Sin embargo, adelantar el tiempo sólo está en las manos del Protector.
Con su inteligencia puede modificar las manecillas del reloj del
Universo, aquel que muy pronto podrá dominar el Integral.
Las obras siguen alrededor del metal reluciente del avión-cohete y los
números se afanan en agilizar el trabajo. No saben que está cerca el
final, que por mucho que adelanten el cacharro, no se sabe si podrá
llegar a lanzarse. Las circunstancias son muy difíciles. La palabra
MEPHI se extiende por toda la ciudad ante la pasividad de algunos y el
nerviosismo de otros. No consigo entender su significado, lo que me
enreda todavía más y me introduce en una espiral de temor, irrealidad e
inseguridad que solo me calma el observar a los demás lo felices que
son sin esta averiguación.
- Creo que estará listo para dentro de 153 años- señala el Segundo
Constructor y con ello consigue retornarme al mundo real.
- Bien- respondo. Tal vez para entonces I se haya decidido por producir
nuevos números conmigo, o tal vez no. Todo depende de MEPHI. ¿Tendrá
alguna relación con mi amor por I?
De todos modos, pensar en el futuro es algo ficticio para mi, lleno de
paradojas y una pérdida de tiempo. Quizás el Protector hoy decida parar
esas manecillas del reloj de nuestro Universo, adelantarlas o incluso
atrasarlas. No sé… ante esto montar en el Integral y viajar lejos sería
una buena opción. De momento seguiré trabajando en ello.
Por MARÍA DEL REY NAVAJAS.