El absurdo es una idea comúnmente
asociada con el existencialismo. Empezando en el siglo XIX,
principalmente a través de la influencia de Soren Kierkegaard, la
religión fue habitualmente descrita como absurda debido al hecho
de no poder ser justificada por ningún tipo de principio racional.
En cambio, se consideraba que estaba basada en lo que Kierkegaard llamó
"un salto de fe". En sus discusiones sobre la conciencia, Martin Heidegger
y Jean Paul Sartre describen el ser humano como enfrentándose a
un mundo aparentemente absurdo--absurdo porque se encuentra en la encrucijada
del ser y de la nada, desconcertado por la ausencia de sentido de la condición
humana. Las ideas del absurdo de Sartre, angustia y de la indignación
son expresadas en sus obras de teatro y novelas, especialmente en Nausea
(1938; Eng. trans., 1949). Una base filosófica para el teatro moderno
del absurdo ha sido establecida por otros existencialistas, como Albert
Camus, Karl Jaspers, y Gabriel Marcel.