HISTORIA INTERNA

El Quenya o Alto élfico es el lenguaje más notable de la rama Amanya (N. del T.: "de Aman") de la familia de lenguajes élficos. En Aman había dos dialectos del Quenya: Vanyarin y Noldorin. Por razones históricas, en la Tierra Media sólo se usó éste último. La otra única lengua Eldarin hablada en Aman, el Telerin, podría considerarse también un dialecto de Quenya, pero normalmente se sostenía como un lenguaje separado, y no se discute aquí (ver artículo separado (N. del T.: En la página de Helge, claro)).

 Comparado con muchas otras lenguas Élficas, el Quenya es arcaico. Preservó las características más importantes el lenguaje Élfico original, inventado por los Elfos cuando despertaron por primera vez en el lago de Cuiviénen - una lengua con "muchas... palabras bellas, y muchos artificios astutos en el habla" (WJ:422). De hecho, el índice del Silmarillion se refiere al Quenya como "la lengua antigua, común a todos los Elfos, en la forma que tomó en Valinor" en Aman - como si el Quenya fuese tan parecido al Élfico Primitivo que fuera meramente una forma tardía de él, y no un nuevo lenguaje. Además el Élfico Primitivo y el Quenya pueden haber sido mutuamente inteligibles, pero no puede pensarse que fueran casi idénticos. En Valinor, la antigua lengua Élfica sufrió ciertos cambios: "Su alteración... [vino] por la creación de nuevas palabras (para cosas nuevas y viejas) y en el suavizado y harmonizado de los sonidos y los patrones de la lengua Quendian a formas que paecían más bellas a los Noldor" (WJ:20). Los sonidos b y d se convirtieron en v y l (o n) inicialmente, las vocales largas finales se recortaron, las vocales intermedias no acentuadas normalmente desaparecieron, y muchos clusters consonánticos (N. del T.: grupos de consonantes juntas) sufrieron metátesis u otros cambios, generalmente haciendo que fueran más fáciles de pronunciar. El Quenya también adoptó y adaptó algunas palabras del lenguaje de los gobernantes de Aman - los Valar, los Poderes Angélicos cuidando el mundo en provecho de su Creador. Sin embargo, los Valar en sí animaron a los Elfos a "crear nuevas palabras a su propio estilo o... traducir el significado de los nombres a las formas Eldarin corrientes" en vez de retener o adaptar las palabras Valarin (WJ:405). Se sabe que los Noldor "eran cambiantes en el habla, porque sentían un gran amor por las palabras, y siempre intentaron buscar nombres que se adaptaran mejor a todas las cosas que ellos veían o imaginaban" (Silm. cap. 5).

 En Aman, el Quenya no sólo lo hablaban los Vanyar y los Noldor, sino también lo hablaban los Valar: "Los Valar parecen haber adoptado rápido el Quenya" después de la llegada de los Elfos, y los elfos no oían por lo general su propia lengua (N. del T.: Propia de los Valar), Valarin: "En verdad se decía que a menudo los Valar y los Maiar podrían haber sido oídos hablando Quenya entre ellos" (WJ:305). Pengolodh el sabio de Gondolin dijo: "En las historias los Valar siempre se aparecen hablando Quenya en todas las circunstancias. Pero esto no puede proceder de una traducción de los Eldar, pocos de los cuales conocían el Valarin. La traducción debe haber sido hecha por los Valar y Maiar mismos. Verdaderamente estas historias o leyendas que tratan de los tiempos de antes del despertar de los Quendi, o con el pasado lejano, o con cosas que los Eldar pudieron haber desconocido, deben haber sido presentadas desde el principio en Quenya por los Valar o los Maiar cuando enseñaron a los Eldar". Él menciona el Ainulindalë como ejemplo: "Debe... haber sido desde el principio presentado a nosotros no sólo en las palabras de Quenya, sino también concordando con nuestras maneras de pensar"

