INTRODUCCIÓN               FARSALIA               OPINIÓN PERSONAL

   

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BIBLIOGRAFIA

   
   

INTRODUCCIÓN

 

Antes de todo es imprescindible conocer el significado que conlleva el término “guerra”. La guerra se podría decir que es el modo violento en que los grupos sociales se relacionan, donde llevan sus diferencias al conflicto, una relación donde la violencia ha sido utilizada con intencionalidad.

         Clausewitz, en su obra magna “De la Guerra”, la cual fue elaborada el primer tercio del siglo XIX,  nos describe este acto como: “... violento cuyo fin es forzar al adversario a ejecutar nuestra voluntad”. También decía que “ la guerra es un acto de violencia y no hay límite para la manifestación de esta violencia. Cada uno de los adversarios hace la ley del otro, de donde resulta una acción recíproca, en tanto concepto, debe llegar hasta el extremo”

Una vez analizado el concepto guerra, me centraré en el punto de vista que tenían lo romanos respecto a este acto violento.

Para los romanos ante todo la guerra era un acto que debía realizarse justamente, y debía ser declarada según unas reglas de derecho internacional.

         El ejército romano estaba formado con conocimiento. Cada parte contaba con un armamento específico y una función concreta a desempeñar. No se trataba de unos bárbaros armados que se abalanzaban de forma brutal contra su enemigo; El ejército romano contaba con estrategias y cada miembro del ejército sabía con determinación su función a realizar.

         El ejército romano contaba con la infantería pesada (legionarios) ; la indumentaria de la que disponía en su origen para la protección estaba compuesta por el yelmo, la coraza, el escudo (SCUTUM.),  las espinilleras y como armamento disponían de una espada (GLADIUS HISPANIENSIS)  y dos jabalinas (PILUM).

        

         También se contaba con la reserva, la cual servía de apoyo en la batalla y contaba con un armamento ligero.

         Además se contaba con  tropas auxiliares. Los miembros que formaban este grupo habían sido reclutados como  mercenarios o como consecuencia de pactos realizados con los pueblos aliados;  también provenían de aquellos pueblos que habían sido vencidos y como consecuencia sometidos. Cuando la campaña finalizaba este último grupo era disuelto.

 

FARSALIA

Mi trabajo se centra en una batalla en concreto, la batalla de Farsalia, de la cual analizaré:

 

       El ejército con el que contaba cada bando.

       Las estrategias realizadas por cada uno de ellos.

       El desarrollo de la batalla.

 

         La batalla de Farsalia (9 de agosto del año 48 a.C),  se desarrolló en Grecia, en la llanura de Farsalia, más allá de los montes Cinoscéfalos, ( que en griego significa “cabeza de  perro”).

         En este acontecimiento se enfrentaron los ejércitos de Cayo Julio César contra los ejércitos de Cneo Pompeyo Magno,  el cual había unido sus fuerzas a las de Escipión en Larissa . César por su parte hizo lo mismo en Aeginium con las de Dominicio.

 

        

Pompeyo defendía la República frente a César. Posiblemente Pompeyo no pretendía llegar a un enfrentamiento bélico contra César, pero su poder de decisión había sido siempre cuestionado y no tuvo la capacidad de imponer su voluntad en el ejército que él mismo comandaba. César no dudó en aceptar el desafío para enfrentarse a Pompeyo pero al contrario que éste, el mando de César jamás fue cuestionado como lo fue el caso de Pompeyo. Tenía plena confianza tanto  en sus oficiales como en sus legionarios al igual que ellos en César, pues lo consideraban como a un líder que nunca les fallaría, pues él era la única cabeza del ejército.

 

         En un principio Pompeyo pensó que plantear batalla en territorio griego era una gran idea, pero pronto veremos como el resultado no fue el esperado.

 

         Antes de realizar un análisis de la batalla de Farsalia, llevaré a cabo un pequeño inciso de los representantes de ambos bandos que se enfrentarán y de las condiciones en que se encontraban cada uno respecto a su adversario.

