Cuando me dijeron por primera vez que los estudiantes de la Universitat de Valencia teníamos reservado espacio en el servidor para crear nuestra propia página Web pensé, !! hey, es magnífico, puedo tener mi propia página Web!! Pero a continuación me asaltó una duda: ¿cómo? La verdad es que crear una página en la que se podía leer "página Web de Fernando Bodí Esteban" resultó muy sencillo, tanto que pensé, "es fácil, pero ahora... ¿qué se hace para poner cosas en mi página?". ¡Ah, amigo!. ¡Eso ya era más difícil de explicar! Existía una página con instrucciones para hacer páginas Web, y yo, ni corto ni perezoso me dispuse a leerla. Pero cual fue mi sorpresa cuando comprobé atónito que las instrucciones no constaban de 3 o 4 páginas, sino de decenas y decenas de ellas. "Dios mío" -pensé- "yo no me leo esto". Y eso hice.

En aquel mismísimo instante todas mis esperanzas de crear mi propia página Web se vieron frustradas. Pero pasaron varios meses, y un buen día...ocurrió: problemas con el Word me condujeron a tener que volver a instalármelo. ¿Una desgracia? No, en absoluto, una suerte del destino. Conseguí el paquete de microsoft que contenía éste y otros programas, y mientras lo instalaba por enésima vez, leía los comentarios que hacía el programa sobre sí mismo. Uno de ellos llamo mi atención; "¿cómo que podía crear páginas Web fácilmente sin saber código html?" Sí, así era, pero tenía que comprobarlo. Cuando terminé de instalar el word, comprobé que existía un tutor para crear páginas Web sin saber código html. Es más, comprobé que era tremendamente fácil hacerlas. De manera que me dije, "muchacho, ha llegado la hora de que hagas tu página Web, pero antes deberás aprender a prescindir del tutor, pues estás bastante limitado haciéndolas con él". Y eso hice. Me dispuse a experimentar nuevos comandos del Word con objeto de hacer una buena página Web, y tras familiarizarme con él, me puse manos a la obra.

¡Pero ay de aquellos que tienen la desgracia de ser perfeccionistas!, pues no saben lo mucho que se complican la vida... y uno de ellos soy yo. No podía evitarlo, y si quería hacer una página Web impecable por su presentación, debía antes buscar fotos, animaciones, y subrutinas en código HTML que fueran realmente atractivas. Y eso hice, pero después de papearme más de 100 direcciones de estudiantes que se habían creado su página Web. Arduo trabajo, pero muy bien recompensado.

Y bien, así es que como llegamos al día de hoy, en el que ya puedo ver con satisfacción mi página Web. Y alguien se preguntará, "¿y todo esto para qué? Simplemente para tener mi propia página Web, pues me hacia ilusión. Entre nosotros. Esto que me ha ocurrido a mí es lo más parecido a los antojos que tienen las mujeres embarazadas... y digamos que la página Web es mi hijo y que me quede embarazado el día que me dijeron que podía crearme mi página Web.

¿Merece la pena realmente tanto esfuerzo? Bueno, alguien podría decir que por un hijo merece la pena cualquier cosa, y bien cierto es. Pero me temo que no es la respuesta correcta a la pregunta formulada. De una parte, pienso que ha merecido la pena todo esto sólo por el mero hecho de tener la satisfacción personal de decir que has hecho algo que pocos mortales privilegiados han hecho... y yo soy uno de ellos. Y de otra, pienso que todo cuanto sea fruto de la creatividad humana, y esto lo ha sido, merece la pena, pues de alguna manera desarrollas y potencias tu creatividad intelectual (que dicho sea de paso alcanza su máximo periodo productivo entre los 25 y los 40 años). Pero... ¿¡Qué diablos!? Lo he hecho porque me lo he pasado bien y porque me distraigo bastante haciéndolo.

En fin, dicho lo cual, ya solo me queda hacer un comentario respecto a la lengua empleada. En un principio pensé en hacer una versión en valenciano y otra en castellano. Pero era el doble de trabajo, de manera que opté por hacer una única versión. ¿En valenciano? "Sí", pensé. Pero luego recapacité, pues recordé que algunas de las cosas que iba a mostrar habían sido escritas con anterioridad en castellano, y traducirlas al valenciano era volver al problema anterior. Así pues, decidí finalmente optar por lo más sencillo y razonable para mí: escribir todos los menús y presentaciones en valenciano, y el resto de artículos en la lengua original en que fueron escritas. Casi siempre en castellano, pues según dicen es la lengua más rica del mundo seguida del francés, y a fin de cuentas, estoy más familiarizado con el lenguaje culto en castellano que en valenciano. Es más, si a ello añadimos que el registro culto del valenciano es más desconocido para los valencianoparlantes que el del castellano, la verdad es que uno se siente impelido a adoptar esta decisión.

En fin, nada más. Espero que mi página Web sirva de entretenimiento a más de uno (y una). Que la disfrutéis.

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