UNIVERSIDAD DE VALENCIA

Facultad de Medicina y Odontología de Valencia

Departamento de Estomatología

COMPLICACIONES ORALES DE LA QUIMIOTERAPIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ana Fuenmayor Garcés

Valencia, mayo de 2009


Le agradezco a la Universidad de Valencia y en concreto a la Facultad de Odontología haberme dado la oportunidad de realizar mi trabajo.


Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.

 

Proverbio árabe


ÍNDICE:

 

Introducción ................................................................................................ 1

1.- Alteraciones mucosas.......................................................................... 2

2.- Alteraciones dentales........................................................................... 5

3.- Alteraciones en las glándulas salivales............................................ 6

4.- Alteraciones nerviosas......................................................................... 6

5.- Alteraciones en la dieta........................................................................ 6

6.- Infecciones............................................................................................. 6

7.- Hemorragias........................................................................................... 9

Bibliografía................................................................................................. 10

Apéndice biográfico................................................................................. 10

Glosario...................................................................................................... 12

 


Introducción:

El nombre de cáncer proviene del vocablo griego karkinoma dado por Hipócrates cuatro siglos antes de Cristo y del equivalente italiano cáncer, para describir el crecimiento radial e infiltrante de algunos tumores de mama, que recuerdan el cuerpo de un cangrejo. Un cáncer es el resultado de dos procesos sucesivos, en el primero existe un aumento de la proliferación continua, excesiva e incontrolada de un grupo de células anormales, denominado tumor o neoplasia. Posteriormente, estas células proliferantes adquieren una capacidad invasiva que les permite escapar de su sitio normal en el organismo, colonizar y proliferar en otros tejidos u órganos próximos o distantes, a los que alcanza mediante la circulación sanguínea o linfática, proceso conocido como metástasis. El descubrimiento de agentes químicos con actividad antineoplásica tiene su origen en el empleo de la mecloretamina o mostaza nitrogenada (H2N), ya que fue el primer citostático que se empleó en clínica. Es una modificación del gas mostaza en el que se sustituye el azufre por el nitrógeno. El gas mostaza fue usado durante la I Guerra Mundial como arma química, y se observó que además de su efecto vesicante sobre la piel producía atrofia del tejido linfático y aplasia medular. Debido a estas últimas acciones se pensó que podría ser útil en el tratamiento de los linfomas. La terapia antineoplásica incluye tratamientos de cirugía oncológica, radioterapia, y quimioterapia, que dependiendo de la naturaleza y extensión del tumor pueden emplearse solas o mediante combinaciones entre ellas. La quimioterapia antineoplásica actual consiste en el uso de fármacos (citostáticos) capaces de afectar las células cancerosas, evitando su proliferación y/o aniquilándolas, aprovechando la mayor  velocidad del ciclo en este tipo de células. Después de la fase de tratamiento, se produce una fase de necrosis celular a la que sigue una tercera fase de recuperación celular. La problemática de este tipo de tratamientos es la falta de selectividad de la mayoría de los fármacos hacia las células neoplásicas, puesto que también afectan a células normales con un ciclo de reproducción muy acelerado, como es el caso de las células de la médula ósea, de los folículos pilosos y del epitelio orodigestivo. La quimioterapia, por tanto, es imperfecta puesto que existe una fina línea de separación entre los efectos antitumorales de la misma y su toxicidad, inclusive mortal. Dado que tanto las células neoplásicas como las normales siguen un ciclo de proliferación celular común y que estas sustancias (citostáticos) actúan en las distintas fases del ciclo, se pueden clasificar por su lugar de acción dentro del ciclo de reproducción celular o bien por su mecanismo de actuación. Según el momento de actuación en el proceso de reproducción celular se clasifican en dos grandes grupos: A) No fase específicos: agentes alquilantes, antibióticos antitumorales, cisplatino, procarbacina, mitoxantrona. B) Fase específicos: Fase S: antimetabolitos, epipodofilotoxinas e hidroxiureas. Fase G2: epipodofilotoxinas. Fase M: alcaloides de la vinca.

A pesar de que el espectro de posibles problemas es amplio, esencialmente la totalidad de las complicaciones orales de la quimioterapia se producen a través de uno de los dos principales mecanismos: o bien se trata de un efecto directo del fármaco sobre la mucosa oral (estomatotoxicidad directa), o del resultado indirecto de la mielosupresión sobre la médula ósea (estomatotoxicidad indirecta).

