Poesía:
Bosque, (1990) Ofrenda delicada arcilla vaso
al que
amor dio forma suavidad leve
promontorio que los dedos recorren
repasada superficie delicia
de los
ojos extraña unión de agua
y barro
limo marino aventado
por el
espíritu cuando te miro
desnudo
sedimento de mis manos
perfil
de luz gozosa qué alfarero
amasó tus delicadas texturas
vasija
hecha para beber la vida
que no
oculta su pasado de tierra
el fuego
que nos alimenta da
señera forma al barro de tu cuerpo.
Andenes (Aguaclara, 1994)
LA MUERTE
Todo el verde
del mundo está en tus ojos,
pero tus ojos
cesarán un día
y el verde
seguirá en el mundo.
Puede que,
más tarde, también el mundo
desaparezca y
sólo el verde quede
sin ti y sin
el mundo.
Olas (Brosquil,2003) Premio Intenacional "Instituto de Estudios Modernistas" de Poesía 2001
Mirarla bastaba
para que el
aire entrase por mis ojos
y circulasen
locomotoras por mis venas.
Bastaba oler
su pañuelo,
entrar en el
baño
después
que ella hubiera salido.
Una locura. Su
olor,
el olor de su
sexo en mis dedos
durante horas
y horas.
Su risa que se
repetía en las paredes
de la casa
como un eco
de su cuerpo
ávido y tenaz.
Bastaba verla
desvestirse con los pechos palpitantes,
la cintura en
declive
hacia el
vértice esfumado
de sus
piernas. Bastaba
que me mirase
apuntando la luz
en sus ojos,
deslizándose por su cuerpo.
Bastaban sus
brazos en el aire
para que mi
deseo aumentara más y más.
Esto explica
por qué desde entonces
sólo he
tenido aventuras
y me he
propuesto que duren poco.
I