BREVE HISTORIA DEL MUNICIPIO |
La franja de litoral que ocupa el término de Salou ha sido un enclave privilegiado para el desarrollo favorecido por sus playas y calas.
La presencia de una población sedentaria en la zona es testimoniada con el establecimiento de los íberos y la civilización romana. Son los tiempos de la mítica Salauris que tradicionalmente se identifica con Salou.
A partir de aquí, y con la llegada de los sarrainos, se produce un progresivo despoblamiento y abandono del territorio. No será hasta la mitad del siglo XII, y con el impulso de la reconquista, cuando se intenta una nueva repoblación. En el año 1194 se documenta la carta de población de Salou, otorgada por Alfons I el Casto a favor de Ximeno de Artusella, intento, no obstante, que no tuvo éxito.
El siglo XIII está marcado por la obra conquistadora del rey Jaume I, que enterado de las excepcionales condiciones del puerto natural de Salou, concentra la escuadra que partiría en 1229, hacia Mallorca.
Salou ha formado parte del patrimonio de la mitra tarraconense hasta época bien reciente, cuando en el 1673, ésta otorga derechos a favor de Vila-seca, iniciando un proceso por el cual esta villa irá adquiriendo la posesión de Salou y su puerto, cosa que originó no pocas disputas con la vecina ciudad de Reus.
En 1776, se bendice la iglesia de Santa María del Mar, una modesta capilla de culto del gremio de marineros matriculados que, desde mitad de siglo, se encargaban con exclusividad de las tareas portuarias y pesqueras.
En el año 1820 se edifica la Capitanía y la Nueva Aduana, pero en Noviembre de este año, un decreto de las Cortes Constitucionales suprime el funcionamiento del puerto de Salou. Pese a que en 1858 se inaugura el Faro, la decadencia del puerto ya es patente.
El año 1863 se autorizan las casetas de baño en la playa de Poniente y en 1865 se pone en funcionamiento la estación del ferrocarril. En 1887 se inaugura la línea de tranvía Reus-Salou, el popular “carrilet”.
Durante los años veinte se empiezan a edificar los chalés modernistas del paseo de Jaume I, y empiezan a llegar los primeros veraneantes y turistas.
A partir de los años 60, Salou experimenta un espectacular crecimiento urbanístico que provoca el fenómeno turístico. En el año 1965 es erigido el monumento a Jaume I, que puede ser considerado todo un símbolo del Salou contemporáneo.
En los años 70, un amplio movimiento popular y organizado promoverá el proceso de segregación de Salou, que culminará con la sentencia del Tribunal Supremo, el 30 de octubre de 1989, la cual concede la independencia administrativa del núcleo de Salou respeto de Vila-seca, y manda a la Generalitat la creación del municipio de Salou. A partir de aquel momento, Salou vivirá la más importante transformación urbana y social, con un impulso de reequipamiento, renovación de servicios, y de crecimiento demográfico.