MONUMENTOS Y LUGARES DE LA POBLACION


El pueblo de Pedralba es un enclave en el que todavía puede respirarse tranquilidad en nuestra zona en pleno desarrollo, sin llegar a la montaña de La Serranía, por lo que aún estamos cerca de la capital valenciana (unos 35-40 min.).
El visitante que desee pasear por el pueblo puede visitar la iglesia, de estilo barroco valenciano muy característico. Otro punto en el que se ve la historia pasada del pueblo es la calle de la escalera, en la que pueden verse restos del castillo, que a día de hoy están integrados en la arquitectura; puede pasear por la ermita; por la huerta de casa en el río, y la zona del Pontón; también puede pasearse por alguno de los tres parques que hay en la población, el de la trilladora, el de los olivos, y el de Bosmie l’aguille.


Parque de la Trilladora


Al que guste la práctica del senderismo, le será muy interesante recorrer el conocido como Sendero de la Peña Latrón que partiendo de la subida de la Ermita virgen de Luján, nos conducirá primero a la Fuente de la Canaleta y pasando luego por la Presa contemplando una magnífica vista del río Turia.
Al continuar por un camino muy estrecho llegaremos a un barranco donde podemos admirar una compuerta antigua del canal. Tras coronar el Pico de la Peña Latrón, descenderemos para cruzar el río por unas piedras y observar desde lo alto el Nido del Águila.
Siguiendo por otro barranco rico en vegetación denominado Barranco de la Pedrera encontraremos al final la cueva del mismo nombre, para llegar al término de nuestro recorrido en la Ermita Virgen de Luján, donde se respira paz y tranquilidad y podremos refrescarnos del esfuerzo realizado en la Fuente del Parque, con un precioso mirador al río Turia.



Alrededor de La Plaza, las calles tienen un trazado irregular, recovecos y desniveles que revelan su origen medieval. La iglesia, del siglo XVIII, es el monumento más importante de Pedralba. Perteneciente al Barroco tardío, es destacable su Altar Mayor, así como su peculiar fachada. La Casa de La Cultura, esta situada en el lugar que ocupó la antigua mezquita árabe, de la que conserva la torre, y antes, se situó una iglesia cristiana, cuya estructura arquitectónica mantiene. La ermita de la Virgen de Luján es de construcción moderna, estando actualmente inacabada. La imagen que preside la ermita fue traída desde Argentina, y el edificio se encuentra ubicado en el Alto del Puente, mirador natural desde donde se contempla una espléndida panorámica del pueblo junto al río.


Ermita de la Virgen de Luján

La Cruz de la Torreta

El Museo de Arte Moderno "Pedralba 2000" es un interesante recinto donde admirar las obras más recientes del arte español y europeo, con artistas como Canogar, Saura, Feito, Sempere, Mompó, etc. y está ubicado en una antigua casa de labranza totalmente reformada. Dos bandas de música y varias asociaciones activan también la vida cultural en Pedralba, promoviendo actividades tanto lúdicas como culturales.
Situada a la orilla del río Turia, que luego desemboca en Valencia, Pedralba todavía se halla recostada entre montañas, cuyo principal producto es el vino, el aceite y el algarrobo. Por eso sus alrededores tienen más bien un aspecto austero que pintoresco, con excepción de la franja de huerta que bordea en unos kilómetros el río Turia. La vida en el pueblo es verdaderamente pacífica y patriarcal, fundada en el trabajo agrícola, del cual tienen todos, por lo menos, lo suficiente para vivir, y, muchos de ellos, holgadamente.
La invención de los Molinos y de la maquinaria apta para la molienda de cereales se considera una de las conquistas tecnológicas más significativas en la historia del género humano. La explotación de una energía de la naturaleza; el agua, con el fin de sustituir el trabajo físico de los hombres o de los animales señala un avance cultural pero también socio-económico. Algunas descripciones de Plinio, demuestran que el molino de agua era bien conocido en el mundo romano clásico. Los molinos se construían en los alrededores de un río, abriendo un canal paralelo, de manera que el caudal de agua fuese controlable.


Rio Turia

Una vez que el agua llega mediante un canal al molino, al caer desde varios metros de altura, golpea con fuerza en el rodezno y éste a su vez, hace girar la piedra superior, la piedra inferior era fija, entre ambas piedras existían unas estrías que se desgastaban por el uso y se tenían que cincelar periódicamente. El centeno se almacenaba en la Trimuella de madera, situada en la parte superior, cayendo lentamente en un agujero, en el centro de la piedra. Para obtener harina de buena calidad, el molinero utilizaba un tornillo con manivela, que al girarlo producía la separación en unos milímetros de las piedras que molían el cereal, de esta forma se conseguía distinto grosor en el harina molida. El grano, depositado en la trimuella se vertía a un canal que gracias a la vibración hacía caer de forma continua y pausada el grano al círculo central de la muela superior.


La separación entre las dos muelas era mayor en la parte central, por donde iba entrando el grano, e iba disminuyendo hacia el exterior, por donde salía la harina. Alrededor de las piedras se colocaban los cambeiros, una estructura de madera de forma cilíndrica que impedía que la harina se derramase. La estructura de madera, desde la canal de entrada del grano, hasta la tarabiella (palo de madera que se movía según la velocidad de la piedra), se sometía a un movimiento vibratorio, que ayudaba a la entrada del grano y a verter la harina en el farneiro (recipiente de madera, donde se recogía para su posterior envasado en sacos). La harina era aprovechada para dársela diluida en agua a los animales o bien mezclada con harina de trigo para hacer pan en el horno. En una artesa de madera, conocida con el nombre de masera, se mezclaba con agua, levadura y sal y se obtenía la masa del pan, reservando una pequeña parte de esta durante ocho días, transcurridos los cuales se envolvía con harina, realizando las funciones de levadura; era lo que se denominaba masa madre.


Piedras del Molino

Fuente del Parque

Una vez hecha la masa se deja reposar, antes de cocerla en el horno, calentándose a base de leña. Las hogazas se introducían con la pala, instrumento realizado en madera y con un mango de gran longitud para poder alcanzar el fondo del horno.Para evitar que se quemara el pan con la brasa del fuego, se barría éste con escoba natural, disminuyendo a la vez la temperatura de la baldosa que era de barro cocido.Para empujar la brasa hacia la boca se empleaba una herramienta de madera en forma semicircular y provisto de mango largo. El rescoldo se apartaba hacia derecha o izquierda para poder hacer llama y ver si el pan estaba cocido, a la vez que se mantenía constante la temperatura.Una vez realizada esta operación, se barría el horno con la escoba mojada. Cuando estaba en su punto se extraía con la pala dando por finalizada la hornada, la primera hogaza o bolla se repartía entre los numerosos chiquillos que jugaban en los alrededores. Hoy en día, los viejos molinos de Sanabria, y los hornos son mudos testigos del paso del tiempo. En Pedralba tres molinos han sido restaurados en su totalidad con fondos propios del Ayuntamiento, y aportaciones de la Junta y de Adisac.Uno de los hornos se ha reformado y en la actualidad es una vivienda en alquiler. Sirva de recuerdo al esfuerzo, de aquellos hombres y mujeres que con su esfuerzo contribuyeron al desarrollo de Sanabria.


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