QUE VISITAR


El antiguo Ducado de Villahermosa comprendía las poblaciones de Castillo de Villamalefa, Cedramán, Ludiente y Villahermosa del Río. Lucena, Les Useres y Xodos, en el L'Alcatén, cuentan con un origen árabe, al igual que los primitivos asentamientos de población en los municipios de Atzeneta del Maestrat -bautizada a sí por Zanet, jefe de la tribu bereber Az-Zanata- y Vistabella del Maestrazgo. Durante el siglo XIX toda la zona fue un importante enclave de actividad carlista: Villahermosa del Río llegó a ser sede de la Diputación Carlista del Centro entre 1873 y 1875. Los moriscos introdujeron en estas tierras la explotación rural en masías y caseríos, muchos de ellos todavía en pie. Los más importantes fueron sitios de paso de los rebaños que circulaban por la Vereda Real, desde el mar hasta las tierras altas de Teruel. Llanura de Villahermosa del Río Algunas de estas masías, rehabilitadas, son actualmente una laternativa a la agricultura y la ganadería - actividades mayoritarias en estas localidades-, y se destinan al turismo. el sector servicios, vinculado a la hostelería es, desde hace unos años, su fuente emergente de ingresos. Villahermosa del Río (420 hab.)se levanta a unos 750 m sobre el nivel del mar, rodeada de una zona montañosa entre los valles de los ríos Carbó y Linares. Fue la antigua capital del Ducado. Los orígenes musulmanes de la población son evidentes en lo empinado de sus calles: situadas en las faldas de la muela orientadas de forma escalonada para aprovechar las horas de sol. Nada más entrar al pueblo encontraremos una amplia plaza en la que destaca la gran fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad, construida en el siglo XVIII. Se recomienda una visita a su interior para no perder la oprtunidad de apreciar unas excelentes tablas del llamado Maestro de Villahermosa, datadas en el siglo XIV, y el retablo de Santa Catalina, de Joan Rexach, del siglo XV. ya a la llegada a la plaza habremos reparado en el interesante conjunto de La Muela, primitivo asentamiento de la población y en donde se construyera su palacio el rey almohade Abu-Zaiyed. aun se conservan algunos restos -no confundir con el castillo de propiedad privada que se construyó sobre la vertiente en el siglo XIX- de lo que fue la muralla defensiva, la Torre del Homenaje y la capilla de la antigua iglesia. En el terreno en el que se levantaba el palacio encontraremos hoy la piscina municipal. Desde esta plaza, el discurrir por Villahermosa es un continuo descenso en el que nuestra siguiente parada, tras tomar la calle Olmos, será la plaza en la que se ubica el Ayuntamiento, en lo que antes fue la lonja y que hoy se halla totalmente remodelado. Destaca su puerta de entrada de estilo neoclásico. Llanura de Villahermosa del Río Desde aquí, y atravesando el contiguo Arco del Cura, entre calles laberínticas, bajamos hacia los arrabales tras recorrer unos 400 m. Entre las parcelas que cultivan los vecinos de Villahermosa continuaremos nuestro descenso para llegar hsta un pequeño cañon formado por el discurrir del río Carbó, que transcurre entre unas escarpadas peñas. El puente que tenemos ante nosotros es un elemto más de este bonito paraje. Su construcción es de estilo románico-gótico. Otros edificios que completan el patrimonio monumental de la población son la Ermita de San Antonio, del siglo XVI -desde la cual observaremos el enclave en el que se sitúa este municipio- y el Ermitorio de San Bartolomé, patrón de la población, construido en el siglo XVI.