El éxito
de Robinson Crusoe no se bebe tan sólo a a sus cualidades literarias,
sino a su significado. La clase media lectora de Inglaterra del Siglo XVIII
entendió el simbolismo que contenía la figura de este hombre
activo y resuelto, dominador de la naturaleza, triunfador de las dificultades
que presenta la vida. En esta novela Defoe exaltaba el individualismo y,
al mismo tiempo, expresaba las ambiciones y el espíritu emprendedor
de un grupo social capaz de crear riqueza de la nada, de salir adelante
con los restos de un naufragío, de vencer la adversidad a fuerza
de perseverancia y valor.