         Desde el punto de vista de experiencia militar, Pompeyo se situaba en un escalón superior respecto a César, pues había participado en varias campañas de las cuales salió victorioso como puede ser:  una campaña contra la piratería del Mediterráneo,  y además había combatido en la I Guerra Civil contra Sila, en Oriente y en Hispania.

        

El ejército que dirigía Pompeyo estará compuesto por tres importantes agrupaciones:

1)     Por un lado el ejército de Pompeyo con sus legiones, generales y políticos afines.

2)     Un segundo ejército bajo el mando de Escipión con el apoyo  de republicanos.

3)     Y finalmente un tercer grupo compuesto por gente que había luchado a favor de César y luego había cambiado de bando.

Pero su ejército llegaba aún más allá pues se presentaron alrededor de  2000 voluntarios que habían formado parte del ejército de Pompeyo en combates anteriores y que ahora se repartirían entra las unidades de las que disponía. Además  contaba con el apoyo de naciones aliadas pues desde Asia habían venido junto con Escipión jinetes de la Capadocia  soldados de Ponto (600), 200 arqueros a caballo desde Armenia  y algunos Gálatas. Además desde el territorio griego contaba con refuerzos Atenienses, Beocios, Peloponesios, Macedonios y Tracios. Este ejército contaba con un total de 117 cohortes, de las que 7 permanecieron en el campamento. Las otras 110 cohortes formarían 11 legiones completas.

 

         Frente a este ejército bien formado del que disponía Pompeyo, se encontraba el ejército de César que no estaba  en las mismas condiciones que el ejército de Pompeyo, tanto por la cantidad, como por la edad media de los legionarios, pues estaba formado por gente veterana de una edad media elevada.

        

         Por otra parte las legiones que lo componían ya habían sufrido un gran agotamiento en Dirrachium, Macedonia y Tesalia. Y además acababan de conquistar las Galias.

         El ejército de César estaba formado originalmente por 87 cohortes de las cuales 7 se ubicaban en el campamento, las restantes 80 se dividían formando 9 legiones pero que quedaban incompletas , pues cada legión contaba de 2800 legionarios cuando en realidad tendrían que estar formadas por 4800 soldados.

         Contaba también con la presencia de 1000 jinetes, de los cuales 400 eran Ubios (pueblo germánico) . Estos jinetes Ubios ya habían estado presentes en la anterior batalla de Alesia y su sola presencia ya causaba un cierto temor en el adversario. El resto de los 1000 jinetes eran de origen galo. Con la introducción de estos jinetes, César llevó a cabo una maniobra aprendida en las Galias que consistía en unir a los escuadrones de caballería un contingente de infantería ligera de 400 hombres al modo germano.

         Complementaria a la legión encontramos a 7400 jinetes auxiliares, además de aliados voluntarios como los Etolios que formarían la infantería ligera, los Dolopes y los Arcanianos.

         Como podemos observar el ejército de César también era abundante pues resumiendo contaba con 26000 legionarios a los que añade 5000 auxiliares y 1000 jinetes.

 

         Una vez analizado y calculado el número de soldados que componían cada ejército y sus posiciones en la batalla, pasamos ahora a la estrategia que tanto Pompeyo como César pretendían utilizar en el enfrentamiento.

 

         Pompeyo, antes de realizar el ataque directo contra César, pretendía llevar a cabo una estrategia de desgaste. Su objetivo era alejar lo máximo posible a César de sus líneas naturales de suministro y de refuerzos que estaban en las Galias y de esta forma obligarlo a salir de Italia, pues Pompeyo sabía con seguridad que entablar combate en Italia contra César habría sido un fracaso absoluto. De forma que Pompeyo tenía que optar por otras vías para llevar a cabo el combate; de esta forma contaba con tres opciones :

          Uno de los primeros lugares que pensó fue Hispania, pues allí contaría con sus legados, pero esta opción fue desechada  ya que suponía tener que cruzar el mar.

