Portal y Torres de Serrano

Como uno de los últimos vestigios de las murallas de Valencia, las Torres de Serranos se alzan majestuosamente uniendo la belleza de las formas a la función eminentemente defensiva.

HISTORIA

Su construcción comenzó el 6 de Abril de 1392 a iniciativa de los Jurados, el órgano de gobierno instaurado por Jaime I; se empezaron las obras por la apertura de los cimientos sobre los terrenos del anterior pórtico.

La edificación fue dirigida por el maestro cantero Pere Balaguer, el cual había viajado por Cataluña para encontrar los modelos de los que tomar ejemplo. Y parece ser que se basó en la Puerta Real del Monasterio de Poblet, que a su vez seguía la corriente arquitectónica genovesa. Las Torres de Serranos, sin duda uno de los mejores monumentos del gótico mediterráneo, no sólo tomaron ejemplo de construcciones anteriores, sino que a su vez lo fueron para otras posteriores, como los son la de Quart.

UNA ENTRADA MONUMENTAL.
Para la construcción de las torres se mandó recoger toda piedra útil que hubiese en la Ciudad. En los documentos Sotsobreria de Murs e Valls (en el Archivo Municipal), se relacionan hasta los jornales que se pagaban a los canteros que labraban los sillares.

La composición del grueso de los muros es de mampostería muy sólida, ya que su función principal era la de servir de fortificación, a los que posteriormente se revistió de paramentos de sillarejo de piedra caliza, procedente principalmente de Alginet, para darle el acabado suntuoso que requería su otra función de carácter representativo. De hecho, las torres no sólo constituían una parte de las fortificaciones, sino que además fueron consideradas como la principal puerta de ingreso a la Ciudad, tan suntuosa y ornomentada como ninguna otra. En ella convergían el camino real de Zaragoza y el de Barcelona, y durante siglos sirvieron de marco de las entradas oficiales de personajes relevantes.

Ya en 1397, cuando se estaban terminando las obras, se planteó la necesidad de mejorar el acceso a la planta noble de las torres. Por ello se proyectó la monumental escalinata de piedra, que aunque no entraba en los primitivos planes se llevó a cabo para engrandecer el edificio y facilitar su uso en las fiestas de bienvenida. En 1398 se abonaron los últimos pagos, siendo Marzo el mes de fin de las obras.

Sobre el origen de su nombre hay varias hipótesis. Pudo tomar el nombre de la comarca de los Serranos, por ser esta puerta por la que accedían a Valencia los habitantes de las zonas montañosas del interior, obien pudo tomar el nombre de la principal familia que habitaba la calle homónima.

DECADENCIA INMERECIDA.
En 1586, el incendio que asoló la cárcel de la Ciudad provocó que las torres se destinaran a prisión de los nobles y caballeros, y así continuarán siendo hasta el traslado de los presos al convento de San Agustín en 1887. El hecho de servir de prisión, como en el caso de las Torres de Quart, fue lo que motivó que estas dos puertas sobrevivieran al derribo del recinto amurallado de la Ciudad culmindo en 1865. Pero las obras para su conversión en cárcel y el paso del tiempo habían maltratado el edificio; así se cegaron sus grandes arcadas abiertas al interior y fue perforado el muro exterior por varias ventanas enrejadas, al tiempo que desaparecía la barbacana almenada que las coronaba. En 1871, el Ayuntamiento decidió rellenar el foso situado delante de la Puerta, pero este recubrimiento alcanzó también el basamento, lo que perjudicó notablemente la visión y el aspecto de las torres.

En 1893, la Real Academia de San Carlos, llevó a cabo una restauración dirigida por el escultor y académico José Aixá, hasta su fin en 1914.

VISITA.
El cuerpo central presenta un arco de cinco metros de anchura por seis y medio de altura, y está compuesto por dos pisos con base rectangular, sobresaliendo por la parte interior que daba antiguamente a la Ciudad. Aquí se encuentran la puerta, el emplazamiento del rastrillo, unas puertas de servicio y varios espacios abovedados. En su piso superior, nos encontramos con el tránsito o comunicación entre las dos torres, y una gran arcada que da al interior.

En el exterior, el paramento de la parte frontal por encima del arco de entrada se halla ricamente decorado con arquerías ciegas del gótico florido , labradas sobre la tierra y, por debajo, podemos observar el escudo real, acompañados a ambos lados por dos de la Ciudad sostenidos por ángeles, constituyendo en esencia la única decoración de esta portada.
En las torres, se puede observar que se trata de dos cuerpos simétricos, excepto por la presencia de la gran escalinata de piedra. La planta de las torres es rectangular, biselada por el esterior, dando una apariencia poligonal. Cada torre se compone de una planta baja y dos pisos abiertos hacia el interior con grandes arcadas de idéntica forma que las Torres de Quart.

En la planta baja nos encontramos con grandes estancias abovedadas con nervaturas góticas, a las que se accede a través de puertas practicadas en los muros del Mediodía. Análogos son los pisos superiores, incluyendo el intermedio una puerta lateral por la que los guardianes accedían a las murallas. Cuando éstas fueron derribadas, la puerta quedó al aire, por lo que actualmente está protegida con una verja de hierro para evitar accidentes.

Por el exterior, destaca una imposta moldurada a un tercio de la altura de las torres, y a un segundo tercio aparece el camino de ronda, que se apoya en pequeñas bovedillas sostenidas sobre pequeños canes escalonados. En lo alto, la terraza se encuentra rodeada de muros almenados que la coronan.


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