Vamos a comentar la táctica ingeniosa de Aníbal en Cannas que le sirvió para derrotar al poderoso e “invencible” ejército romano. Para ello hablaremos un poco del desembarco de los Barca en la Península Ibérica.
En el 237 a.C. Amilcar Barca con un ejercito, de nuevo de mercenarios (casi todos africanos), desembarcan en Gadeira (Cádiz), ciudad fenicia, por su punto estratégico territorialmente, ciudad muy rica, por eso desembarcan allí.
A. Barca busca una compensación por las terribles pérdidas sufridas por el Estado cartaginés en su anterior enfrentamiento con Roma.
A. Barca era el jefe de una facción de la alta nobleza que proponía el desarrollo en el ámbito ultramarino de un nuevo Imperio, otra facción defendía un desarrollo territorial en el Norte de África.
A. Barca se dirigió a las tierras que no estaban bajo el objetivo de los romanos.
A la Península Ibérica los cartagineses buscan las riquezas de metales en la zona sur, las minas de Río Tinto, Ciudad Real, Minas de Mureia, una tierra rica en minerales. También la Península Ibérica parece un vivero para reclutar nuevas tropas de mercenarios, la Meseta parecía que era una reserva de hombres para la guerra, para reclutarlos.
Entre el 237-229 Amilcar asegura el dominio cartaginés de Andalucía. En el 229 en Helike (Elche de la Sierra, población albaceteña) muere Amilcar. Su yerno Asdrúbal le sucede al mando de las tropas cartaginesas. Continua la expansión hacia el sur-este, en el nuevo mandato consigue Murcia y la provincia de Alicante. Se funda la ciudad que será la capital del estado cartaginés, Cartago Nova (Cartagena) en el 227-226. Se caso con una princesa hispánica.
En el 226 a.C. se firma el Tratado del Ebro con Roma. El río Ebro era la frontera entre Roma y el territorio cartaginés.
Cartago se compromete a no cruzar con armas ni propósitos militares la frontera con Roma, y Roma se compromete en las mismas condiciones.
221 a.C. asesinatote Asdrúbal.
Las tropas cartaginesas de la Península Ibérica proclaman jefe a Aníbal, hijo de Amilcar. Se convierte en el jefe de los cartagineses de la Península Ibérica
Aníbal comienza con una demostración de fuerza. En el mismo año en que sube al poder comienza una demostración de fuerza, en el 221 inicia una campaña militar contra el pueblo hispano de los olcados, provincia de Cuenca. En el 220 su campaña se dirigió contra el pueblo de los vaceos, tierras de Salamanca y Zamora. La razón de las empresas militares hacia el interior, no esta clara, se piensa que era hacer que estas expediciones de saqueo en busca de hombres y riquezas tuviera un efecto intimidatorio, si quería expandirse por fuera tendría que tener controlada la Península Ibérica. 219 se lanza Aníbal hacia Saguntum, ciudad ibérica que estaba en territorio de expansión concedido a Cartago, esto fue la chispa que encendió el inicio de la II Guerra Punica.
Siguiendo a Polibio, los historiadores además de la chispa, señalan otras causas más importantes, según Polibio la causa de las guerras son:
- El odio de los Barca hacia Roma
- La vergonzosa actuación de Roma contra Cerdeña.
La guerra es una guerra personal de Amilcar y sus hijos, de revancha. Esto es una razón novelesca, el odio de los Barca es una razón inventada.
Se piensa que la II Guerra Punica comienza por:
- la expansión de Cartago por la Península Ibérica.
- El interés que presta Roma, en un momento determinado, a los asuntos de Cartago. En el 226, año que se firma el Tratado del Ebro.
¿Por qué ahora? ¿Por qué la frontera en el Ebro y no en los pirineos?
Viene de la mano de que el interés inicial de Roma sobre la Península Ibérica es el interés de una de sus ciudades aliadas, Massalia, ciudad griega, que forma en la Península Ibérica Ampurias y Roses.
Lo que les preocupa del avance del Imperio cartaginés era Massalia, por eso se pone la frontera al Ebro, para salvaguardar las posesiones de Massalia al Noreste de la Península Ibérica.