Figura 1. Mucositis oral. (Rendimiento)

 

La acción tóxica directa se produce sobre el ciclo de recambio celular de las células epiteliales de la mucosa oral, que dará origen a las mucositis y sobre las células del parénquima de las glándulas salivales, que inducirá hiposialia reversible. La acción tóxica indirecta es secundaria a los efectos de los agentes antineoplásicos sobre la médula ósea, que origina fenómenos de mielosupresión, dando lugar a un aumento en la susceptibilidad a las infecciones por la leucopenia y a diátesis hemorrágicas por la trombopenia. Las complicaciones orales más comúnmente observadas, por ello, son la mucositis oral, infección local, dolor y hemorragias; los efectos secundarios de estas complicaciones son la deshidratación, la desnutrición y el retraso en la recuperación del paciente, factores que aumentan el gasto de estancia hospitalaria e incluso, ponen en peligro la vida del paciente.( Vincent T, DeVita J.,1988, 1880-1885)

1.-Alteraciones mucosas.

La citotoxicidad directa es el resultado de la alteración en la normal proliferación, diferenciación y maduración de las células basales epiteliales, consecuencia del efecto inespecífico de un fármaco sobre las células en fase de mitosis. Aunque en la mayor parte de la literatura se la conoce con el nombre de mucositis, las alteraciones de la mucosa bucal se deberían llamar estomatitis, pues el término mucositis sólo indica la inflamación de las membranas mucosas de cualquier parte del cuerpo y es un término muy inespecífico (Alpiste,2006,1). Por el contrario, otros autores prefieren reservar este término para las alteraciones de la mucosa bucal Causadas o intensificadas por agentes locales, mientras que las mucositis serían la lesión directa de las mucosas a consecuencia del tratamiento oncológico. La mucosa oral es un lugar especialmente propicio a sufrir esta acción lesiva por su elevado índice mitótico; las células de la cavidad bucal están sometidas a un proceso rápido de recambio a lo largo de un ciclo de 7 a 14 días. La quimioterapia puede dar lugar a una disminución de la velocidad de recambio del epitelio basal, lo que da lugar a atrofia de la mucosa. Las lesiones aparecen poco después de iniciarse el tratamiento, alcanzan su máxima expresión al cabo de una semana y desaparecen gradualmente una vez finalizada ésta, sin dejar cicatrices en el curso de 2 a 3 semanas cuando el paciente no se encuentra en estado de mielosupresión. Suele aparecer antes tras el tratamiento con quimioterapia que tras el tratamiento con radioterapia. Comienzan con eritemas difusos a causa de la atrofia epitelial y al incrementarse puede llegar a ulcerarse (Schmitz J.,1977,58-63). La mucositis ha sido descrita en cuatro fases: 

1. Fase inflamatoria/vascular. Tras administrar la quimioterapia se liberan citokinas desde el epitelio; en concreto, la interleukina-1 (IL-1) y el factor alfa (α) de necrosis tumoral y quizás la interleukina 6 también. La interleukina-1 incita una respuesta inflamatoria, aumentando la vascularidad epitelial con un consecuente aumento de las concentraciones locales de agente citotóxico. El factor α es capaz de causar daño tisular y puede ser un elemento acelerador e iniciador en el proceso de mucositis. La respuesta inflamatoria/vascular no es probablemente tan específica a ciertos citostáticos como sí lo es la fase epitelial.

2. Fase epitelial. Es probablemente la mejor documentada. Suele comenzar a los 4-5 días tras la administración de agente citotóxico. Es probable que el marcado eritema observado en muchos pacientes, tras la administración de quimioterapia, sea una combinación de una vascularidad aumentada y una reducción del grosor del epitelio. Los citostáticos que afectan a la síntesis de DNA (la fase S del ciclo celular) parecen tener una mayor impacto sobre las células en división del epitelio oral basal, produciendo: reducción en el recambio celular, atrofia y ulceración. La ulceración se exacerba por el trauma funcional y se amplifica por una producción local de citokinas.

