Obra: The Collection, Harold Pinter, ed. Faber and Faber, Londres, 1961

 

         Carlos Rubio Alcalá- Grupo B

 

            Al igual que en The Dumb Waiter, Harold Pinter lleva a escena en The Collection una historia sin principio ni final. En ella hay cuatro personajes: Bill, Harry, Stella y James. Éstos últimos están casados, sin embargo, James sospecha de la infidelidad de Stella con Bill. Por ello, comienza a llamar a casa de Harry y Bill, para poder hablar con éste y aclarar la situación. Una constante en la obra es la contradicción entre los personajes: al principio Bill niega absolutamente conocer a Stella, para admitir poco después que se besaron en el hotel en el que ambos se hospedaban. Pero Stella a su vez contradice a Bill al decirle a Harry que todo es una historia inventada por su marido. Lo que Harry cuenta a Bill y James, sin embargo, es que es Stella quien la inventó. Al final de la obra, Bill intenta contar una nueva verdad, pero se lo impiden. The Collection acaba con Stella ni negando ni afirmando las suposiciones de James.

            Ésta no es una obra de mucha acción, sino que los personajes sólo dialogan. Pinter tampoco da en las acotaciones indicaciones precisas sobre sus personajes, de forma que lo único que nos indica cómo son es su manera de hablar. La única información que da el autor es la edad. Bill es el más joven de los personajes, y se comporta hasta el final con mucha seguridad en sí mismo. Sólo pierde esta seguridad cuando James lo reta al duelo de cuchillos y cuando intenta aclarar por fin la situación y lo evitan. Harry, el mayor de ellos, se comporta como si dominara todas las situaciones, como si por su mayor experiencia ya hubiera pasado por eso y supiera cómo se debe actuar. James también parece ocultarse tras un cierto aplomo, sin embargo, éste se resquebraja y deja traslucir momentos de desesperación y de locura, como en su enfermiza insistencia para hablar con Bill, y sobre todo en el momento en que arroja de repente a Bill el cuchillo, hiriéndolo en una mano. Stella, por su parte es a la vez la más misteriosa y la más débil. La más misteriosa porque nunca deja ver qué paso en realidad o cómo se siente respecto a lo que sucede. La más débil porque reacciona con mentiras y tratando de esconderse ante el acoso de su marido.

             El escenario está dividido de una forma muy original: en tres partes, que representan las dos casas y una cabina telefónica entre ellas. La obra tiene un solo acto, en el que se suceden escenas marcadas por la iluminación u oscurecimiento de alguna parte del escenario. De esta forma, se dan a la vez acciones paralelas, cada una en una zona de la escena, aunque el diálogo nunca se superpone. Las indicaciones temporales dadas por Pinter aclaran que es otoño y señalan qué escenas se producen de día y cuáles de noche.

            El lenguaje utilizado en esta obra es coloquial. Resulta destacable ver cómo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, el lenguaje utilizado en las obras teatrales ha evolucionado mucho: aun dentro de un nivel coloquial, los autores de la generación de Harold Pinter, Tom Stoppard o Arnold Wesker están muy lejos de Edward Bond o Nigel Williams, quienes no sólo reproducen las palabras, sino también su pronunciación, al escribirlas de la forma en que las dirían sus personajes.

            The Collection es una obra representativa de Harold Pinter, en la que volvemos a encontrar sus típicos diálogos, a la vez que trata conflictos más cercanos al público que en The Dumb Waiter. Ello, unido a lo original de la escenografía y al suspense que envuelve gran parte de la acción, la vuelven una obra interesante.