Entrevista con Vannevar Bush

por Carles Calatayud


El científico Vannevar Bush lleva bastante tiempo trabajando en el campo de la computación analógica y en las posibilidades que ofrecen los dispositivos ópticos y de composición fotográfica, así como el almacenamiento y recuperación de microfilms. Sobre este último aspecto, el Dr. Bush ha publicado recientemente un artículo titulado As we may think ("Cómo podríamos pensar") en el que parece haber hayado los requerimientos necesarios para construir un aparato (muy parecido en cuanto a su fisionomía a un escritorio) al que ha denominado MEMEX. Este sería capaz, según el señor Bush, de almacenar información en formato escrito, a modo de grabación y comunicaciones. Además, según sus planteamientos, esta información guardada podría ser consultada en cualquier momento por el público interesado.

C.C.

¿Qué es exactamente Memex?

V.B.:

Podemos decir que se trata de un aparato futuro de uso individual que es una especie de archivo privado mecanizado y biblioteca, en el que una persona almacena todos sus libros, archivos y comunicaciones, y que está mecanizado de modo que puede consultarse con una gran velocidad y flexibilidad. En realidad, constituye un suplemento ampliado e íntimo de la memoria.



C.C.

¿Con qué finalidad o propósito nace Memex?

V.B.:

Sin ir más lejos, las leyes de la genética que Mendel formulara se perdieron durante toda una generación debido a que no llegaron a oídas de aquellos científicos capaces de llegar a comprenderlas y difundirlas. Y este tipo de catástrofe continúa repitiéndose en nuestros días y entre nosotros: logros verdaderamente significativos se pierden entre el maremágnum de lo carente de interés. El ser humano ha erigido una civilización tan compleja que le resulta absolutamente necesario mecanizar por completo sus archivos si desea llevar toda su experiencia a su conclusión lógica en lugar quedarse bloqueado por sobrecargar su limitada memoria. Sus excursiones conceptuales podrían resultar más placenteras si pudiese recuperar el privilegio de olvidar las múltiples cosas que no necesita tener a mano inmediatamente, aunque sin renunciar a la seguridad de poder encontrarlas en el momento en que le pudiesen resultar útiles. Por lo tanto, impedir que se repitan situaciones como lo ocurrido con las leyes de la génetica de Mendel es uno de los principales objetivos para lo que nace Memex.



C.C.

¿Puede explicar groso modo el funcionamiento de esta máquina que usted nos presenta hoy?

V.B.:

El memex consiste en un escritorio que constituye primariamente el lugar de trabajo de la persona que accede a él. En su plano superior hay varias pantallas translúcidas inclinadas –visores– sobre las cuales se puede proyectar el material para ser consultado. También dispone de un teclado y de un conjunto de botones y palancas. Por lo demás, su aspecto se asemeja al de cualquier otra mesa de despacho. En uno de sus extremos se encuentra almacenado el material de consulta. La cuestión del volumen de éste queda solucionada por el uso de un tipo de microfilm similar al actual pero sobre el que se han introducido ciertas mejoras. Libros de todo tipo, imágenes, publicaciones periódicas y diarios se pueden ir introduciendo cuando se desee. Del mismo modo, se puede introducir en él correspondencia comercial u otra información de manera directa. Por último, en el plano superior del aparato hay una superficie transparente sobre la que se pueden colocar notas confeccionadas a mano, fotografías, memorándums y todo tipo de material informativo.



C.C.

¿Dónde se encuentra el avance o la innovación más importante que aporta Memex?

V.B.:

Memex representa un paso inmediato hacia la indización o archivado de tipo asociativo, cuya idea básica consiste en posibilitar que cada uno de los elementos pueda seleccionar o llamar, según nuestra voluntad, a otro elemento de una manera inmediata y automática. Esta constituye la característica esencial del Memex; el proceso de enlazar dos elementos distintos entre sí es lo que le otorga su verdadera importancia.



C.C.

¿Cúal es el principio fundamental sobre el que descansaría este ingenioso aparato?

V.B.:

Hasta el momento, los seres humanos hemos sido capaces de continuar ampliando la extensión del archivo sin apenas ser capaces de consultarlo. La consulta de un archivo con una envergadura de casi 2000 años de antiguedad no se limita, ciertamente, a la mera extracción de datos para la investigación científica, sino que está más bien en relación con todo el proceso por medio del cual el ser humano aprovecha su herencia de conocimientos adquiridos. Por ello, ante tanta cantidad de contenidos la acción de mayor importancia es la selección. Así, los dispositivos de selección unidos al método de asocicoón como herramienta para entrelazar y relacionar los distintos arxivos y contenidos permitirán un aumento considerable en la revisión de los datos.



C.C.

¿Es tecnológicamente viable la construcción y posterior puesta en funcionamiento de Memex?

V.B.:

Confiamos en que la ciencia pueda poner en práctica las formas en las que el ser humano produce, almacena y consulta el archivo de todo nuestro género. Ciertamente, podría haber resultado más llamativo haber señalado los instrumentos del futuro de una manera más espectacular en lugar de habernos ceñido a los elementos que ya conocemos en la actualidad y que están presentando un rápido desarrollo. Si bien es cierto que hemos pasado por alto las dificultades técnicas para desarrollar Memex, al mismo tiempo que hemos ignorado los medios, aún desconocidos, que podrían acelerar el progreso técnico de una manera al menos tan violenta como lo hizo la aparición de la válvula termoiónica. Confiemos en que las aplicaciones de la ciencia continúen permitiéndo al ser humano la capacidad de abarcar el vasto archivo que se ha ido creando durante toda su historia y aumentar la sabiduría mediante el contacto con todas las experiencias de la raza humana.

 

C.C.:

Muchas gracias por atendernos y suerte con sus proyectos futuros. Hasta siempre.

V.B.:

Muchas gracias a usted.


TIME Magazine
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