         Otra opción era en tierras ubicadas entre los Pirineos y los Alpes, pero esta opción también fue desechada como la anterior, pues esta era zona controlada por César.

         Finalmente se decidió por la opción de Grecia, pues consideraba que era la más acertada y la mejor opción que se le presentaba, pues optando por Grecia se ubicaría más cerca de oriente, lugar donde Pompeyo era famoso.

         La estrategia de Pompeyo consistía en ir cortando los aprovisionamientos y suministros de los que pudiese disponer César, con el fin de ir acorralándolo en Grecia.

Al plantear la batalla Pompeyo sacó a su ejército del campamento y lo situó en la ladera del monte Dogandzis en mejor posición estratégica que César, contando con su superioridad numérica, sobretodo en  lo referente a la caballería (7000 contra 1000).

         La estrategia César se basaba en expandirse por toda la llanura, pero no pudo llevar a cabo este proyecto debido a la falta de tropas. De forma que optó por una estrategia denominada “guerra de movimientos”. Esta táctica ya fue utilizada por César en las Galias obtuvo un resultado favorable. También fue utilizada en Cartago Nova  por Escipión el Africano. En este tipo de estrategia el número de soldados que participasen en el combate no era la clave principal de la estrategia, más bien esta consistía en la velocidad del ejército y la rapidez en la utilización de la maniobra. Para César era mucho más valiosa la experiencia y la táctica de la que disponían sus soldados, que no tanto la cantidad de gente a su disposición .Para él era “ más valioso pocos pero veteranos que muchos pero inexpertos”.

 

         Una vez analizados los generales de cada bando en la batalla y las estrategias que pretendían seguir cada uno de ellos contra el adversario, pasaré ahora a desarrollar los acontecimientos bélicos de la batalla de Farsalia iniciada el 9 de agosto de 48 a.C.

 

         Julio César cruzó el Enipeo cerca de Farsalia y acampó en la orilla norte. Pompeyo estableció su campamento a unos 5 Km. al noreste del de su enemigo, en las faldas del monte Dogandzis.

         El primero en iniciar el combate fue César, tomando la iniciativa con los auxiliares.

         Tanto César como Pompeyo llevan a cabo la táctica de apoyar uno de los flancos en un arroyo y concentrar la caballería en el otro flanco.

         Pompeyo contaba con mayor número de legionarios que César, pero en todas las unidades había una mezcla de soldados auxiliares, veteranos o reclutas, y su intención era llevar a cabo un despliegue de estas cohortes, sin embargo Pompeyo fue alertado de que parte de su ejército, concretamente los auxiliares y los aliados no habían mantenido, durante el avance,  un orden cerrado y cohesionado, de forma que Pompeyo decide detener el avance.

         Pompeyo en la batalla pretendía colocar a la derecha 600 jinetes de Ponto y a continuación toda su infantería en tres líneas, agrupadas en tres flancos, el de la derecha al mando de Léntulo, el del centro a las órdenes de Escipión y el de la izquierda dirigido por Domicio Enobardo; a continuación pretendía concentrar en el ala izquierda toda la caballería, menos los 600 hombres ya mencionados, junto con los arqueros y los honderos bajo el mando de Labieno; y finalmente destacar a siete cohortes para proteger el campamento e intercalar entre las líneas a algunas tropas auxiliares para que actuaran como infantería ligera.

          El ejército de César estaba distribuido de la siguiente manera: el ala derecha iba mandada por Publio Sila, el centro por Domicio Calvino y la izquierda por Marco Antonio. César temía que el ala derecha fuera arrollada por la numerosa caballería adversaria y retiró varias cohortes de la tercera línea (unos 3000 hombres en total), formando con ellos una cuarta situada oblicuamente el frente, tras la caballería, para no ser detectados por sus enemigos. Sabía que esta opción era peligrosa, pues suponía debilitar el centro de su ejército, pero aún así decidió arriesgarse.

         Lentamente César se fue aproximando. Pompeyo viendo que el ejército de César, más experimentado que el suyo, carga con lentitud decide lanzar al ataque sus 7000 jinetes del ala izquierda sobre los 1000 que componían el ala derecha de César con lo que esperaba romper el flanco derecho de su enemigo.