 Cuando Rúmil inventó las letras, el Quenya se convirtió en el primer lenguaje en ser grabado con la escritura (Silm. cap. 6, LotR Apéndice F). Pero fuera del Bendito Reino de Aman, el Quenya nunca se hubiese conocido si no hubiese sido por la rebelión de los Noldor en la Primera Edad. La mayoría de este clan dejó Aman y fue en exilio en la Tierra Media, trayendo la lengua de los Altos-elfos con ellos. En la Tierra Media los Noldor eran grandemente superados en número por los nativos Sindar o elfos-grises, que hablaban un lenguaje claramente relacionado, pero bastante distinto. La lengua Sindarin duró mucho tiempo ya que dejó las declinaciones de casos que todavía se preservaban en Quenya, y el sonido general de los dos lenguajes difería mucho -el Quenya era mucho más vocálico que el Sindarin y tuvo una distribución muy limitada de las paradas sonoras b, d, g, que eran frecuentes en Sindarin. Como se descubrió, "los Noldor... aprendieron rápidamente el habla de Beleriand [Esto es, Sindarin] mientras que los Sindar fueron lentos para dominar la lengua de Valinor [Esto es, Quenya]". Veinte años después de la llegada de los Noldor a la Tierra Media, "la lengua de los elfos-grises fue la más hablada incluso entre los Noldor" (Silm. cap. 13). Cuando el Rey Thingol de Doriath aprendió finalmente que los Noldor habían acabado con la mayoría de sus parientes entre los Teleri y robaron sus embarcaciones cuando dejaron Valinor, prohibió el uso del Quenya por todo su reino. Consecuentemente, "los Exilios tomaron a la lengua Sindar en todos sus usos diarios, y el Habla Alta del Oeste la utilizaron sólo los señores de los Noldor entre ellos. Aunque ese habla vivió para siempre como un lenguaje de conocimiento, dondequiera que habitara alguno de aquellas gentes" (Silm. cap. 15).

 Así el Quenya siempre sobrevivió, incluso en la oscura Primera Edad. De hecho, el vocabulario se expandió: Los Noldor adoptaron y adaptaron algunas palabras de otras lenguas, como Casar "enano" del término enano Khazad y certa "runa" del Sindarin certh (WJ:388, 396). Algunas palabras que ya se usaban desarrollaron nuevas y modificadas acepciones en el Quenya de los Exiliados, como urco, una palabra que en el Quenya Valinóreano se utilizaba como "cualquier cosa que causara miedo en los Elfos, cualquier forma o sombra incierta, o criatura que vagara" que se recordó en los cuentos antiguos de la Marcha desde Cuiviénen. En el Quenya de los Exiliados, sin embargo, urco se reconoció como un pariente del Sindarin orch y se usó para traducirlo; de ahí que el significado de urco no fuera simplemente "Orco" (WJ:390; la forma influenciada por el Sindarin orco también se utilizó). Cuando los Edain llegaron a Beleriand, aprendieron no sólo Sindarin, sino "también Quenya hasta un cierto punto" (WJ:410). Aunque el Quenya "nunca fue un lenguaje hablado entre los Hombres" (carta Plotz), los nombres en Alto-élfico como Elendil tuvieron mucha popularidad entre los Hombres. Túrin se dió a sí mismo el nombre en Quenya Turambar o "Amo del Destino", y su hija Nienor lloró algunas palabras en Alto-élfico antes de suicidarse (Silm. ch. 21). También hay numerosos ejemplos del Quenya que se recordado o usado por los propios Exilios Noldorin: Cuando Turgon construyó su ciudad escondida, "señaló que su nombre era Ondolindë en el habla de los Elfos de Valinor", aunque la forma adaptada al Sindarin Gondolin se convirtió en el nombre usual de la ciudad. Incluso en Gondolin, el Quenya "se había convertido en un lenguaje de libros" para la mayoría de la gente, "y como la mayoría de los otros Noldor, utilizaron el Sindarin en su habla diaria". Sin embargo, Tuor escuchó a la Guardia de Gondolin hablar "en el habla Alta de los Noldor, que no conocía". También se mantiene que "el Quenya se usaba diariamente en la casa de Turgon, y fue la lengua de la niñez de Eärendil" (UT:44, 55). Aredhel dejó Gondolin y fue capturado por Eöl, a quien ella cargó un hijo, y "en su corazón le dió un nombre en el prohibido lenguaje de los Noldor, Lómion, que significa Niño del Crepúsculo" (Silm. cap. 16). Eöl, más tarde, llamó a su hijo por el nombre en Sindarin Maeglin, pero Aredhel "enseñó a Maeglin la lengua Quenya, a pesar de que Eöl se lo había prohibido" (WJ:337).
 
