Existencialismo
Existencialismo, una familia
de filósofos que tienen devoción a una interpretación
de la existencia humana en el mundo que enfatiza su específico y
problemático carácter. Como movimiento consciente de sí
mismo, es primeramente un fenómeno del siglo XX, abarcando a Martin
Heidegger, Karl Jaspers, Jean-Paul Sartre, Gabriel Marcel, y Maurice Merleau-Ponty,
pero sus rasgos característicos aparecen antes, especialmente en
el siglo XIX con pensadores como Friedrich Nietzsche y Soren Kierkegaard.
Edmund Husserl y W.F. Hegel, aunque no existencialistas, son grandes influencias,
el último principalmente por la virtud de reacción contra
él.
Escuelas filosóficas
y doctrinas, oeste. Aunque a menudo visto como una revuelta irracionalista
contra la filosofía tradicional, el Existencialismo es en buena
parte un desarrollo coherente dentro de él. Por varias razones rechaza
la epistemología y el intento de cimentar el conocimiento humano.
Primeramente, los seres humanos no son exclusivamente o incluso fundamentalmente
conscientes; ellos también se preocupan, desean, manipulan, y sobre
todo eligen y actúan.
Así Heidegger considera
los objetos no primeramente como "cosas" de cognición--esto es una
característica derivada--sino como instrumentos para el uso. Merleau-Ponty
sostiene que la experiencia vivida comienza con la experiencia de uno sobre
su propio cuerpo. En segundo lugar, el sí mismo o ego, requerido
por algunas si no todas las doctrinas epistemológicas, no es un
rasgo básico de la experiencia prereflexiva. Emerge de la experiencia
de uno sobre otra gente. El ego cognitivo presupone en vez de infiere o
constituye la existencia de los objetos externos. Finalmente el hombre
no es un observador distante del mundo, sino "dentro del mundo". Él
"existe" en un sentido especial en el que las entidades como las
piedras y los árboles no lo hacen. Él está abierto
al mundo y a los objetos que hay en él. Contrariamente al punto
de vista de Descartes, sin embargo, él esta abierto a ellos sin
ningún estrato intermediario de ideas o sensaciones. No hay ninguna
esfera distinta de conciencia, sobre la base de que uno podría inferir,
proyectar, o dudar de la existencia de los objetos externos. Su reflejo
de dualismo cartesiano es una razón de por que los existencialistas
están relacionados con ser en vez de saber, y de por qué
ellos discuten esa fenomenología es también ontología.
La afirmación de que el hombre existe en este único sentido
significa que él también está abierto a un futuro
que él determina a través de sus elecciones y acciones; él
el libre. Otras entidades--piedras, árboles, tigres--tienen una
naturaleza fija o esencia que determina lo que ellos son y lo que hacen.
En contraposición, ninguna especie o individual tienen una esencia
que gobierne su conducta de tal forma como el ser humano. El hombre se
hace a sí mismo lo que es mediante sus elecciones, elección
de caminos en la vida (Kierkegaard) o de acciones particulares (Sartre).
Incluso cuando parece estar simplemente interpretando un papel "dado" o
siguiendo valores "dados" --dados por ejemplo por Dios o por la sociedad--,
él es en realidad eligiendo hacer eso, porque no hay valores dados
que puedan determinar, en y de ellos mismos, racional o casualmente las
decisiones humanas. Eso no significa que las opciones disponibles sean
ilimitadas. Su "estar en el mundo" implica que el hombre es "arrojado"
(Heidegger) a una situación específica, y no todas la elecciones
que parecen permanecer abiertas son de hecho positivas; pero cuales son
posibles y cuales no lo son no se puede saber de antemano. Los existencialistas
han deducido, creando controversia, que las elecciones de los hombres no
se pueden explicar, físicamente o por ningún otro camino,
y han rechazado el materialismo científico. También han cuestionado
que el carácter abierto del futuro y la especificidad de los individuales
y de sus situaciones eluden los sistemas filosóficos racionalistas.
Esta es otra razón por su incumbencia con el "ser". Ser contrasta
no sólo con saber, sino que también con conceptos abstractos,
que no pueden envolver totalmente lo que es individual y específico.
Desde que las elecciones humanas no pueden, desde su visión, ser
basadas racionalmente, los existencialistas no proponen, excepto accidentalmente,
una ética en el sentido de un conjunto de reglas o valores, sino
un marco en el cual la acción y la opción se trata de mostrar.
Este marco no dice qué es lo que hay que escoger, pero implica que
hay caminos correctos y equivocados en esta elección. Uno puede
ser auténtico o no auténtico (Heidegger), actuar de mala
fe o con sinceridad (Sartre)
Actuar de mala fe es por
ejemplo, seguir la manada ciegamente, o suponer que los valores otorgados,
las instituciones dadas, o el carácter de uno mismo restringe las
opciones. Es especialmente al enfrentarse a "situaciones límites"
(Jaspers) como la muerte, la lucha, culpa o ansiedad lo que hace que uno
se de cuenta de su responsabilidad como agente, así como de la única
inexplicabilidad del mundo en el que uno debe actuar. El Existencialismo
ha tenido una gran influencia fuera de la filosofía, sobre, por
ejemplo, psicología (Jaspers, Ludwig Binswanger, R.D. Laing), y
aunque es compatible con el ateísmo (Heidegger y Sartre), lo es
también con el cristianismo (Kierkegaard, Marcel)--sobre la teología
(Karl Barth, Paul Tillich, Rudolf Bultmann).
El existencialismo en sí
no supone ninguna doctrina política, pero enfatiza la responsabilidad
y su aversión hacia el conformismo y hacia cualquier libertad dañada
puede ser conductor hacia el activismo político (Sartre). Aunque
la mayoría de los existencialistas no han considerado las recomendaciones
exclusivas de "comunicación indirecta" por parte de Kierkegaads,
la importancia de las situaciones específicas y las autónomas
elecciones implica que las verdades existenciales pueden ser convenidas
en drama y ficción así como también en el discurso
filosófico directo. Las inquietudes del movimiento han inspirado
un gran conjunto de literatura imaginaria (Sartre, Camus, de Beauvoir).
A demás de esto,
la filosofía ha producido unos medios de articulación e interpretación
de estos mismos temas como distinguidos en obras literarias de todos los
períodos (e.g., Sophocles, Shakespeare, Dostoyevsky, Faulkner).
© 1994 By Encyclopædia Britannica, Inc.
Translated by ©Juan Gil Borrás