Nuestro recorrido comienza en la Calle de la Acequia, recorrida por la llamada acequia de Arriba o del Molino la cual es brazo de la acequia Madre que nace en la presa de la Dynamis.
Se alzan en esta calle importantes casas de propietarios enriquecidos por el comercio del vino que se produce a finales del siglo XIX. Una de ellas es la llamada "Casa del Enguerino", José Perez Guillem, personaje de gran prestigio en los años 30, fue jefe del Cantón Revolucionario Valenciano, republicano y masón La citada casa, sita en el número 32 de la calle, luce símbolos masónicos como los que podemos llegar a observar en los relieves existentes en su portalón de acceso.
También reseñable en la misma calle la antigua Fabrica de Harinas Civera, de principios del XX y edificada sobre el molino de San José del cual aún se conserva su maquinaria de madera.

Pedralba
      Antes de abandonar la calle de acequia y como marca última de la historia, descubrimos frente al número 57 de la citada calle la cerámica que señala la cota que alcanzaron las aguas desbordadas del Turia en la riada de 1957, señal que podemos aproximadamente cifrar en unos tres metros con veinte centímetros.
Dejando atrás la calle de la acequia nos adentramos a través de la Calle Honda que nos ofrece en su estrechez una imagen pintoresca y típica de pueblo de interior y algún detalle de muros de piedra y otros encalados que contrastan con el verde que surge de entre las macetas. Al llegar al final de la calle nos encontramos con la Rocha Almerich que nosconducirá cuesta arriba hasta la plaza del pueblo.

      Ya en la Plaza de la Constitución nos encontramos la fuente que sigue el modelo de las de los siglos XIX y XX, y a la que en su origen llegaba el agua desde la Fuente de la Canaleta. Remata la plaza el antiguo edificio de la Casa Consistorial, hoy pendiente de restauración.

Pedralba Siguiendo con nuestro caminar dirigimos nuestros pasos por la Calle de la Iglesia donde hallamos el Templo Parroquial de la Purísima Concepción. Se trata del monumento más importante de Pedralba, levantado en el siglo XVIII con portada barroca, pero enmarcada en una monumental fachada neoclásica. La torre, exenta en tiempos de los árabes, era minarete en su tramo basal. El altar mayor está presidido por la Purísima Concepción, reproducción de la destruida en la guerra civil pero conservando la cabeza de la escultura original que se encontró de forma casual en la presa del río Turia.

      Junto a la Iglesia se levanta la que hoy es Casa de la Cultura, antigua iglesia y en su origen antigua mezquita de Pedralba, enclavada en una replaza que nos abre paso a las escaleras de la calle donde precisamente aun podremos observar restos de la muralla del castillo, fortaleza que fue demolida parcialmente en 1859.La replaza donde nos hallamos nos da paso a las escaleras de la Calle de la Rocheta. Constituyen estas escaleras otro de los marcos pintorescos que nos ofrece Pedralba, y nos conducen a la parte menos transitada y la vez de mayor encanto del pueblo.

      Encontraremos rincones como "El Porche" o podremos recrearnos recorriendo calles y escaleras que nos conducen o nos pierden, según deseemos, sin mayor preocupación que el disfrutar del sosiego que entre ellas habita.

Tendremos ocasión de encontrar por entre las calles de Pedralba no pocos detalles o elementos en las casas que llamen nuestra atención: vetustos portalones de dos cuerpos que daban entrada a las casas de labranza, donde siempre la hoja de arriba permanecía abierta para el visitante, abrigados con chapa metálica claveteada que nos cuenta su edad, algún reloj de sol como el de la Calle Mayor y diversos retablos cerámicos en honor a la Virgen, a San Antonio Abad o incluso uno dedicado a las almas del purgatorio que podemos hallar en la Calle Bugarra.

Pedralba
Tendremos ocasión de encontrar por entre las calles de Pedralba no pocos detalles o elementos en las casas que llamen nuestra atención: vetustos portalones de dos cuerpos que daban entrada a las casas de labranza, donde siempre la hoja de arriba permanecía abierta para el visitante, abrigados con chapa metálica claveteada que nos cuenta su edad, algún reloj de sol como el de la Calle Mayor y diversos retablos cerámicos en honor a la Virgen, a San Antonio Abad o incluso uno dedicado a las almas del purgatorio que podemos hallar en la Calle Bugarra.

      Saldrán a nuestro paso edificios que fueron símbolo de una época y que hoy sin embargo han apagado en el olvido lo que en su día tuvieron de esplendor como es el caso del Casino o del Teatro.

      Terminaremos nuestro recorrido paseando por calles como la de San Antonio a la que popularmente se le llama Calle Quemá, calle Cervantes más conocida como Las Chumberas, la Calle de San Miguel, la de La Pista, la del Alto del Puente y otras tantas todas ellas con el sabor propio de Pedralba y de sus gentes...

      Nos habremos dejado cosas por ver, a buen seguro que no lo habremos visto todo pero es precisamente ello lo que nos invitará a volver a repetir este caminar por entre los lugares que hemos contemplado.