EL PRESENTE Y EL FUTURO DEL TEATRO

El teatro no es un oficio más, es una pasión. Y si no lo es, no es nada. Actualmente se está mixtificando lo que es la esencia misma del Teatro. Se le incluye, sin más, en eso que llamamos el ocio. “Entertainment”, término anglosajón que ha venido tiñéndolo todo de una superficialidad peligrosa, y que se traduce literalmente pero con mucha exactitud por “entretenimiento”, no define y, en cualquier caso, no abarca todo cuanto significan las Artes Escénicas. “Entertainment”, entretenerse, en mi opinión es demasiado lasciva con cualquier actividad innecesaria un tiempo sobrante. No creo que haya que acudir al teatro sólo a entretenerse un rato, y también niego que se tenga que ir al teatro a aburrirse, Ser aficionado al teatro, ir al teatro, no forma parte en general de las costumbres habituales de nuestro ciudadano medio, se ha convertido para él en algo exótico y un tanto trasnochado.” No un simple “entertainment” para llenar de algún modo nuestras horas de ocio, sino esa ceremonia que ha ido acompañándonos a lo largo de nuestra historia simbolizando nuestro paso como especie, por la evolución. “Presente y futuro del teatro”. Del presente estamos hablando. El teatro refleja, o debe hacerlo, las grandezas y las miserias de las diversas generaciones que se van sucediendo en el ejercicio y disfrute de esa actividad. Es evidente que ello engloba a las que ostentan un alcance eterno y universal. El mayor problema que aqueja al Teatro es su presente. Todo el teatro simboliza la vida, nuestra vida, la de los seres humanos en cada lugar y momento de su trayectoria, nos refleja a nosotros, las personas. Comparándolo con el cine, son dos medios que se dedican a contar historias y a influir en nosotros, pero ahí acaba todo. Un ser humano reflejado en una pantalla no es realmente nada, más que una imagen. El ser humano al que creemos ver ya no está allí, nunca estuvo en ese lugar. La grandeza del teatro, que éste no sólo muestra, sino que comparte, es esa comunicación de unos con otros que se produce en algunos momentos privilegiados de la experiencia teatral. Pero el teatro es un Arte por esto mismo; No es sólo un espectáculo, es una ceremonia compartida.

Somos mucho más que consumidores, o productores; somos seres que aprecian, disfrutan, se enriquecen y comparten la expresión de la fuerza espiritual del creador, del artista, no con vistas al consumo, sino a nuestro perfeccionamiento interior.

“Que el teatro sea siempre el arte de conseguir que el ciudadano esté siempre enterado de los asuntos que le conciernen y le impulse a tomar parte en ello.”

Nuestra batalla tiene que librarse desde dentro, reivindicando que tenemos derecho a existir, que tenemos la obligación de existir, y no de forma que acabemos con el teatro tan solo por compartir programas como los de hoy en dia (Gran Hermano, La selva de los famosos...) que solo nos llevan a dañar a nuestros semejantes por dinero, sino trabajando unidos por una causa; poder disfrutar de una cosa tan simple como una buena obra que nos ayude a compartir momentos especiales con aquellos a quienes apreciamos.

¿Que qué será del teatro? Sólo depende de nosotros.


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