3. Fase de ulceración y bacteriana. La fase de ulceración es la más sintomática y compleja; presenta la oportunidad a factores intrínsecos y extrínsecos de interaccionar. Es el momento en el que la mucositis tiene mayor repercusión en el bienestar del paciente. Cuando la ulceración se observa, normalmente una semana tras la administración de la quimioterapia, se aprecia la neutropenia; la severidad de la misma es mayor, casi siempre, a los 14 días de iniciar la quimioterapia y 3 ó 4 días después del pico máximo de la mucositis. La colonización bacteriana de la ulceración mucosa es un hallazgo común que puede llevar a una infección secundaria y a un reservorio para poder llevar posteriormente a una infección sistémica. La flora oral de los pacientes neutropénicos difiere de la de los pacientes sanos, siendo rica en organismos Gram negativos, además del típico Streptococco α-hemolítico . El resultado es un flujo de endotoxina (lipopolisacáridos) al tejido submucoso donde es probable que interaccione con las células del tejido mononucleares causando la liberación de IL-1 y factor de necrosis tumoral (TNF) y la producción de óxido nítrico, todo lo cual juega un papel amplificador en la herida local mucosa del paciente. Es bastante posible que los factores de transcripción jueguen su papel en modificar la expresión genética de las citokinas y enzimas que son críticas en producir daño tisular. Esos factores como la NF-kappa B, aumentan el índice de transcripción genética y por ello, el del mensajero de RNA y producción proteica.

4. Fase de curación. Consiste en la renovación de la proliferación y diferenciación epitelial, normalización de los recuentos periféricos de los leucocitos y restablecimiento de la flora microbiana local. La incidencia de la mucositis oscila entre un 12% y un 40% (para pacientes que recibieron quimioterapia adyuvante) y el 100% (para pacientes que recibieron radioterapia). La mucosa no queratinizada es la que se afecta con mayor frecuencia. La mucosa bucal, labial y del paladar blando, junto con la cara ventral de la lengua y el suelo de la boca, son las zonas más afectadas. Las lesiones no se extienden más allá de la boca. No todos los pacientes presentan el mismo riesgo de sufrir mucositis asociada a un determinado tipo de quimioterapia. Los factores que influyen en la frecuencia y la gravedad de este tipo de complicaciones se pueden agrupar en relacionados con el propio paciente y relacionados con el fármaco. Los primeros incluyen la enfermedad, el tipo de neoplasia, la edad y salud dental antes del tratamiento y durante éste, así como el estado nutricional del paciente y el mantenimiento de su función renal y hepática.

Los pacientes portadores de enfermedades hematológicas (por ejemplo: leucemia, linfoma) presentan problemas orales con una frecuencia dos o tres veces superior a la de los pacientes con tumores sólidos. (Lockart PB, Sonis ST.,1979, 21-28) Esto probablemente se debe a que estos pacientes padecen un estado de mielosupresión funcional como consecuencia de su enfermedad. Los pacientes jóvenes tienen mayor propensión a las complicaciones orales que los enfermos mayores. Mientras que el 90% de los pacientes con edades comprendidas entre 1 y 20 años presentan problemas orales tras la administración de quimioterapia, (Lockart PB, Sonis ST., 1979, 122-128), sólo el 18% de los pacientes de edad superior a los 60 años los presentan. Esto se debe, en parte, a la elevada incidencia de enfermedades hematológicas en pacientes jóvenes. Sin embargo, cuando la incidencia de mucositis se analiza en pacientes portadores de las mismas enfermedades y sometidos al mismo régimen de quimioterapia, persiste la diferencia. Ello se puede explicar por el hecho de que el recambio celular está disminuido en los pacientes de edad avanzada. Además, el número de mitosis del epitelio basal es superior en los pacientes jóvenes que en los mayores. Hay otros autores, que en cambio, encontraron mayor frecuencia de mucositis en pacientes mayores, lo cual contrasta con otros dos estudios previos de estos autores en los que no encontraron una asociación significativa entre la edad del paciente y la severidad de la mucositis. Estos mismos autores también encontraron menos mucositis en pacientes fumadores.