A partir del 226 Roma solo necesita una excusa para acabar con el Imperio cartaginés en la Península Ibérica.
Las relaciones de Roma con Sagunto, hacia le 220 se supone que Roma establece un tratado de amistad entre Roma y Sagunto, no es una alianza militar, por que estaban al sur del Ebro. Por eso en el 219 el ataque de Cartago a Sagunto inicia la II Guerra Punica. Roma no tenia razones directas para atacar Cartago. Realmente Roma tenía razón a la hora de declarar la guerra a Cartago, ¿por que Roma se mantiene inactiva en los nueve meses del asedio a Sagunto?
219, después de nueve meses de asedio, Aníbal conquista Sagunto. Una de las respuestas posibles era que quería una política de hechos consumados, quería tener una excusa, la conquista de Sagunto era un motivo jurídico para atacar a Cartago y tener una justificación “legal”.
El 218 a.C. comienza la II Guerra Punica, Guerra de Aníbal.
El plan de acción militar llevo la guerra a dos lugares diferentes, la Península Ibérica y al Norte de África (territorio de Cartago).
Por eso dos cuerpos del ejército romano, uno de los cónsules, Publio Cornelio Escipion se preparo en un puerto del norte de Italia para invadir la Península Ibérica. El otro cónsul se prepara en Sicilia para invadir el norte de África, era Tiberio Sempronio Longo (cónsul plebeyo). La analítica militar echa la culpa de las derrotas romanas al cónsul plebeyo.
Este plan se viene abajo por la actuación de Aníbal. A la primavera del 218 a.C. Aníbal sale de su base de Cartago Nova y cruza toda la Península Ibérica por la costa del Mediterráneo. Cruza el Ebro en agosto, y seguramente es este paso del Ebro lo que desencadena la guerra. Somete a los pueblos de Cataluña, donde deja parte del ejército, y cruza los Pirineos. Cuando iba por el Sur de Francia, Roma se dio cuenta de que Aníbal quería invadir Italia, por esto ordena a Escipion que detenga a Aníbal en el río Rodano, donde esta Massalia. Aníbal esquiva a Escipion y cruza el río a unos cien kilómetros de la desembocadura, en septiembre del 218 a.C... El Senado renuncia a sus planes y ordena a los dos cónsules que se preparen para defender el Norte de Italia al sur del Po. Pero el Senado envía una parte del ejercito a la Península Ibérica bajo el comandamiento de Cneo Cornelio Escipion, que desembarco en Ampurias, hecho que marca el inicio de la presencia romana a la Península, septiembre del 218 a.C. Este ejercito corta los suministros que Aníbal necesitaba en Italia.
En otoño, Aníbal se dispone a cruzar los Alpes con su ejército de 60000 hombres y elefantes. Es una de las hazañas más famosas de la historia. Esta travesía dura hasta noviembre del 218, y se pierden muchos hombres y elefantes durante la travesía.
Noviembre del 218 primer encuentro con los romanos a la orilla del río Tesino. Cornelio Escipion se enfrenta a Aníbal. La batalla termina con una derrota romana. Los romanos huyen y se apostan al río Trebia.
Diciembre del 218 llega tiberio Sempronio Longo, y Escipion le aconseja que
espere a la primavera para iniciar el ataque. Pero Longo quería realizar una
gran hazaña y plantea batalla a Aníbal al río Trebia. Segunda gran derrota
de los romanos en diciembre del 218. Esta derrota sirve para sublevar las
poblaciones galas de la planicie del Po (sometida hacia poco tiempo por
Roma). Ahora Roma ha de plantear su defensa en tapar los dos caminos
naturales que Aníbal tenia para expandirse hacia el sur, la costa Adriática
y la costa Tirrena. Esto pasa al 217 a.C. Pero Aníbal cruza por el centro la
Península y al lado del lago Trasimeno atrae al Cónsul plebeyo Flaminio y
lo derrota totalmente en la batalla del Lago Tasimeno.
