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PERCEPCIÓN COGNITIVA

Villafañe y Mínguez (2) definen la percepción como el “proceso de adquisición de conocimiento”. La percepción es, por tanto, un proceso de carácter cognitivo, que se refiere al procesamiento de información procedente de nuestra memoria o del mundo exterior.

Los seres humanos percibimos estímulos , muchos de los cuales podemos reconocerlos gracias a los “conceptos visuales” que tenemos almacenados en la memoria. Pero para poder asociar un estímulo a su concepto visual, es necesario que antes el estímulo se organice. Es en este punto donde hemos de referirnos a la noción de gestalt .

Una gestalt es “una configuración no aleatoria de estímulos que se manifiesta en el acto de reconocimiento de la estructura del objeto”. Esto significa que la gestalt es una agrupación de estímulos que no responde a la casualidad o al azar. Si existe gestalt , existirá isomorfismo entre el estímulo y el concepto visual memorizado o pattern . El isomorfismo es la relación “entre un estímulo del campo visual y el mismo estímulo en el cerebro” (3) . Dicho con otras palabras, la relación isomórfica se da entre la realidad y nuestra experiencia perceptiva sobre ella.

La realidad o mundo exterior se corresponde con el concepto de campo visual, que se opone al campo cerebral. En este último tienen lugar los llamados procesos de campo , a través de los cuales los objetos consiguen una gestalt y pueden ser conceptualizados. Entre el estímulo de la realidad y la experiencia de ese estímulo conceptualizado en el cerebro hay una diferencia, que nos indica la existencia de un trabajo perceptivo, de una organización de la percepción.

La pregnancia es lo que rige esa organización perceptiva, y se refiere a la cualidad de las formas visuales que hace que el observador centre en ellas su atención por la estructura simple, equilibrada y estable. La ley de la pregnancia es la más general, derivándose de ella todas las demás:

•  La articulación figura-fondo determina qué zona se configura como figura y cuál como fondo. Por ejemplo, tenderemos a percibir como figura las zonas del campo más pequeñas o los contornos simétricos y convexos. En el caso de que no seamos capaces de distinguir entre fondo y figura, nos encontramos ante una configuración reversible.

•  La ley del cierre afirma que el observador completa, mediante un trabajo perceptivo, una figura incompleta. De esta forma, aunque un círculo no esté cerrado, lo percibiremos como círculo y no como una línea curva. El principio del cierre se impone porque es más fácil organizar así los estímulos.

•  La ley de la proximidad indica que los estímulos que están más próximos se percibirán como pertenecientes a una misma figura.

•  La ley de la semejanza dice que los estímulos semejantes tenderán a organizarse como elementos integrantes de una misma figura.

•  La ley de la buena continuidad y dirección señala que se percibirá más fácilmente una figura como independiente cuando sea estable y, por tanto, esté formada por elementos continuos e ininterrumpidos.

La ley del enmascaramiento permite afirmar que cuando una figura simple pasa a formar parte de una figura más compleja, resulta difícil entonces identificarla.

(2) VILLAFAÑE, J.; MÍNGUEZ, N. Principios de teoría general de la imagen . Madrid: Pirámide, 1996.

(3) VILLAFAÑE, Justo. Introducción a la teoría de la imagen . Madrid: Pirámide, 1996.