Los pacientes con precaria salud dental, especialmente en caso de enfermedades periodontales o pulpares previas, están sometidos a un mayor riesgo de sufrir infecciones orales en condiciones de mielosupresión inducida por la quimioterapia. Las variables del tratamiento influyen asimismo en la frecuencia y gravedad con que los pacientes desarrollan problemas. Probablemente, a este respecto el factor aislado de mayor trascendencia sea la elección del fármaco. A pesar de que la estomatotoxicidad constituye un efecto colateral propio de muchos tipos de quimioterapia, los distintos fármacos difieren significativamente en su capacidad para ocasionarla. En muchos casos, la estomatotoxicidad es un efecto dosis-dependiente. Este efecto puede reducirse administrando el fármaco de forma fraccionada, en lugar de hacerlo en bolo. Finalmente, un tratamiento concomitante como la radioterapia,

aumenta la frecuencia y la gravedad con que los pacientes desarrollan complicaciones orales en respuesta a la quimioterapia. Estas alteraciones y su gravedad van a depender de la combinación de antineoplásicos utilizados, la forma de aplicación y la dosis total. Existe una amplia variedad de fármacos capaces producir estomatotoxicidad directa entre los que se encuentran el 5-fluorouracilo, el metotrexate, la ciclofosfamida, la vincristina o el cisplatino; aunque otros autores no piensan que produzca mucositis oral este último.

Figura 2. Vincristina. (Derwent Discovery)

2.-Alteraciones dentales.

Se ha observado que la quimioterapia tiene efecto sobre los dientes que están en formación en los niños. Lo que se ha observado es que el empleo de la misma en niños no produce ni más caries ni más maloclusiones (overjet, overbite, mordida abierta) que en población general; sí que se ha observado que aumenta la hipodontia y la hipoplasia y la microdoncia ; se ha resaltado, que si existe hipodontia, se ha de tener presente la posibilidad de realizar tratamiento ortodóncico, considerando siempre que pueda haber mayor riesgo de reabsorción radicular.

Sin embargo otros estudios sí que hablan de que los niños que tuvieron cáncer son más susceptibles a enfermedades dentales que los niños sanos, Overjet y overbite. ya que estos autores observaron: descenso del pH salival, aumento de la lisozima  salival, aumento de Lactobacillus, aumento de Streptococcus mutans, (Liébana Ureña,2002,351) aumento de algunas inmunoglobulinas.

Figura 3. Overjet y Overbite. (Overbite)

Otros estudios hablan de que la quimioterapia provoca morfología atípica de las raíces dentarias de modo que si el niño es menor de 5 años se verán afectadas las raíces de los premolares superiores e inferiores, mientras que si el niño es mayor de 5 años se podrán ver afectadas las raíces de caninos, premolares y molares superiores o inferiores.

Algunos estudios han observado que los niños que recibieron quimioterapia en el periodo de formación de los combinación de antineoplásicos utilizados, la forma de aplicación y la dosis total (Bonnnaure-Mallet M, Bunetel L, Tricoy-Doleux S, Guérin J, Bergeron. C, LeGalll E., 1998,599.602). Existe una amplia variedad de fármacos capaces producir estomatotoxicidad directa entre los que se encuentran: 5-fluorouracilo , metotrexate, bleomicina , actinomicina-D, dactinomicina ,adriamicina, daunorubicina, vinblastina,doxorubicina , epirubicina ,ciclofosfamida, vicristina , arabinósido de citosina , tiotepa, cisplatino; aunque otros autores no piensan que produzca mucositis oral el cisplatino.

3.-Alteraciones en las glándulas salivales.

La xerostomía constituye un efecto colateral frecuente en determinados tipos de quimioterapia y acelera la aparición de mucositis . Normalmente, es transitoria y reversible, al contrario que la inducida por radioterapia. Suele ir precedida de una sensación de gusto metálico y una disgeusia posterior. Al avanzar el cuadro, aparecen dificultades en la masticación e incluso en el habla.

Se ha observado que los fármacos quimioterápicos producen una xerostomía transitoria, ya que se ha visto que en estos pacientes se produce un descenso en el flujo salival y un aumento de las inmunoglobulinas A salivales. Algunos autores  señalan un descenso en la secreción salival asociado a los antieméticos para el tratamiento de los efectos indeseables de la quimioterapia y no asociado al empleo del citostático en sí; estos autores encontraron que los pacientes con baja secreción salival tenían mayor número de levaduras y más frecuencia de candidiasis (Liébana Ureña, 2002, 478); no encontraron relación entre secreción salival y el número de cepas de microorganismos Gram negativos. Se ha observado que tras la quimioterapia, el flujo y la calidad de saliva mejoran conforme se recupera la médula ósea.

