Defoe fue desde joven educado en una familia puritana, le fue dada la
más sólida y educación formal práctica adecuada
a su
edad.
El instituto (de segunda enseñanza) y los cursos universitarios
del momento atraían su interés al estudio sosegado y tradicional
de los clásicos Griegos y Latinos, combinados con una formación
lógica más bien estéril. Las mejores academias disididas
eran
dirigidas por los 'Test Acts' para enseñar o estudiar en Oxford
o Cambridge; sin descuidar a los clásicos, fortaleciendo este tipo
de lectura con una infusión de lenguas modernas Europeas, asuntos
prácticos como las matemáticas y la navegación, y
la lectura
bajo la instrucción de escritos ingleses.
En el riesgo de enfatizar la importancia de la literatura, la vida de
Defoe podría ser considerada como una preparación para
escribir los trabajos de imaginación, producidos en los últimos
doce años de su vida, los cuales le dieron su última fama.
Cuando él dejó la academia de Newington, abandonó
su intención de llegar a ser un ministro presbiteriano, él
escribió ern sus
últimos años:
"...It was my disaster first to be set apart for, then to be set
apart from,
the honour of that sacred employ." ('The Review').
Defoe no era un 'Gentleman' y como escritor no es un 'Augustan'. Los
'Augustan', escritores para una audiencia pequeña,
cerrada y homogénea, son los representativos de una perpetuable
tipo de cultura inestable, la cultura de 'Elites'. La trágica
tensión de los 'Dunciad', en los cuales Pope, escritor Augusto,
correctamente ve la futura declinación en la Europa de sus dias
de este tipo de escritura, y quizás inconscientemente (como
se demuestra por su imaginación y su preocupación por la
vigorosa
vida en la sociedad mercantil que él ataca) escapa con ciega
devoción a la jerarquía del pasado. Pero desde Defoe (y Bunyan,
y escritores que permanecen débilmente detrás de ellos)
brota la posibilidad de otro tipo de cultura, una cultura más popular.
Algunos críticos modernos tienen un nostálgico ataque
a la noble idea 'Augustan'. Su interés permanece en las técnicas
más
sofisticadas de escritores como Pope y Swift. Después de todo,
es más fácil escribir sobre técnicas que sobre el
valor de la
ideas. Un reciente libro Americano de la literatura del siglo XVIII
comenta:
"Defoe's deficiencies in educacion and culture are apparent when
we compare him with Addison and Steele, who were as
deeply interested in the middle class as he, but whose work has a charm
and urbanity, a richness of allusion, and a delicacy of
thought and phrasing, which we llook for in vain in Defoe. He has the
limitations of his class, with a learning towards the
plebeian."
Ésto es tomado por Addison en su propia valoración; 'charm'
y 'urbanity' son términos críticos intencionados; 'plebeian'
podría
ser un error por 'reality of life'.
Deacuerdo, la apelación popular de la ficción de
Defoe tenía sus desventajas. La naturaleza de las alteraciones merecen
un
estudio cuidadoso para la historia crítica de "Robinsom Crusoe".
Las reflexiones son suprimidas y el resto separadamente
escrito para producir una más ortodoxa historia de 'travel-adventure'.
En otras palabras, el peculiar mérito del trabajo de Defoe
fue rechazado, en favor de una simple, narrativa 'pasada de moda':
"Because of its popularity among the semi-literate there was a
chance that it might sink to the level of the little chap-books sold
by itinerant pedlars. The Rev. James Woodforde purchased it with a
life of a gypsy, "The Complete Fortune Teller", and "Laugh
and Grow Fat", from a 'traveling man and woman who sold all kinds of
trifling books, etc' ".