Muchas leyendas se relacionan con el Castillo de Bran.


La leyenda de este castillo se basa sobre
todo en que Bram Stoker, al crear hace
ya más de 100 años su famoso libro
Drácula, lo basó, presuntamente, en la
vida de Vlad el Empalador,conocido en
Valaquia en su época, allá por el siglo
XV como Vlad Draculea (hijo del diablo).

Este castillo fue el que el escritor tomó
como referencia para emplazar la
vivienda del Drácula de ficción.
Se dice que este castillo fue propiedad de
el Conde Drácula (Vlad el Impaler), pero
no hay ninguna prueba en este sentido.
Vlad Tepes vivió sólo por un tiempo muy
corto en el castillo y sólo como invitado.









Las leyendas cuentan que Vlad era muy sadico con los turcos otomanes que caian como presos en sus
manos. Su forma de castigarles por invadir sus tierras era empalarlos y dejarlos en sitios publicos
para que se los coman los pajaros.
De aqui parte la leyenda del vampiro Dracula...las suposiciones místicas de que presuntamente ese
sanguinario personaje haya vivido allí es fruto de fanatismos excepcionales, generando un turismo de leyenda único en la región.

Otras leyendas se han ido uniendo en torno a este castillo como la de que en su interior está escondida
la cabeza de María de Sajonia, en una urna de plata, o que a través de sus innumerables pasadizos,
el flautista de Hammelin se llevó a los niños a su paso por Transilvania, donde finalmente se le perdió
la pista.