4.-Alteraciones nerviosas.

Los alcaloides de las plantas, especialmente la vincristina, pueden dar lugar a fenómenos de neurotoxicidad, que se manifiestan como dolor dental de instauración brusca, afectando preferentemente la región molar de la mandíbula en ausencia de patología odontológica. Este dolor desaparece una vez suprimido el fármaco.

5.-Alteraciones en la dieta.

Desde el punto de vista clínico, los pacientes presentan dolor como consecuencia de su mucositis y ulceración. Generalmente las lesiones son discretas al principio, pero con frecuencia progresan dando lugar a áreas confluyentes de ulceración; ello conlleva la subsiguiente pérdida funcional, especialmente de la capacidad para comer.

La disminución de la ingesta nutricional secundaria a la mucositis puede agravar esta complicación, dado que la desnutrición y la privación proteica dan lugar a una disminución generalizada de la migración y del recambio celular. El paciente presenta un estado general deficiente y con frecuencia es incapaz de dormir como consecuencia del dolor en la boca; si este estado se mantiene y no se soluciona, repercute en el curso del tratamiento quimioterápico pudiendo tener que ser anulado o pospuesto y por supuesto, en la calidad de vida del paciente.

Figura 4 . Mucositis por quimioterapia. (Salud)

 

6.-Infecciones.

Las infecciones que pueden producirse en la cavidad oral se producen por un mecanismo de toxicidad indirecta del citostático, es decir, la estomatotoxicidad indirecta es el resultado del efecto de la quimioterapia sobre una población celular distinta a la de la mucosa oral.

Las células diana más significativamente afectadas son en este caso las de la médula ósea. Las complicaciones orales asociadas a este efecto se hacen notar cuando los recuentos hemoperiféricos del paciente alcanzan sus valores más bajos, lo que frecuentemente sucede a los 12-14 días de administrada la medicación. Las dos formas más comunes de estomatotoxicidad indirecta son la infección y la hemorragia. La anemia, la leucopenia y la trombopenia son el resultado de las alteraciones que se originan en la médula ósea, de las cuales las dos últimas son las más importantes para nosotros por su repercusión oral. Niveles de linfocitos y/o neutrófilos menores de 100 mm3, aumentan el riesgo de infección.

En el paciente canceroso en estado de granulocitopenia, la boca constituye el foco de sepsis identificado con mayor frecuencia. Con la granulocitopenia se pierde el control sobre los microorganismos exógenos, así como se experimenta un aumento de los endógenos hasta que adquieren el carácter de patógenos. Se considera que por debajo de 500 granulocitos/mm3 es prácticamente segura la infección. Es muy importante valorar el estado de la función mieloide en este tipo de enfermos (Sonis AL, Tarbell N, Valachovic RW, Gelber R, Schwen M, Sallan S.,1990, 2645-52) pues, aún en los casos con menos de 500 leucocitos, los tejidos orales parecen normales al estar disminuidos los fenómenos inflamatorios de respuesta a los microorganismos y si se realiza un tratamiento en estas condiciones, puede aparecer una septicemia. En su mayoría, las infecciones orales son de origen bacteriano, a pesar de que las infecciones fúngicas y víricas son asimismo relativamente frecuentes. La intensidad y duración del estado de granulocitopenia suelen determinar la incidencia y la gravedad de las infecciones. A pesar de que la mayoría de infecciones son producidas por la flora normal, durante la fase de mielosupresión la flora de la boca experimenta un cambio, pasando a estar constituida básicamente por gérmenes gramnegativos (entre los organismos frecuentemente aislados se encuentran Klebsiela, Serratia, Enterobacter, Escherichia coli, Pseudomonas y Proteus). La mayor parte de las infecciones fúngicas son por Candida albicans, responsable casi en el 90% de los casos; es más rara la presencia de otros tipos de hongos, aunque se han descrito infecciones por Cryptococcus neoformans, Histoplasma capsulatum y Aspergillus. Las infecciones víricas suelen ser por herpes simple o varicela. La granulocitopenia, además de motivar Granulocitopenia frecuentes infecciones, origina también las denominadas  ulceraciones neutropénicas; se trata de soluciones de continuidad de la mucosa, blandas al tacto, con una base cubierta por exudados blanquecinos de tipo necrótico, siendo patognomónico su escasa reacción inflamatoria perilesional. Suceden cuando el nivel sanguíneo de neutrófilos oscila entre 100 y 500/mm3 y desaparecen cuando se remonta esta cifra.

