En Agra, al norte de la India, y a orillas del río Yamuna, se erige la obra
cumbre de la arquitectura Mongol y uno de los edificios más bellos del mundo: el Taj Mahal.
Su construcción fue ordenada en el año 1632 por el emperador Shah Jehan,
como homenaje a la más amada de sus esposas: Muntaz Mahal, quien falleció en 1631,
en la ciudad de Burhanpur. Por tal razón también es conocido como el monumento del amor.
Se trata de una arquitectura en mármol blanco que fusiona la tradición hindú
con la persa-musulmana y que reúne las mayores riquezas del mundo.
Esta maravilla está llena de magia, pues el ladrillo forrado
de placas de mármol del que está hecha, puede cambiar de color según la luz que reciba,
lo que produce una sensación de tranquilidad inmaterial. Vale la pena visitarlo porque es
un monumento único y perfecto que nunca dejará de maravillar a la humanidad.