defensas son esquivas, huyendo o entrando por debajo del golpe, derribando al oponente o soltando un contraataque. Uno de los jugadores se inmoviliza y, atento, se aproxima al adversario, saludándolo. Este juego termino. Al pie del berimbau, otra dupla ya espera acurrucada y luego parte para adentro de la roda; el berimbau dictando el ritmo y enseñando.
2. LA MALICIA
La malicia, tan comentada por los capoeiristas, es una de las cualidades del buen jugador. La malicia es usada en el Juego, y en la vida real.
Vamos a ver un ejemplo simple y objetivo: digamos que João tiene malicia. João observa a Zé Mané, que esta jugando con otros. João presta atención a los golpes que más usa Zé Mané: si el es bueno en dar quedas; cuales son los puntos débiles de los movimientos de Zé, en pie y en el suelo; cuales son las manías que Zé repite constantemente; cuando es que ejecuta floreos acrobáticos y queda "abierto" en esos momentos, etc.
A partir de esta observación, cuando João vaya a jugar con Zé el va a llevar ventaja y va a utilizar los puntos fuertes y débiles que observó en Zé. Por ejemplo: João va a abrir (falsamente) su guardia para el golpe preferido de Zé (y es casi seguro que Zé Mané lo va a atacar). Cuando el ataque venga, João ya estará esperando, y el contragolpe ya estará preparado. Si João va a contraatacar o derribar, o si apenas va a "mostrar" el contraataque (o queda) sin finalizar, va a depender de su personalidad (y del tipo de juego, si era jugando o juego duro).
Pero de una manera más completa y más compleja, envolviendo no solo el juego en la roda, sino también el juego de la vida, podríamos decir que la malicia esta constituida de dos aspectos:
1. El conocimiento de la naturaleza humana -en especial el lado oscuro-, que viene con el pasar del tiempo, a medida que vamos jugando con amigos y desconocidos en diferentes rodas. Y también al observar los "juegos" entre las personas en el día a día. Este conocimiento viene para todos y es consecuencia directa de la practica del Juego.2. El buen humor, la sonrisa, una ironía leve y saludable. Una comprensión que permite al capoeirista ver los lados más oscuros del ser humano y de la sociedad sin perder la alegría de vivir, sin tornarse un ser frío o cínico. El buen humor no viene automáticamente, tiene que ser cultivado. Una de las maneras de hacer esto es a través de la convivencia con mestres y capoeiristas que poseen esta cualidad.
Quien solo tiene el conocimiento de la naturaleza humana, pero no desarrollo el buen humor, se perdió por el camino: puede saber jugar capoeira muy bien, pero no es un capoeira -no sabe divertirse. Y el divertirse es algo básico y esencial en la manera de ser del capoeirista.
La malicia adquirida en el juego, proporciona el entendimiento inmediato e intuitivo de la personalidad y motivaciones de otra persona. El capoeira ve al otro a través de como el otro se mueve, por su postura, tono de voz etc., -y claro- por las acciones del otro en la vida diaria, independiente del discurso de aquella persona.
En la roda, el capoeira prevé los rumbos que el juego del otro va a tomar, y arma su estrategia en función de este conocimiento. En la vida, la misma cosa.
Pero sino hace esto con comprensión y tolerancia, alegría y buen humor, el no es capoeirista, y no vive la vida de la manera como la capoeira sugiere y enseña.
Por otro lado J. L. Lewis, en su tesis de doctorado sobre la capoeira, nos da una interesante visión de lo que es la malicia:
"Fingir es ciertamente una parte esencial de la malicia, y esto gira en torno de las reglas sociales. El capoeira toma ventaja de la víctima que sigue las reglas de cómo "se debe" actuar."
3. LOS TRES NIVELES DEL JUEGO
Ego, Superego, Id; Padre, Hijo, Espíritu Santo; Brahma, Shiva, Vishnu: el numero tres parece ser bien popular al dividir en partes una unidad.
Vamos a ver entonces los tres niveles en que ocurre el juego. Tenga en mente que los tres niveles ocurren simultáneamente. Pero, en un individuo dado, uno de los tres aspectos se va a manifestar con más fuerza.