Aníbal no se dirige directamente hacia Roma, no quería aniquilar al Estado Romano (cosa que desmiente el odio de los Barca), sino que le devolvieran Cerdeña y Sicilia. También el plan de Aníbal era conseguir que los aliados de Roma, le abandonaran, pero no lo consigue.
En el verano del 217 se dirige a Abulia. Mientras después de la derrota de Trasimeno, Roma elige a Fabio Máximo como dictador, cosa que se hace cuando la situación es critica, en vez de dos cónsules un dictador. Roma se dedica a una estrategia de hostigamiento pero sin presentar batalla, contemporización.
La cosa cambia el 216 cuando se escogen dos cónsules de nuevo, Lucio Emilio Paulo, patricio, y Cayo Terencio Varron, plebeyo. Que terminan con la estrategia precedente. Deseosos de terminar con Aníbal, se enfrentan con el a Canae. La batalla de Cannas es famosa por el movimiento rodeante de la caballería de Aníbal, que estaba en inferioridad numérica. Por eso el dos de agosto supuso una nueva derrota total de Roma, que había perdido casi todo el ejercito.
Pero Aníbal continúa sin querer atacar Roma. Tito Livio dice “sabes vencer Aníbal, pero no sabes aprovechar la victoria”. Después de Cannas la mayor parte de los aliados de Roma la abandonan y se ponen bajo las órdenes de Aníbal, solo las del sur, las del centro se mantienen fieles. Ahora termina la primera fase de la guerra, 218-216 a.C...
La táctica empleada por Aníbal pasó a la historia como modelo militar y es estudiada en las academias militares por su innovación, atrevimiento y resultado.
Roma reunió un ejército de 80000 infantes y 6000 jinetes, compuesto a partes iguales por ciudadanos romanos y aliados itálicos. A su frente colocados Paulo Emilio y Terencio Varron, que se repartían el mando en días alternos.
Este ejército descomunal, en el que estaba la flor y nata de la aristocracia romana se dirigió al encuentro de Aníbal en la llanura de Cannas. Los contendientes tomaron posiciones mientras median sus fuerzas en algunas escaramuzas. Entre los dos cónsules romanos habían surgido diferencias, Paulo Emilio, con mayor experiencia era partidario de evitar una batalla en campo abierto, en la que la caballería cartaginesa tendría una gran ventaja. Pero Varron sabiendo que su infantería duplicaba a la cartaginesa, prefería un ataque frontal y masivo, y al corresponderle el mando el dos de agosto decidió desencadenar la batalla.
Los cartagineses contaban con un ejercitote 40000 infantes y 10000 jinetes.
Varron dispuso a sus tropas a la manera clásica romana, una línea de velites en vanguardia que precedía a la masa de la infantería pesada, formada en tres líneas consecutivas. La infantería estaba flanqueada por la caballería romana a la derecha y la de los aliados itálicos a la izquierda. Frente al despliegue romano, Aníbal dispuso una línea convexa formada por la parte más débil de su ejército, la infantería ligera ibera y celta. Aníbal sabia que no podrían oponerse a las legiones romanas, pero su idea era muy diferente.
El general cartaginés reforzó los extremos de esta línea con la infantería pesada africana, que impediría cualquier intento romano de envolver la línea cartaginesa. A su izquierda 6000 jinetes celtas e iberos, mandados por Asdrúbal, se enfrentarían a la reducida fuerza de Paulo. Mientras, los 4000 numidas del jefe de la caballería cartaginesa, Maharbal, se medirían con las fuerzas de Varron.
La infantería cartaginesa resistió el ataque de las legiones, retrocediendo lentamente hasta convertir el inicial despliegue convexo en una concavidad en la que se iban acumulando cada vez más legionarios, un embudo mortal que volvía inútil su fuerza. En las alas, la caballería de Asdrúbal derroto con rapidez a la de Paulo, dispersándola, mientras los jinetes de Maharbal acosaban a los de Varron. Los hombres de Asdrúbal atacaron por la retaguardia a la caballería romana, derrotándola. Entonces unidos a los jinetes que comandaba Marhabal, ocuparon la retaguardia de las legiones que, en su ciego impulso hacia delante, habían pasado de largo de la infantería pesada cartaginesa que ahora les atacaba por los flancos. El resultado es que ahora las legiones romanas tenían a la infantería cartaginesa atenazándoles, a la caballería cartaginesa atacándoles por la retaguardia y a la infantería pesada punica atacándoles por los flancos.