 

Sin embargo, algunos pequeños cambios sobrevinieron pronto el Quenya que hablaban los Exilios, probablemente antes de que el edicto de Thingol en contra de su uso helara durante largo tiempo todos los procesos del cambio lingüístico. En una carta a Dick Plotz, Tolkien describió la declinación del sustantivo de una forma antigua del Quenya, llamada "Quenya literario". Tolkien escribió que "Hasta lo que los hombres [mortales] supieron - los sabios Numenóreanos, y los cuales (N. del T.: ?) sobrevivieron en Gondor en [la Tercera Edad] - estos fueron las formas que se utilizaban en la escritura". Pero más adelante hace notar: "La versión hablada del Quenya había cambiado hasta tal punto entre los Noldor antes de que cesara de ser una lengua de nacimiento [esto es, temprano, en el exilio]... En esta versión `coloquial' siguió siendo usada por los Elfos de origen Noldorin, pero se preservó de posteriores cambios ya que cada nueva generación lo aprendía desde cero de forma escrita". La implicación parece decir que también esta forma `coloquial' del Quenya podía usarse para escribir, y que éste fue el Quenya de los escritos del que las nuevas generaciones volvieron a aprender el lenguaje. Estos podrían ser escritos hechos por los Noldor durante su exilio, después de que su lengua hubiera divergido sutilmente del Quenya Amanian (N. del T.: de Aman) (en particular por la pérdida del caso acusativo): "Las condiciones del exilio... hicieron necesario que se escribiera de nuevo, desde cero, de memoria, muchos de los trabajos de conocimiento y canciones de antes del exilio" (PM:332). Los sabios numenóreanos pudieron haber cogido más de una de las arcaicas formas del Quenya porque estuvieron en contacto con los Eldar de Eressëa y Valinor, no sólo con los Exilio Noldorin en la Tierra Media. Hoy, la mayoría de los escritores no utilizan el Quenya literario, sino la forma Noldorin del Exilio de los Altos Elfos, el lenguaje del lamento de Galadriel (LotR1/II cap. 8).
 
 

La Primera Edad terminó con la Batalla de la Cólera. A comienzos de la Segunda Edad, algunos de los Noldor retornaron a Aman, "pero algunos vagabundearon mucho durante un tiempo por la Tierra Media" (Silm. cap. 24). Así, los hablantes nativos de Quenya seguían estando presentes en las Tierras Cercanas (N. del T.: Hither Lands). Por supuesto incluso su más acérrimo enemigo hizo un nombre en Quenya para sí mismo cuando se apareció a los Elfos en una forma bella para engañarles. Annatar, el Señor de los Dones (De los Anillos del Poder en el Silm.). Su nombre real también era Quenya, pero uno podría comprender bastante bien que a él no le gustaba: Sauron, el Aborrecido (ver el Índice del Silm.). Después, los Herreros de Eregion dieron nombres Quenya a sus más grandiosos trabajos: Narya, Nenya, y Vilya, el más grande de los Anillos de Poder, exceptuando el Anillo Único en sí.

