Como decía en la anterior etapa, no sabíamos hasta que punto estábamos tocados del Camino.
Alicia pasó una noche de perros, Por lo que se ve, algo le había sentado mal, y no se puedía ni levantar.
El cansancio no me ha permitido ni tan siquiera enterarme de que habia estado toda la noche vomitando.
Al final decidimos que íbamos a desayunar juntos en el albergue, yo continuaría hasta Lugo. Alicia se quedaría para llegar a Lugo en autobús.
La etapa, con mucha niebla, era bonita hasta la mitad. Pasé por la ermita del carmen, unas ermita blanca entre pinos, y por la llamada Catedral de Vilabade.
En Castro verde desayuné, y comiencé la segunda mitad, bastante tortuosa. Mucha carretera y, al ser una etapa larga, el final pasa factura.
A las 12,40 llegué a la Plaza Mayor de Lugo, donde esperan Alicia y Esther (una amiga de Alicia de Lugo).
La anécdota del día la protagoz¡niza un señor mayor de RENFE, que no conseguía atinar con el cambio de billetes para la vuelta. Tuvimos que ir varias veces, hasta una vez, el señor fue al albergue a buscarnos por un error en el billete que había comoetido.
Al final, conseguimos nuestro billete.
Ester nos llevó a comer a un restaurante de un familiar después de la ducha. El menú del peregrino, buenísimo, a base de pulpo.
Ese año, se acabó el camino, al menos de momento….
Hay otros momentos, otros caminos, otros compañeros que te acompañan.
El Camino siempre esta ahí, porque el camino es……LA VIDA