BIOGRAFÍA DE ROBERT LOUIS STEVENSON
 

    si es extraño, según reza el título, el asunto tratado en la novela de Stevenson, también lo son algunas de las circunstancias que acompañaron a su producción.
          Una fue su éxito. En las entrañables fiestas navideñas el género no se vende mal; y mientras estaban próximas, el 1 de noviembre de 1885, cuando el joven Stevenson presentó el manuscrito al editor londinense Longman`s, para que éste lo publicara por entregas en una de sus revistas. El astuto y poderoso empresario decidió sacar enseguida el original en forma de libro y en doble edición, pasta  rústica, esperando hacer negocio en los días antes de Navidad.
Con todo, la obra no llegó a tiempo. Los escaparates de las tiendas estaban ya repletos y hubo que esperar a hacerle sitio después de las fiestas. Por eso, "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde" no vio la luz en Londres hasta el 9 de enero de 1886. Inicialmente, la venta fue escasa. Pero en un par de semanas, el día 25 de aquel mismo mes, una elogiosa crítica en el Times de Londres catapultó a la fama el terrorífico relato. En los primeros seis meses fueron vendidos unos cuarenta mil ejemplares en Inglaterra; para fin de siglo los consumidos en Norteamérica ascendían al cuarto de millón.

         Otra circunstancia particularmente extraña en la producción de esta novela es la historia de la visión que tuvo Stevenson del tema en uno de sus sueños y de las dos versiones del escrito original, al parecer ambas elaboradas en un tiempo increíblemente corto por un hombre muy enfermo.

       La gestación de la novela tuvo lugar en la ciudad balneario de Bournemouth, donde se había instalado su autor siguiendo el consejo de los médicos. Nacido en 1850, en el seno de una acomodada familia escocesa de ingenieros constructores de faros marítimos, Robert Louis Stevenson fue un hombre de salud muy precaria. Recibió una aguda distinción de la presencia del bien y el mal operantes en el mundo, seguramente a través de narraciones y lecturas donde esas dos fuerzas contrarias tomaban vida. Así le quedaron grabadas vívidas imágenes del mal recorriendo historias de bandidos y piratas y, especialmente, en una imagen casi pura: el demonio. Su juventud fue rebelde y envuelta en polémicas familiares, en una lucha que trató de superar los severos marcos de la moralidad paterna y enfrentarse críticamente a las convenciones puritanas que regían la buena sociedad de Edimburgo. Hacia 1875 se gradua en derecho; pero por estos años su salud; siempre precaria, le ha ido orientando más al trato de la literatura que de las leyes. Será ese mismo estado de salud lo que dos o tres años más tarde le obligue a realizar viajes frecuentes fuera de su país, posibilitándole ricas experiencias en el contacto con otras costumbres y otros ámbitos. La década abierta en 1880 traerá cambios decisivos a su vida. En California contrae matrimonio con la americana Fanny Osbourne. El hecho de que ésta fuera una mujer diez años mayor que él, ya casada y con hijos, no evitó una rocambolesca relación que, felizmente para su salud se plasmó en boda, después de divorciarse Fanny de su primer marido. Cuando, cuatro años más tarde, el nuevo matrimonio se fue a vivir a Bournemouth, Stevenson no sólo estaba bien acreditado desde hacía tiempo en el mundo de las letras como autor de libros de viajes y de ensayos ("Un viaje al continente", 1878; "Viajes con una burra",1879), sino que se había apuntado ya con "La isla del tesoro" (1881) su primer éxito importante en el campo de la ficción. Pero aún no podía vivir de su pluma y dependía económicamente de la ayuda paterna.
         En esta situación, más que apurada, tuvo lugar la creación de Jekyll y Hyde, a propósito de la cual vale la pena contar algo más detalladamente lo que su autor resumió con estas lacónicas palabras:

                  Jekyll fue concebido, escrito, re-escrito, re-reescrito
                 e impreso en diez semanas.