Las infecciones bacterianas de la boca pueden afectar tres áreas: las encías, la mucosa y los dientes. Este tipo de complicación es muy importante pues el potencial de infección por bacterias es grande al encontrar las barreras mucosas rotas por la lesión de las células epiteliales bucales. Dado que, en el paciente en estado de mielosupresión, los signos habituales de inflamación y, por ende, de infección están ausentes, el diagnóstico se basa en la presencia de lesiones bucales junto con dolor y fiebre. El aislamiento de un germen mediante cultivo a partir de un frotis local, junto con un hemocultivo positivo, confirmará el diagnóstico, si bien las exotoxinas y endotoxinas de las bacterias de la cavidad pueden provocar fiebre, en ausencia de hemocultivos positivos. Las encías constituyen un asentamiento frecuente de infecciones, especialmente en

Figura 5. Granulocitopenia. (Leukemiapic)

pacientes con patología periodontal previa. (Reynolds MA, Minah GE, Weikel DS, Wlliams LT, Overholser CD, DePaola LG, 1989, 185-189).

La infección de esta zona se presenta en forma de gingivitis necrotizante. Estos pacientes presentan necrosis dolorosa de la región marginal y papilar de las encías, generalmente en su inicio localizada alrededor de uno o dos dientes para posteriormente extenderse en sentido lateral. La fiebre y las adenomegalias son fenómenos acompañantes. La arquitectura papilar normal queda abolida y en su lugar aparece una pseudomembrana blanca de necrosis.

Las infecciones orales por hongos son frecuentes en el paciente canceroso en fase de mielosupresión. Tienden a constituir infecciones superficiales de la mucosa oral por Candida albicans, organismo que se encuentra presente en aproximadamente el 50% de la población normal.  La infección oral por Candida produce necrosis superficial con amplia variedad de manifestaciones clínicas; se manifiesta en cualquiera de las formas clínicas habituales en la cavidad oral: pseudomembranosa, eritematosa aguda o crónica, hiperplásica y queilitis angular. Los pacientes portadores de prótesis móviles pueden desarrolllar debajo de las mismas, Candidiasis oral. infecciones extensas en forma de máculas eritematosas y dolorosas. El hecho de mayor trascendencia clínica de la moniliasis oral es su potencial de diseminación hacia el esófago y los pulmones.

Raramente, los pacientes presentan fiebre cuando la infección candidiásica queda limitada a la boca. El diagnóstico se basa en el aspecto clínico de las lesiones, la facilidad para eliminar por raspado su superficie necrótica y los frotis con hidróxido de potasio que ponen de manifiesto la presencia del germen.

Las dos infecciones víricas más frecuentes de la boca en el paciente en fase de mielosupresión son las causadas por el virus del herpes simple y el virus de la varicela-zoster (Liébana Ureña,2002, 419). Las lesiones del herpes simple son lesiones recidivantes, crónicas y de carácter marcadamente atípico. Las ulceraciones se presentan sobre todo en paladar y encías (mucosa queratinizada), mostrando unos márgenes sobreelevados irregulares y blanquecinos. Tienen un aspecto crateriforme, son muy dolorosas y tardan mucho en curar. El diagnóstico, además de por la clínica, lo realizaremos por el cultivo viral a partir de un frotis de las lesiones orales.

Figura 6. Candidiasis oral. (Oral candidiasis)

El herpes simple puede dar lugar a la infección primaria en pacientes que no habían tenido previamente ningún contacto con el virus o bien infección secundaria a partir de la reactivación del virus latente en los ganglios nerviosos regionales. La infección primaria da lugar a un complejo sintomático oral, caracterizado por gingivitis de instauración brusca, presencia de vesículas en la mucosa. Generalmente, este cuadro va precedido de una fase prodrómica de malestar, anorexia y fiebre. La boca es muy dolorosa. Puede producirse hemorragia gingival y existir fetidez de aliento. Las infecciones secundarias por herpes dan lugar a vesículas aisladas, en agrupaciones prioritariamente por fuera de la cavidad oral o bien a nivel o por dentro de la confluencia mucocutánea.

