La Torre del Micalet

La Torre del Miquelete es uno de los símbolos emblemáticos de la arquitectura gótica valenciana. Se puede divisar desde prácticamente cualquier punto de la ciudad antigua.

HISTORIA

Recibe su nombre de la campana de las horas situada en lo alto, llamada Miguelete o Micalet por ser bautizada el día del Arcángel San Miguel. También se encuentran alojadas en él otras once campanas, en el cuarto cuerpo, en una cámara especialmente preparada por la instalación de unas puertas de madera que cubren parcialmente las ventanas, actuando a modo de caja de resonancia.

En un principio, la Catedral tenía el campanario integrado en el conjunto arquitectónico. Este Campanari Vell fue derribado y en su lugar fue construida, en el siglo XIV la Sala Capitular, que terminaría siendo la actual Capilla del Santo Cáliz.

SEPARADA DEL RESTO.
En 1381, por iniciativa del obispo Jaime de Aragón, se comienza la construcción de la torre catedralicia o Campanar Nou. Aunque actualmente forma parte del conjunto arquitectónico de la catedral, en su origen era un cuerpo exento, separado del resto, quedando unido al construirse, en el siglo XV, el último tramo del templo.

Las obras fueron encomendadas a Andrés Juliá, quien las llevó a cabo con bastante lentitud, incluso con el Cabildo apremiando con nuevas aportaciones. En la dirección le sucedió Joseph Franch en 1396, que intensificó las labores con varias cuadrillas de albañiles, logrando que en 1413 la torre alcanzara el tercer cuerpo.

Un año más tarde, Pere Balaguer, constructor de las Torres de Serranos, decidió el último cuerpo.
El Cabildo encargó a Martín Llobet, un antepecho de crestería calada que fue arrasado en el siglo XVIII, y sustituído por una barandilla metálica hasta la restauración de 1983.

En el siglo XVII se construyó la espadaña de piedra que vemos actualmente sosteniendo las campanas de las horas y los cuartos.

EL EXTERIOR.
La torre es de planta octagonal, y mide 51 metros de altura. Las aristas que forman el octógono están marcadas por contrafuertes que, en un principio, quedaban rematados por pináculos en lo alto de la torre.

Está estructurada en cuatro cuerpos separados en su exterior por impostas molduradas, presentando los tres primeros una severa decoración, con escasas ventanas y paramentos desprovistos de toda ornamentación, que dan a la torre un aspecto macizo.

El cuerpo superior, destinado a albergar las campanas, se diferencia del resto por su rico ornato a base de ventanas ojivales coronadas por gabletes y florones. Esta decoración se completa con pináculos rematando los contrafuertes, y con elegantes tracerías y refinadas labores escultóricas.

El edificio se culmina con una terraza en la que se sitúan las campanas de las horas, el Micalet, y la de los cuartos, pendiendo de una gran espadaña de piedra.

VISITA.
Ve preparado/a para subir los 207 peldaños de que consta la escalera de caracol que da acceso a la terraza, única parte visitable de la torre.

Su interior alberga tres cámaras superpuestas, todas ellas cubiertas por bóvedas gallonadas. La primera a 14 metros de altura. Se usaba como refugio de aquellos que se acogían al derecho de asilo que ofrecía la Catedral.
La segunda sala, de mayor amplitud, estaba destinada a vivenda de los sacristanes y campaneros.

En la cámara superior se alojan once campanas:

  1. Úrsula:307 Kgs. Sin fecha de fundición.
  2. Violante:409 Kgs. Año 1621.
  3. Catalina:512 Kgs. Año 1350.
  4. Bárbara:767 Kgs. Año 1681.
  5. Narciso:1023 Kgs. Año 1529.
  6. Pablo:737 Kgs. Año 1498.
  7. Vicente:1740 Kgs. Año 1569.
  8. Andrés:2047 Kgs. Año 1605.
  9. Manuel:2500 Kgs. Año 1437.
  10. Jaime:3075 Kgs. Año 1440.
  11. María:3509 Kgs. Año 1544.

Hay otras dos campanas: Eloy, trasladada en 1942 procedente de la Iglesia de Santa Catalina, pero no suena; y el Cimborriet, una pequeña campana situada en lo alto del cimborrio de la Catedral.

TORRE DE MÚSICA.
En 1968 se electrificaron las campanas, se eliminaron las puertas de madera que cubrían parcialmente las ventanas del Campanario, y se desmontó el reloj de forja que daba a la calle del Micalet junto con la estructura metálica que accionaba los toques de los cuartos y de las horas.

Las campanas han vuelto a ser accionadas manualmente, recuperándose los variados matices sonoros de los distintos tipos de toques: vuelos, repiques, coros y armoniosas combinaciones. Para su ejecución se siguen rigurosamente las normas recogidas en las antiguas consuetas que los regulan a modo de partituras.

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