El culto a San Fermín en Pamplona es
anterior a la celebración e los Sanfermines, y su imagen
sigue siendo el eje principal sobre el que gira esta
fiesta universal. La tradición cuenta que el presbítero
Honesto llegó a la Pamplona romana en el siglo III
enviado por San Saturnino para evangelizarla, y que el
senador Firmo se convirtió al cristianismo junto con
toda su familia. Su hijo Fermín fue bautizado por San
Saturnino en el lugar que hoy se conoce como el "pocico
de San Cernin" y ordenado sacerdote en Toulouse
(Francia). Volvió a Pamplona como obispo y murió
decapitado en Amiens, lugar donde bautizó a más de 3.000
personas.
Según la tradición, San Fermín fue el
primer obispo de
Pamplona,
aunque su culto no consta documentalmente hasta el siglo
XII, importado de Amiens en cuyas letanías figuraba
desde el siglo VIII. Actualmente es co-patrón de Navarra
junto a
San Francisco
Javier
y patrón de las cofradías de boteros, vinateros y
panaderos.
Los festejos
comienzan con el lanzamiento del
txupinazo o
chupinazo (cohete) desde el balcón del
Ayuntamiento de Pamplona a las 12 del mediodía del
6 de julio y terminan a las 24h del
14 de julio con el "Pobre de mí", una canción de
despedida.