Estas infecciones tienden a ser recidivantes. A pesar de que es rara en el individuo normal, la infección herpética recidivante intraoral puede darse en el sujeto en fase de mielosupresión y se caracteriza por la presencia de grupos de pequeñas vesículas, habitualmente localizadas a nivel del paladar duro. Estas

vesículas con frecuencia se rompen, dejando úlceras puntiformes cruentas, abiertas, poco profundas y dolorosas. Las infecciones por varicela-zoster son relativamente infrecuentes en el paciente canceroso y se deben a la activación del virus a partir de la raíz ganglionar posterior. Los pacientes presentan lesiones vesiculares dolorosas unilaterales, que generalmente siguen la distribución de una de las ramas del trigémino.

Figura 7. Virus varicela-zoster. (Varicela)

 

7.-Hemorragias orales.

Se deben a la mielodepresión que da origen a alteraciones plaquetarias, aunque a veces en determinadas terapias, se produce toxicidad hepática que puede alterar la síntesis de algunos factores de coagulación. Clínicamente pueden manifestarse como petequias, equímosis, hematomas o hemorragias difusas (Dreizen S, McCredie KB, Keating J., 1984,494-498).

La trombocitopenia predispone a la hemorragia en la cavidad bucal. Se puede producir una hemorragia en cualquier zona de la boca, pero generalmente se debe a un traumatismo o a enfermedad periodontal previa. Un traumatismo menor de la mucosa puede dar lugar a la formación de un hematoma o a una hemorragia franca. Aparecen en las zonas más expuestas a traumatismos masticatorios como son los labios, la lengua y las encías, siendo necesarias para controlarlas las transfusiones plaquetarias. Generalmente, la formación de hematomas es rara con recuentos plaquetarios por encima de 25000/mm3.En los pacientes con trombocitopenia más profunda se producen hematomas en la cavidad oral con relativa facilidad y poseen importancia clínica por dos razones: 1) El hematoma puede actuar como asentamiento de una infección secundaria, especialmente cuando hay soluciones de continuidad en la mucosa, y 2) la hemorragia submucosa continuada a nivel subgingival puede dar lugar a la elevación de la lengua y ulterior compromiso respiratorio.

La hemorragia gingival espontánea es infrecuente con recuentos plaquetarios por encima de 20000/mm. Otros autores apuntan una cifra de 40000 plaquetas/mm3, por debajo de la cual existe sangrado en pacientes con leucemia tratados con quimioterápicos.


Bibliografía:

Vincent T, DeVita J. 1988. Principios de quimioterapia. En: Vincent T, DeVita J, Hellman S, Rosenberg SA, eds. Cáncer. Principios y práctica de oncología. Barcelona: Salvat; , 1880-5.

Guggenheimer J, Verbin RS, Appel BN, Schmitz J. .1977. Clinicopathologic effects of cancer chemotherapeutic agents on human buccal mucosa. Oral Surg; 44: 58-63

Lockart PB, Sonis ST., .1979. Relationship of oral complications to peripheralblood leukocyte and platelet counts in patiens receiving cance rchemotherapy. Oral Surg ; 48: 21-8.

Sonis AL, Sonis ST. .1979-3. Oral complications of cancer chemotherapy in pediatric patients. J Pedo : 122-8.

Bonnnaure-Mallet M, Bunetel L, Tricoy-Doleux S, Guérin J, Bergeron C, LeGalll E.,.1998. Oral complications during treatment of malignant diseases in childhood: effects of tooth brushing. Eur J Cancer : 1588-91.

Sonis AL, Tarbell N, Valachovic RW, Gelber R, Schwen M, Sallan S.,.1990. Dentofacial development in long-term survivors of acute lymphoblastic leukemia. Cancer ;: 2645-52.

Dreizen S, McCredie KB, Keating J. .1984 - 57.Chemotherapy-associated oral hemorrhages in adults with acute leukemia. Oral Surg : 494-8.

 

Liébana Ureña. 2002. Microbiología oral. Madrid: Interamericana.


 

Apéndice biográfico:

 

Hipócrates: 460 a.C.,isla de Cos –(370 a.C., Tesalia), medicina, Tratado del pronóstico y de Aforismos.