         César no tardo demasiado en contraatacar sobre el flanco enemigo, utilizando los 3000 legionarios que aguardaban detrás de la caballería. Estos cargando sobre los jinetes, rápidamente provocan el pánico, y los jinetes pompeyanos, aterrorizados dan media vuelta, huyendo monte arriba.

 

         Habiendo sido derrotada la caballería de Labieno, y dejando ésta un hueco abierto, César manda a su caballería tras los restos de los jinetes enemigos, y ordena a la infantería cargar contra la línea derecha de Pompeyo, flanqueando el ángulo de la línea de batalla pompeyana y provocando el pánico entre el resto del ejército enemigo. Tal estrategia supuso la victoria de César y la huida del ejército pompeyano. Según Apiano, César perdió 30 centuriones y 200 soldados por los 6000 muertos entre las filas de Pompeyo.

         Sin embargo para César la batalla no acaba aquí, pues reagrupará algunas de sus tropas con el objetivo de asaltar el campamento de Pompeyo, ya que temía que éstos se recuperasen del ataque sufrido y les atacaran.

         La fortificación pompeyana cayó en manos de César y todo de lo que se disponía del campamento pasó a  su entera disposición.

         Ante tal situación, Pompeyo, quien sería posteriormente asesinado en Egipto, se despojó de su manto de general y montado en su caballo marchó hacía Larissa con el fin de salvar su vida. pero ni aún así logró evitar a César. Pues éste, prohibió a sus hombres entretenerse con el pillaje y recoger las reliquias de la fuga, arrojó a los restos del ejercito enemigo de un monte, los obligó a refugiarse en otro, rodeándolos, y los forzó a rendirse. Acto seguido marchó hacía Larissa, siguiendo a Pompeyo.

Pompeyo, escapado de la derrota de Farsalia había pasado al Africa

 

 

 

OPINIÓN PERSONAL

A mi juicio la táctica de César fue la más correcta, aunque también se vio obligado por las circunstancias, pues disponiendo de un ejército más pequeño, no podía entablar una batalla frontal, ya que aunque sabía que sus hombres eran más veteranos, su inferior número no garantizaba la victoria, por lo que optó por idear un ataque por el flanco, y por ello colocó infantería tras los jinetes, los cuales al ver la carga de los enemigos, dieron media vuelta fingiendo la retirada; los jinetes de Pompeyo viendo que los enemigos retrocedían cargaron sin pensar, posiblemente porque no sabían que estaban ahí, en la infantería que había detrás, lo cual fue un error, ya que frente a la infantería no tenían nada que hacer. Su posterior huida dejó abierto el hueco que permitió a César cargar por el flanco a la línea de batalla enemiga. Este es a mi parecer el momento más decisivo.

Pompeyo, coincidiendo con lo que dice Plutarco, debería haber aprovechado este momento pues había sido ideal para sacar partido de su superioridad numérica, haciendo avanzar su flanco derecho, el cual estaba compuesto por las legiones de Léntulo que se mantenían hasta ahora inactivas.  Otra opción podría haber sido la de retener a su caballería, impidiéndole que atacará y colocando a las legiones de Léntulo en vanguardia. Entablar un combate frontal sabiendo que su ejército al contar con más hombres hubiera podido romper, más tarde o más temprano, la línea de batalla enemiga; sobretodo al estar el flanco derecho de César compuesto de caballería, la cual no hubiera podido resistir un ataque directo de la infantería enemiga y habría terminado huyendo como hizo la suya. Y le habría dejado un hueco por el que su caballería mucho más numerosa hubiera podido flanquear al ejército de César y atacarle posteriormente por detrás, mientras que su infantería, libre ya de un enemigo, hubiera podido cargar contra el flanco derecho del ejército de César acorralándolo entre dos frentes.

 

         Alicia Cabrera García

 

   
    BIBLIOGRAFIA