 Sin embargo, la historia de la Segunda Edad la domina la saga de Númenor, la gran isla que los Valar dieron a los Edain. Originalmente todos los Eldar fueron amigos de los elfos, y la mayoría de ellos sabían Sindarin (aunque el habla diaria de los Númenor fue Adûnaico, una lengua humana). Se nos dice que "los maestros del conocimiento entre ellos aprendieron también la lengua de los Altos Eldarin del Reino Bendito, en el cual muchas historias y canciones se conservaron desde el principio del mundo... Así que vino a pasar que, además de sus propios nombres, todos los señores de los Numenóreanos tuvieron también nombres Eldarin [Quenya y/o Sindarin]; y lo mismo ocurrió con las ciudades y sitios hermosos que encontraron en Númenor y en las costas de las Tierras Cercanas" (Akallabêth). Los ejemplos de los nombres Quenya en Númenor incluyen Meneltarma, Armenelos, Rómenna y el nombre Númenor en sí mismo. Todavía el hecho sigue siendo que "el Quenya no fue una lengua hablada en Númenor. La conocieron sólo los instruidos y las familias de alta descendencia, a los cuales se les enseñó desde una edad temprana. Se usó en documentos oficiales que se escribieron para preservarse, como las Leyes, y el Pergamino y los Anales de los Reyes..., y usualmente en trabajos de conocimiento más recónditos. También se utilizó ampliamente en la nomenclatura: los nombres oficiales de todos los lugares, regiones, y características geográficas de la tierra tuvieron forma Quenya (aunque normalmente tuvieron también nombres locales, generalmente con el mismo significado, en Sindarin o Adûnaico [Numenóreano]). Los nombres personales, y especialmente los nombres oficiales y públicos, de todos los miembros de la casa real, y de la Línea de Elros en general, se daban en forma Quenya" (UT:216). Los reyes tomaron nombres en Quenya porque el Alto Élfico era "la lengua más noble del mundo" (UT:218). Sin embargo, los tiempos cambiaron. Los Númenoreanos empezaron a envidiar la inmortalidad de los Elfos, y la amistad con Aman se volvió fría gradualmente. Cuando el vigésimo Rey de Númenor ascendió al trono en el año 2899 de la Segunda Edad, rompió con la antigua costumbre y tomó el cetro con un título en Adûnaico en vez de en Quenya: Ar-Adûnakhôr, Rey del Oeste. En este reino "las lenguas Élficas no se volvieron a usar, ni se permitió que se enseñaran, pero los Fieles las mantuvieron en secreto; y los barcos de Eressëa vinieron rara y secretamente a las costas occidentales de Númenor más tarde" (UT:222). En 3102 Ar-Gimilzôr se convirtió en el Rey veintitrés, y "prohibió absolutamente el uso de las lenguas Eldarin, y no permitiría que ninguno de los Eldar venir a la tierra, y castigó a los que les dieron la bienvenida" (UT:223). Efectivamente "los Reyes rebeldes proscribieron las lenguas Élficas, y sólo se permitió que se usase el Adûnaico, y muchos de los libros antiguos en Quenya o Sindarin se destruyeron" (PM:315). Sin embargo, el hijo de Gimilzôr, Inziladûn probó ser un personaje muy diferente cuando se convirtió en Rey en el 3177 (o 3175 de acuerdo con otra fuente -ver UT:227). Se arrepintió de los caminos tomados por el Rey anterior a él y cogió un título en Quenya de acuerdo con la antigua tradición: Tar-Palantir, el que alcanza a ver de lejos. Tar-Palantir "podría haber retornado de buena gana a la amistad con los Eldar y los señores del Oeste", pero ya era demasiado tarde (UT:223). A su único niño, una hija, la llamó Míriel en Quenya. Ella debió haber sido Reina Dominante después de la muerte de aquél en el 3255, pero la forzaron a casarse con Pharazôn, hijo del hermano de Tar-Palantir, Gimilkhâd. Pharazôn la tomó como esposa en contra de la voluntad de ella, para usurpar el cetro de Númenor. Evidentemente él no pudo soportar su nombre Quenya y lo cambió por Zimraphel en Adûnaico. Orgulloso y arrogante, Ar-Pharazôn desafió a Sauron en la Tierra Media. El malvado Maia astutamente pretendió rendirse, después de lo cual Pharazôn "en la locura de su orgullo le trajo como prisionero a Númenor. No pasó mucho tiempo antes de que hubiera hechizado al Rey y fuera el maestro de su concilio, y pronto hubo cambiado el corazón de los Númenoreanos, excepto el vestigio de los Fieles, otra vez de vuelta a la oscuridad" (LotR, Apéndice A). Sauron hizo creer al Rey que podría volverse inmortal si se las arreglaba para batir al gobierno de Aman de los Valar, y finalmente Pharazôn intentó invadir el Reino Bendito. Como Sauron sabía bien, los Númenoreanos nunca podrían conquistar los Poderes, y como había visto de lejos, la armada de Pharazôn fue absolutamente derrotada. Sin embargo, Sauron no vió con antelación que los Valar pudieran llamar al Uno en Persona, y que Él pudiera utilizar Su poder para cambiar la forma entera del mundo. Se quitó el Reino Bendito del mundo visible para ponerlo en el mundo de las cosas escondidas, y con él se fueron todos los hablantes nativos de Quenya menos aquellos Noldor que vagabundearon por la Tierra Media. Númenor en sí desapareció en el mar, y nunca sabremos el número de libros escritos en Quenya que se perdieron en la ruina de la Isla de los Reyes. Se le dieron nuevos nombres en Alto-Élfico a la isla hundida: Mar-nu-Falmar, Tierra (literalmente Hogar) bajo las Olas, y Atalantë, la Caída (N. del T.: No el sustantivo, sino el adjetivo).