        Fue en el otoño de1885. Desde ese año vivían Stevenson y Fanny con el hijo de ésta, Lloyd Osbourne, en una mansión residencial de Bournemouth. La casa era el presente de boda que el padre del escritor hizo a su nuera, y Stevenson le dio el nombre familiar de "Skerryvore", en recuerdo de uno de los faros que había construido su tío en las costa de Escocia. Aquella suntuosidad desazonaba al rebelde y bohemio personaje, rabiosamente antiburgués y con veleidades socialistas que era el joven Stevenson, a quien agobiaban además la incertidumbre económica de un hombre a punto de cumplir los treinta y cinco años y un estado de salud tan preocupante que apenas si podía el enfermo, por temor a la hemorragia pulmonar, abandonar momentáneamente el lecho para pasear por el jardín, ayudado de su esposa.
        Una noche los Castañitos - simpáticos e invisibles duendecillos que, según contaba humorísticamente Stevenson, solían comunicarse con él en sueños - le suministraron valiosas claves del nuevo relato, si bien en el poco confortable escenario de una pesadilla:

         Hacía mucho tiempo que estaba intentando escribir un cuento
         sobre el sentido profundo del doble ser del hombre... Luego vino
         una de esas fluctuaciones financieras... Por dos días estuve
        exprimiéndome el cerebro para dar con alguna suerte de trama;
        y a la segunda noche soñé la escena de la ventana, y la escena,
       posteriormente escindida en dos, en la que Hyde, perseguido
       por algún crimen, bebió la pócima... El resto lo hice despierto y
       conscientemente, aunque creo que puede rastrearse en mucho
       de ello el estilo de mis Castañitos.

         Parece ser que Stevenson dedicó los tres días siguientes a la noche del sueño a elaborar y terminar, en un prodigio de esfuerzo creador, el manuscrito de Jekyll y Hyde. Ante las críticas de su mujer, arrojó al fuego aquel texto y en otros tres días de trance literario escribió el definitivo.
         Fanny se percató de que la primera versión del relato no era lo suficientemente alegórica y sus argumentos terminaron por convencer al escritor. La nueva versión fue reescrita desde otro punto de vista: el de la alegoría, que era evidente y había sido omitido, probablemente por la precipitación y por la avasalladora influencia del sueño. En otros tres días estaba el libro listo para ser impreso. La cantidad de trabajo que esto implica es asombrosa. Que un inválido en las condiciones de salud del escritor hubiera sido capaz de llevar a cabo solamente el trabajo manual de poner en papel sesenta mil palabras en seis días, parece casi increíble. Sufría continuas hemorragias, y apenas si podía hablar; solía recurrir al papel y al lápiz para conversar.
         Se sospecha que en la primera versión de esta novela Stevenson se sirvió de sus experiencias personales de doble vida para describir de una manera más realista los excesos a que se libra Jekyll bajo el disfraz de Hyde.
Los biógrafos cuentan que Stevenson disfrutó inmoderadamente en su juventud, como tantos otros estudiantes, de los placeres de la vida nocturna, aunque bien pudiera ser que en más de una ocasión no pasara demasiado del voyeurismo de un artista. Y también sabemos, pues el propio autor lo ha relatado, que poco antes de escribir esta novela, había condenado a la destrucción otro original, "The Travelling Companion", después de que un editor se lo devolviera alegando que se trataba de una obra genial pero indecente. Puede ser que Fanny temiera que una descripción demasiado cruda de ciertos placeres de Hyde dañase la reputación que ya se había ganado su esposo como escritor de ensayos y narraciones para jóvenes.

        Después de1887, ya célebre emprendería un largo crucero por los mares del Pacífico Sur. Recorrió los archipiélagos durante dieciocho meses para finalmente instalarse en Upola, en las islas Samoa. Los indígenas le llamaron Tusitala (el narrador); aquí en Samoa, constituido en jefe de su numerosa familia y mezclado a la vida de los nativos escribe un grupo de narraciones ambientadas en los mares del Sur. Robert Louis Stevenson murió el 3 de noviembre de 1894 en su propiedad de Vailima  y fue sepultado tras una despedida popular en el monte Vaea. En 1896 y 1897 se publicarían dos de sus obras que no pudo terminar: "El dique de Hermiston" y "St. Ives".
 

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