El primer nivel se remite a los aspectos físicos : lucha, danza, competición. Por eso es importante una buena preparación física, golpes eficientes y bien aplicados, rapidez y buenos reflejos. La capoeira se vuelve un excitante juego de guerreros.
La mayoría de los jugadores de la capoeira regional se desenvuelven muy bien en esta faceta, muchas veces en deterioro de los otros dos niveles. El jugador que privilegia este aspecto no le da la importancia al ritual e ignora las raíces y la filosofía. No toca, o toca mal el berimbau. No responde al coro, aún cuando guste de ser el quien cante para sobresalir. Solo se interesa en jugar de forma metódica y muchas veces de manera agresiva. Raciocina en términos de ganar o perder; se preocupa de su imagen (se la pasa haciendo poses de serio y duro) y de lo que los otros van a pensar de él.
El primer paso en el segundo nivel es la malicia: comprensión de las personas, de la vida, los sufrimientos, motivaciones y fantasías de los seres humanos.
La capoeira deja de ser un pasatiempo para transformarse en parte de su visión de mundo. Vencer o perder ya no parece tan importante, y te preocupas de la capoeira como un todo y de cómo hacer para preservarla en el futuro. Con el pasar del tiempo, en este segundo nivel comienzan a considerarte un "cobra", Pero tu sabes que eres un principiante.
La práctica de la capoeira va cambiando tu personalidad y tu vida, y surgen nuevas y sorprendentes oportunidades: conocer personas y ser aceptado en otros círculos sociales; despertar la curiosidad por ser "diferente"; tener contactos por todo el mundo y poder viajar como un capoeirista en vez de turista.
La capoeira te protege, y también te exige.
Piensas en los capoeiristas del pasado y en la extraña herencia mestre-alumno. Algunas veces el Juego parece representar algo mas amplio, como si fuese un teatro en el cual se escenifica el embate de las diferentes personalidades de diferentes individuos -más aún, el choque de diferentes energías que rigen el Juego Mayor. De acuerdo con esta visión, la capoeira es una escuela de sabiduría donde se aprende como los seres humanos interactúan en el juego de la vida; y se vislumbra algo (un poco temible) que rige el mundo y el universo. Y queda la impresión de que algo va a ser revelado, así como el nombre de una persona que esta en la punta de la lengua pero que no podemos recordar.
Y se pasan diez, veinte, treinta, cuarenta años. Ahora tu eres un mestre. No existe ya diferencia entre tu y la capoeira. La vives; tu y ella son una misma y única cosa.
Posees una visión penetrante y especial que discierne lo que pasa entre dos jugadores -o entre dos personas, fuera de la roda -, tanto en el plano físico como mental y espiritual. Ya no sientes la necesidad de medirse con otro que dicen que es muy bueno. Perdiste, también, la curiosidad por las novedades que mueven el mundo del capoeiraje (las novedades son cosas conocidas que reaparecen con nuevas ropas).Estas rodado y viste la "vuelta del mundo" repetirse infinitas veces.
Estableciste una tela de "camarás", viejos y jóvenes jugadores que tienen afinidad espiritual contigo, y los encuentras y reencuentras por el mundo -es la vuelta que el mundo dio, y la vuelta que el mundo da.
O tal vez, como consecuencia de actos inamistosos durante la juventud, te volviste un lobo solitario, admirado y respetado por los jóvenes sin experiencia, pero evitado por tus pares, que no quieren ninguna trance contigo.
Cualquiera que sea el caso, habrás tenido acceso- en menor o mayor grado- al tercer y último nivel. Que estaba allí presente todo el tiempo, desde el primer día en que escuchaste el sonido del berimbau, pero que solamente ahora se revela totalmente. Algo que puede ser llamado el misterio y la falsedad del juego de la vida, sobre el cual los viejos mestres cuentan chistes e historias curiosas, pero solo entre ellos, nunca las cuentan para los demás, porque no hay nada que decir para quien no comprende.
Texto extraído del libro "Capoeira, Pequeno Manual do Jogador", de Nestor Capoeira Ed: Record, RJ, 1992
Traducido al español por Alvaro Letelier Hidalgo
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