Manual para una vida feliz (1a Parte)
A mucha gente le gusta poco un día de lluvia; bueno, en parte es comprensible. Para empezar un día de lluvia es de aspecto triste, si te gusta ir andando por la ciudad has de resignarte y coger el transporte público o el coche pero incluso si utilizas esto último corres el riesgo de quedarte en medio de un atasco de esos que se suelen formar porque la gente que normalmente va andando por la ciudad ha de coger el coche. Seamos sinceros, los días de lluvia es cuando la mala leche de la gente está más cerca de salir. Por lo que a mi respecta, ya he superado esta fase y puedo gritar bien alto ESTOY CONTENTO LOS DIAS DE LLUVIA.
No se crean que para llegar a esto hace falta un especial tipo de sabiduría o algo así, sólo se trata de ver la parte buena de las cosas, bueno, eso y un pequeño ejercicio de liberación: salgan sin paraguas. ¿para qué sirve un paraguas?. Piensen un poco antes de responder, la respuesta que a la mayoría de gente nos viene a la cabeza es “para no mojarte” pero esto no es cierto. La verdad es que aunque lleves paraguas te mojas igual porque las gotas tienen la maldita costumbre de caer de lado, de forma que acabas igual de empapado. Y no se crean que por tener un poco mas de práctica se van a librar… ya se encargará el viento de darle la vuelta a la tela para que se quede sin paraguas para lo que quede de viaje. Un paraguas es en realidad una barrera, no nos aísla de la lluvia sino del resto de la humanidad. Abrir un paraguas es como meterse dentro de una burbuja donde no puede entrar nadie mas, si quieres hablar con la chica guapa que tienes al lado tendrás que hacerlo al menos a la distancia que te marque el paraguas. Cierto, si es suficientemente grande puedes tener un invitado o dos a esa burbuja pero sólo si esa o esas personas no usan su propio paraguas, porque no hay nada que te haga sentir mas estúpido que llevar un paraguas en la mano y no usarlo.
Por si fuera poco ir bajo un paraguas por la calle te puede causar más de un problema, las calles no están hechas para llevar paraguas: a cada paso vas chocando con otros ciudadanos haciendo uso de su derecho a no mojarse; un día de lluvia es uno de los que mas se dice la palabra “perdón” o alguno de sus derivados. Lo miren por donde lo miren mojarse es todo ventajas: ¿No nos gusta tanto ir a la playa y quedarse durante horas dentro del agua? Imagínense hacer lo que hacen un día normal dentro de una piscina: el sueño de cualquier millonario.
Además, nunca tienes la sensación de ir sudado por mucho que camines, siempre vas la mar de fresquito. Tampoco has de preocuparte demasiado por la ropa, siempre se ha dicho que la ropa mojada es más sexy. Además, si usted es lo suficientemente avispado podrá lavar su ropa mientras camina: una bonita manera de ahorrar agua y electricidad. ¿Qué le preocupa que le llamen guarro? No lo diga a nadie, nadie se dará cuenta. ¿Y que me dicen del peinado? Ya no tendrá que preocuparse de que lo lleve desarreglado, después de cinco minutos bajo la lluvia todo el mundo es igual. Si le gusta jugar con su pelo o siempre ha querido ser peluquero ahora tiene la posibilidad de experimentar con usted mismo, llevar el pelo mojado permite moldearlo de muy diversas formas.
Mucha gente le dirá que ir así cuando llueve es la mejor manera de pillar un buen constipado Y QUÉ! ¿No está la felicidad por encima de todo? Si ya se decía antes eso de “ande yo caliente…”. Constipado, si, pero contento. ¿Qué pilla una gripe? ¡Vacaciones una semana! Lo mire por donde lo mire son todo ventajas, yo ya las vivo, ahora sólo falta que lo haga usted. Después de todo no somos los primeros en usar esta técnica. Los que van algo bebidos por las noches lo llevan haciendo durante años para que se les pase la borrachera.
Ahora decide usted, si quiere vivir la felicidad absoluta o ir pidiendo “perdón” a cada paso que da. Liberémonos, FUERA PARAGUAS!