Historia del tabaco desde Cristóbal Colón
El cigarro, en forma disfrazada de legalidad, entra al núcleo familiar, y los padres, modelos a seguir por los hijos, marcan en éstos patrones conductuales de identidad que influirán en su comportamiento durante toda la vida. Estas manifestaciones se harán presentes en la cotidiana convivencia a través de constantes dobles mensajes: "Haz lo que yo como padre te digo, y no lo que hago". Por ejemplo, tenemos a los padres que ante una problemática existente toman unas copas o fuman, o consumen fármacos para reducir su tensión, como una forma de medicar su ansiedad o depresión, y que posteriormente les dicen a sus hijos que no deben fumar cigarros o usar otras drogas, porque son malas para su salud.
Numerosos mitos y leyendas relacionados con el humo y el tabaco, propios de las culturas precolombinas, han llegado hasta nosotros como parte de las tradiciones arraigadas aún en numerosas comunidades indígenas actuales.
De esta manera, los indígenas que habitan en las orillas del cauce inferior del río sucio, en Colombia, junto al istmo de Panamá creen que allí se encontraba el legendario país de Dabeida, donde existió un templo, en cuyo centro se levantaba un ídolo de oro macizo que representaba a la diosa de la tempestad. Este legendario lugar fue una tierra fría, cubierta por la nieve y el hielo, hasta que un chamán o hechicero sopló sobre ella una bocanada de humo de tabaco transformándola así en una tierra cálida y llena de vida.
A su vez, una leyenda de los indios waraos de Venezuela relaciona el tabaco con el origen del mundo. Cuando el "pájaro del alba" (el sol) se elevó en el cielo por primera vez, pensó en una casa situada entre la tierra y el cielo, blanca y redonda como una nube de humo. El pensamiento bastó para que la imagen se hiciera realidad. A continuación, el "pájaro del alba" crea los cuatro bahanas que constituyen los cuatro elementos del humo que dan su carácter al tabaco (bahana es el nombre con que se conoce el tabaco en la región ). Los cuatro elementos del humo son la "abeja negra", que pica fuerte cuando el fumador aspira la primera bocanada, la "abeja roja", la "abeja amarilla" y la "mosca de miel azul", cuyos espíritus traspasan los cuerpos y les infunden su fuerza.
Historia del tabaco desde Cristóbal Colón
Hablar de tabaco, y por ende, hablar del cigarro puro, es hablar de historia. Se desconoce la fecha exacta en que comenzó a cultivarse esta planta , ciertas investigaciones estiman que la entrada de la Nicotiana Tabacum en Cuba tiene lugar a través de los Aravacas y lo datan entre el dos mil y tres mil años antes de Cristo. No obstante, este cultivo para Europa fue desconocido hasta que en el año 1492 Cristóbal Colón descubrió "el puro", al mismo tiempo que el Nuevo Mundo.
Cuando desembarcaron en Cuba lo primero que vieron fue a un gran número de indios; hombres y mujeres, que sostenían un pequeño tizón encendido en la mano para prender fuego a unas hierbas, con las cuales se ahumaban según su costumbre. Posiblemente, Colón desconociera que había descubierto el tabaco a la vez que América, fueron necesarios cien años para que el tabaco circulara en algunos puertos españoles como Sevilla, Cádiz, Moguer, Cartagena. El resto de Europa no tardaría en conocer las excelencias de la nueva planta.
El tabaco ha sido sagrado en América y mágico en Europa. En América del sur, fue considerado como medicina milagrosa, elemento imprescindible de las ceremonias religiosas y militares, alucinógeno e incluso complemento dietético. Para los brasileños, es un mito donde se dice que el tabaco es un atributo de Dios, que es su representante en la tierra. Para los Mayas del Yucatán, las estrellas fugaces son las cenizas incandescentes de sus enormes cigarros, el trueno es el ruido de dos gruesas rocas que hacen chocar al modo de lumbre y los relámpagos son las chispas que se desprenden; en cuanto a las nubes, son el humo de los puros del dios de la lluvia, por ello ofrecían sus primeras cosechas a los dioses. Los Indios del Caribe utilizaban el tabaco para drogarse, el indio vivía envuelto en humo. La primera conquista del puro, fuera de su área original, fue Birmania. Desde la introducción del tabaco este pueblo quedó prendado de sus excelencias de tal forma que se agujereaban el lóbulo de la oreja, para introducir en él, el puro.
Para los primeros fumadores de Europa, el tabaco era una fuente de placer, tenían razones para oponerse a los detractores del tabaco y a los grandes que quisieron hacer de él un medicamento. Rodrigo de Jerez, descubridor junto a Colón de las Américas, sucumbió a los placeres del tabaco y de regreso a España quiso disfrutar del placer de fumar la nueva planta ante su familia y amigos y al ser sorprendido echando humo por la boca fue confundido con un poseso del demonio y enviado a prisión por el Santo Oficio. De esta forma el tabaco se cobraría su primera víctima. Los españoles fueron los primeros en disfrutar del placer de fumar tabaco y en sufrir los castigos y prohibiciones. En la Iglesia, no tuvo buena aceptación y las arbitrariedades inquisitoriales incapaces de reconocer más humo que el del incienso dejaron paso a las prohibiciones regias propiciadas unas veces por superstición y otras, las más, por intereses convencionales y económicos.
En la elaboración del cigarro puro, tomaremos como modelo la elaboración de los Habanos en Cuba, ya que puede decirse, sin dudas y con respeto a otras procedencias de gran calidad, que son los mejores cigarros puros del mundo.
Estos son los efectos perniciosos que sufre nuestro pulmón tras disfrutar de unas sesiones de "placer".