Autismo infantil
Trastorno generalizado del desarrollo definido por la
presencia de un desarrollo alterado o anormal, que se
manifiesta antes de los tres años y por un tipo
característico de comportamiento anormal que afecta a la
interacción social, a la comunicación y a la presencia
de actividades repetitivas y restrictivas. El trastorno
predomina en los chicos con una frecuencia tres a cuatro
veces superior a la que se presenta en las chicas.
Pautas para el diagnóstico
Por lo general no hay un período previo de desarrollo
inequívocamente normal pero, si es así, el período de
normalidad no se prolonga más allá de los tres años. Hay
siempre alteraciones cualitativas de la interacción
social que toman la forma de una valoración inadecuada
de los signos socioemocionales, puesta de manifiesto por
una falta de respuesta a las emociones de los demás o
por un comportamiento que no se amolda al contexto
social, por un uso escaso de los signos sociales
convencionales y por una integración escasa del
comportamiento social, emocional y de la comunicación,
de un modo especial por una falta de reciprocidad
socio-emocional. Asimismo, son constantes las
alteraciones cualitativas de la comunicación. Consisten
en no utilizar el lenguaje para una función social,
debidos a una alteración de la actividad lúdica basada
en el juego social imitativo y simulado, a una pobre
sincronización en la expresión del lenguaje, a una
relativa falta de creatividad y de fantasía de los
procesos del pensamiento, a una falta de respuesta
emocional a los estímulos verbales y no verbales de los
demás, a defectos de la cadencia o entonación necesarias
para lograr una modulación de la comunicación y, como es
de esperar, a la ausencia de gestos acompañantes para
subrayar o precisar la comunicación verbal.
El comportamiento en este trastorno se caracteriza
también por la presencia de formas de actividad
restrictivas, repetitivas y estereotipadas, de
restricción de los intereses y de la actividad en
general, en los que destaca la rigidez y rutina para un
amplio espectro de formas de comportamiento. Por lo
general, estas características afectan tanto a las
actividades nuevas, como a los hábitos familiares y a
las formas de juego. Puede presentarse, sobre todo en la
primera infancia, un apego muy concreto a objetos
extraños, de un modo característico a los "no suaves".
Los niños persisten en llevar a cabo actividades
rutinarias específicas consistentes en rituales sin un
sentido funcional, tal y como preocupaciones
estereotipadas con fechas, trayectos u horarios,
movimientos estereotipados o un interés en los elementos
ajenos a las funciones propias de los objetos (tales
como su olor o textura) y suelen presentar una gran
resistencia a los cambios de la rutina cotidiana o de
los detalles del entorno personal (tales como la
decoración o los muebles del domicilio familiar).
También es frecuente que en los niños con autismo
aparezcan otros trastornos sin especificar, tales como
temores, fobias, trastornos del sueño y de la conducta
alimentaria, rabietas y manifestaciones agresivas. Son
bastante frecuentes las autoagresiones (por ejemplo,
morderse las muñecas), sobre todo cuando el autismo se
acompaña de un retraso mental grave. La mayoría de los
niños autistas carecen de espontaneidad, iniciativa y
creatividad para organizar su tiempo libre y tienen
dificultad para aplicar conceptos abstractos a la
ejecución de sus trabajos (aun cuando las tareas se
encuentran al alcance de su capacidad real). Las
manifestaciones específicas de los déficits
característicos del autismo cambian al hacerse mayores
los niños, pero los déficits persisten en la edad adulta
con una forma muy similar en lo que se refiere a los
problemas de socialización, comunicación e inquietudes.
Para hacer el diagnóstico, las anomalías del desarrollo
deben haber estado presentes en los tres primeros años,
aunque el síndrome puede ser diagnosticado a cualquier
edad.
En el autismo pueden darse todos los niveles de CI, pero
hay un retraso mental significativo en, aproximadamente,
el 75 % de los casos.
Autismo atípico
Trastorno generalizado del desarrollo que difiere del
autismo en que el desarrollo anormal o alterado se
presenta únicamente después de los tres años de edad o
en que faltan anomalías suficientemente demostradas en
una o dos de las tres áreas de psicopatología requeridas
para el diagnóstico de autismo (la interacción social,
el trastorno de la comunicación y el comportamiento
restrictivo, estereotipado y repetitivo), a pesar de la
presencia de características de una o dos de las otras
áreas. El autismo atípico suele presentarse en
individuos con retraso profundo cuyo bajo nivel de
rendimiento favorece la manifestación del comportamiento
desviado específico requeridos para el diagnóstico de
autismo. También sucede esto en individuos con graves
trastornos específicos del desarrollo de la comprensión
del lenguaje.