Completamente rodeadas, el ejercito romano fue exterminado a lo largo de toda la jornada. Los cartagineses no pensaron en hacer prisioneros y los romanos no se rindieron en masa. Varron escapo, pero Paulo, los cuestores de ambos cónsules, 29 tribunos militares y 80 patricios con rango senatorial se contaban entre los muertos. El desastre fue tan grande que la sexta parte del total de hombres que Roma tenia en armas en todos los frentes de sus guerras murieron en un solo día.
Aníbal no marcho contra una indefensa Roma, y este es uno de los enigmas de la Historia. Pero la batalla de Cannas paso a la Historia como modelo de estrategia militar y de cómo un ejercito bien dirigido podría derrotar oponentes superiores y mas poderosos. Aníbal ha pasado a la historia como uno de los generales más brillantes y su estrategia ha sido imitada a lo largo de la historia.
Las bajas romanas se sitúan por encima de las 30000.
Aníbal, según Polibio, planteo así la batalla, “A su izquierda, junto al río, coloco la caballería ibera y celta, frente a los jinetes romanos; inmediatamente la mitad de la infantería pesada africana y, a continuación de esta, la infantería ibera y celta. A su espalda coloco a la otra mitad de los africanos y, finalmente en el ala derecha formo la caballería numida. Aníbal hizo avanzar el centro ibero-celta hasta formar una media luna, con la intención de emplearlos en lo mas duro el choque, manteniendo a los africanos como reserva, estos iban armados como los romanos, pues habían adoptado las armas arrebatadas a los romanos en las batallas de Tesino, Trebia y Trasimeno. En cambio el escudo de los iberos y de los celtas era muy parecido, no así las espadas, pues las de los iberos podían herir lo mismo de punta que de filo, pero las de los celtas servían únicamente para atacar de tajo y contando con cierta distancia, por eso Aníbal los sitúa de forma alterna para que se complementen. Los celtas combatían desnudos, los iberos cubiertos con túnicas de lino de color púrpura.
Primero, en el planteamiento de la batalla entre las colinas y el río, forzando, por un lado, un frente estrecho donde los romanos no pudieran hacer valer su gran superioridad numérica; por otro, ideando una táctica en el que el propio empuje de las legiones de Roma fabricase la bolsa donde habían de quedar encerradas.
Segundo, en el empuje de la caballería pesada de iberos y celtas, mandadas por Asdrúbal, hijo de Lacon. Tras salvar una feroz resistencia, iberos y celtas quebraron la resistencia de la caballería romana y la dispersaron; volvieron luego, sobre la caballería aliada, que formaba el ala izquierda de Roma a la que no habían podido vencer los numidas de Maharbal y la dispersaron, en la tercera fase de su acción, dejando la persecución de la caballería romana a Marhabal, cargaron sobre la retaguardia de las legiones, causando en ella una matanza.
Y tercero, en la resistencia presentada por iberos y celtas a las legiones romanas, que les duplicaban en número, pero no podían desplegarse por lo angosto del frente de batalla. La infantería ligera de Aníbal cedió el terreno lentamente, metiendo en una mortífera trampa a los legionarios. Aníbal estimaba que su actuación constituía el centro de su estrategia, tanto que las arengo personalmente antes del combate y se hizo cargo del mando de esas tropas, dirigiendo la batalla en su retaguardia.
A pesar de la victoria Aníbal no acabo personalmente con Roma, ¿Por qué? Creo que esperaba que Roma fuera destruida por sus aliados conquistados a la fuerza, que le pagaran con la misma moneda con que Roma les pago al conquistarlos, pero no fue así y Roma mantuvo sus apoyos y pudo rehacerse y acabar con Aníbal, el hombre que estuvo a punto de destruir el ultimo gran Imperio de la Antigüedad.