Novelas publicadas:
Viviré si no me olvidas (Algaida,!998) XVII Premio de Novela Felipe Trigo
Una periodista
radiofónica, aquejada de una grave enfermedad que le ha hecho
perder la voz,
consigna por escrito los momentos
más memorables de su existencia: diferentes episodios,
aparentemente desperdigados en el
tiempo que la implacable lógica de los sentimientos
acaba por enlazar unos con otros.
La escritura de la protagonista se convierte así en una
forma de superviviencia, el
único medio de preservar un amor que, de otrra forma, se
diluiría
con la muerte.
Dos gardenias para ti (Brosquil,2002) Finalista del Premio Azorín
Francamente ¿de verdad que
nunca han sentido el impulso de matar asu madre? No importa
que en el fondo la adoren,
confiesen que a veces es inevitable. Ese es el caso del protagonista
de Dos gardenias para ti, un hijo desesperado que comenta con los lectores la tragicómica
relación que tiene con su
madre. Y está atrapado, porque si está aquí -a fin
de cuentas- es por ella.
Cuando leemos las peripecias de
nuestro narrador nos convertimos en sus confidentes, aceptamos
sus preguntas angustiadas, compredemos
sus arranques de ira, nos hacemos cargo de sus reflexiones,
compartimos con él su
cruz; donde quiera que vaya la llevará consigo, porque su madre,
nuestras
madres, se nos imponen para
siempre.
Dos gardenias para ti es una novela de humor; un humor ácido con situaciones en algunos momentos
delirantes, exageradas, en las
que somos capaces de reconocernos y con las que podemos reírnos
de algunas cosas que -como la
propia vida- maldita gracia tienen. Pero, lo importante es que nuestro
narrador nos permite precisamente
eso, reírnos -con él- de nosotros mismos sin dar la
espalda a la
angustia y el lirismo que puede
provocar la abrumadora proximidad de la madre.
Bajo los árboles azules (Brosquil,2005)
En medio de la trágica
guerra civil, Bajo los árboles azules es un relato desesperado y apasionante
en que tanto los protagonistas,
un hombre y una mujer, diferentes como la noche y el día y unidos
por la vida, como el resto de los personajes,
destejen cada uno por su cuenta el hilo de sus vidas
y desnudan su absoluta soledad
esencial.
La soledad es un destino siempre
sorprendente que los marcará de manera trágica por la
incapacidad
de entender lo que está
sucediendo a su alrededor y de comprenderse.
Pero, Bajo los árboles azules, en el encuentro definitivo con la muerte, se disipa la niebla con que nos
envuelven los afanes de la vida,
y aparece, cruda, la memoria. En esta novela, el autor se encarna en
las voces plurales,
íntimas o anónimas de sus personajes, principales o
secundarios, que salen de las
páginas del libro con
inusitada fuerza.
En esta historia, en la que
recorremos un aparente laberinto narrativo, todos los caminos nos
conducen,
con la precisión de un
sextante, al lugar de destino, al lugar en que podemos contemplarnos a
nosotros
mismos.