 

Glosario:

Adenoegalia: Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos que hace que se hagan palpables cuando asientan en lugares accesibles a la vista (submandibulares, cervicales, supraclaviculares, inglinares y axilares).

Cisplatino: Fármaco que contiene platino en su estructura. Actúa inhibiendo la multiplicación de las células tumorales

Citostáticos: Fármacos capaces de inhibir el crecimiento desordenado de células, alterar su división celular y destruir las células que se multiplican rápidamente.

Disgeusia: Alteración en el sentido del gusto.

Equimosis: Nombre técnico médico, para denominar un moretón.

Epipodofilotoxinas: Molécula inhibidora de la acción de la topoisomerasa II, una enzima crucial para la síntesis del ADN.

Granulocitopenia o neutropenia: Disminución aguda o crónica de granulocitos en la sangre que puede conllevar infecciones.

Hidroxiureas: Supresión de la médula ósea.

Hipodontia: Tener menos dientes que lo habitual.

Hipoplasia: Desarrollo incompleto o detenido de un órgano o parte de este. Aunque el término no es usado siempre con precisión, se refiere exactamente al número de células inadecuado o por debajo de lo normal.

Hiposiaria o xerostomía: Sensación subjetiva de sequedad de la boca por mal funcionamiento de las glándulas salivares.

Microdoncia: Tamaño menor de lo normal de los dientes.

Mitoxantrona: Fármaco de quimioterapia anticanceroso.

Moniliasis o candidiasis oral: Grupo de infecciones causada por un hongo e Asia. oportunista que puede tener expresión cutánea, gastrointestinal, sistema respiratorio y genitales del género Candida, de los cuales Candida albicans es la más frecuente.

Neuropenia: Cifra de leucocitos inferior a 4 x 10/ L.

Petequias: Lesiones pequeñas de color rojo, formadas por extravasación de un número pequeño de eritrocitos cuando se daña un capilar. Las anormalidades de las plaquetas o de los capilares se suelen asociar con petequias.

Procarbocina: Medicamento anticancerígeno.

Trombopenia: Cifra plaquetaria inferior a 150 x 10/ L.

Vascularidad: Disposición de los vasos del cuerpo. Existencia anormal o patológica de vasos en una parte del cuerpo.

Vinca: (del latín vincire "sujetar, trabar") Género de cinco especies de la familia de las Apocynaceae, nativa de Europa, noroeste de África, sudoeste d


ÍNDICE ANALÍTICO:

 

Hipócrates-1

Hipodontia-5

Hipoplasia-5

Hiposialia-2

Histoplasma capsulatum-8

 

I

 

Interleukina-3

 

K

 

Klebselia-8

 

L

 

Lactobacillus-6

 

M

 

Mecloretamina-1

Metrotexate-5,6

Microdoncia-5

Mielodepresión-10

Moniliasis-9

 

N

 

Necrosis-1

   -necrotizante-8

Neoplasia-1

Neutropenia-3

 

O

 

Overbite-6

Overjet-6

 

P

 

Periodontal-4

Procarbacina-1,10

Pseudomembrana-8

Pulpar-4

 

Q

 

Quelitis angular-9

A

 

Adenomegalias-8

Adriamicina-6

Aplasia-1

Aspergilus-8

 

B

 

Bleomicina-6

 

C

 

Cáncer-1

Candidiasis-6,9

Citokinas-3

Ciclofosfamida-5,6

Citostático-1,3,7

Cryptococcus neoformans-8

 

D

 

Dactinomicina-6

Daunorubicina-6

 

E

 

Endotoxina-3

Enterobacter-8

Epipodofilotoxina-1

Equimosis-10

Escherichia coli-8

Estomatoxicidad-2,4,5,6,7

 

F

 

Fármaco-4

Fluorouracilo-5,6

 

G

 

Gingivitis-9

Granulocitopenia-7,8

 

H

 

Hemocultivo-8

Hidroxiurea-1

Quimioterapia-1,5

Serratia-8

Streptococco-3

   -mutans-5

Subgingival-10

 

T

 

Tiotepa-6

Trombopenia-2,7

 

V

 

Varicela-zoster-9,10

Vascularidad-3

Vinblastina-6

Vinca-1

Vincristina-5,6