Transcripción
THE ANGRY
YOUNG MEN
Playwright John Osborne was partly responsible for the durable English
expression: The Angry Young Men. This was the headline phrase applied to
Osborne, Kingsley Amis, John Braine, John Wain, Colin Wilson and other writers
who emerged at the time. Humphrey Carpenter has now written the first group
biography of these writers. Front Row brought him together with one of the
surviving figures from the Index: Al Alvarez.
The Angry Young Men by Humphrey Carpenter is published by Allen Lane The
Penguin Press (ISBN: 0713995327)
John Osborne explica que hubieron muchas revoluciones culturales, e intentos de revoluciones, pero sí que se puede decir que hubo un fuerte sentimiento de un pequeño grupo de escritores que creían en el principio de algo...nuevo.
En los años 50 hubo un gran impacto teatral y de lingüística de Look back in anger, pero hasta los años 70 no apareció el titular de una reseña teatral que dio nombre a esta nueva generación de escritores: los angry young men. John Osborne es en gran parte responsable de este término, aplicado a nombres como John Brain, Colin Wilson y otros.
Humphrey Carpenter hace la primera biografia de este grupo de escritores y la presenta en esta discusión.
Osborne habla de que era conveniente meter a estos escritores en un nivel o un movimiento para diferenciarlos, y habla de los American Beats, de los que se decía que eran diferentes, pero en realidad eran un grupo que solo se preocupaba por promocionarse unos a otros.
Socialmente, el movimiento de los angry young men era una reacción contra cierto tipo de novela, cierto tipo de obra. La escena en 1950 era muy conformista, de hecho excepto Osborne, los angry young men también eran conformistas, no querían cambiar nada realmente. En América si que había en los años 50 un tiempo de gran movimiento intelectual, como se ve en el expresionismo en pintura. Sin embargo, no había nada de eso en Reino Unido.
Ser un angry young man también es tener un sentido del humor para afrontar las desilusiones, además de querer cambiar las cosas, de querer mejorarlas.
Una de las cosas que se resaltan en el libro de Carpenter es el sentido de las cosas que hacen en las obras los personajes, de la gente oyendo los programas de radio, y las obras que normalmente empiezan con gente leyendo libros. La cultura es muy significativa para Osborne, quien expone que hay gente que está muy interesada en la personalidad pero no está realmente interesada en el mundo que tiene fuera. El problema está en todo ese espacio para llenar que tienen, en esos domingos por la tarde con las críticas de los periódicos...
Carpenter dice que habla en su libro de todos estos autores y no dice que no a todos les procura una gran imagen, pero tampoco pone en ridículo su reputación criticándolos.
Osborne dice que la fama y las mujeres hermosas no son importantes, lo que importa a los escritores de verdad es decir: “vamos a hacer esto bien”, “vamos a escribir algo realmente bueno”.
Acaban hablando de que quizá cuando pasa el tiempo y hace mella en estos escritores, ya no son tan “angry”, son más “jóvenes templados”.