 Los únicos supervivientes de la Caída (N. del T.: Esta vez el sustantivo) fueron Elendil, Isildur, Anárion y los que les siguieron en sus barcos. Como revelan sus nombres en Quenya, ellos eran amigos de los Elfos y no tomaron parte en la rebelión contra los Valar. En la Tierra Media encontraron los Reinos en Exilio, Arnor y Gondor. Pronto, Sauron atacó Gondor, pero fue derrotado en la Batalla de Dagorlad, y después de siete años de acoso tuvo que dejar Barard-dûr y fue asesinado por Gil-galad, Elendil e Isildur, sobreviviendo sólo éste último. Así terminó la Segunda Edad del Mundo, pero los Reinos en Exilio sobrevivieron hasta la Tercera Edad, y entre los sabios de Arnor y Gondor se preservó el conocimiento del Quenya.

 Los reyes de Arnor y Gondor utilizaron nombres en Quenya, como habían hecho los fieles Reyes Númenoreanos de la antigüedad (861 años dentro de la Tercera Edad, sin embargo, Arnor se dividió en los pequeños reinos de Arthedain, Rhudaur, y Cardolan; los Reyes de estos reinos utilizaron nombres en Sindarin). Los Administradores de Gondor también usaron nombres en Quenya hasta la época de Mardil, el primero de los Administradores Dominantes (llamados así porque no hubo ningún Rey en Gondor en el período 2050-3019 de la Tercera Edad, y los Administradores tuvieron que tomar todas las responsabilidades). Sin embargo, los sucesores de Mardil cesaron de usar nombres en Alto-Élfico. Los Administradores nunca tomaron el título de Rey, y debieron haber pensado que pudo haber presunciones por usar nombres Quenya después del comportamiento de los Reyes. Pero cuando Aragorn se coronó Rey en 3019, se llamó a sí mismo Elessar Telcontar en Quenya, siguiendo la antigua costumbre. Entonces la Cuarta Edad comenzó, y el último de los Noldor navegó desde los Refugios y dejó la Tierra Media para siempre, volviendo a Aman. Los últimos hablantes nativos de Quenya se habían ido de nuestro mundo, pero como Gandalf apuntó a Aragorn, era su deber "preservar lo que debía ser preservado" (LotR3/VI cap. 5) - incluyendo el conocimiento de los lenguajes Eldarin. Sabemos que Aragorn dio un nombre Quenya a su hijo Eldarion, quien le sucedió en el trono de Gondor cuando murió en el año 120 de la Cuarta Edad. Aunque se sabe como sobre esta Edad, puede haber pequeñas dudas sobre que mientras el reino de Gondor durara, el Quenya fuera recordado.
 
 

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©Helge Fauskanger
Translated by Esteban Machado