En definitiva, ya no hay muchas más cosas que contar; bueno, en realidad sí las hay, pero os las iré contando poco a poco.

    Hace tiempo que perdí a Miranda, y aunque nuestra relación no era ideal (nuestras metas y propósitos divergían) tengo que admitir que le tenía bastante aprecio. Ya os contaré como sucedió todo, no es un tema que me apetezca demasiado recordar.
    Pues bien, como habreís deducido soy uno de los nuevos nacidos, es decir, que mis dones de vampiro no son demasido poderosos y tengo que ir con mucho cuidado porque soy una presa fácil. Pero no es de eso de lo que me apetece hablaros ahora sino de como mis sentimientos humanos en vez de decrecer, se han incrementado ostensiblemente. Miranda siempre decía que tenía que olvidar mi vida humana y disfrutar de mi vida como vampiro, pero ni tan siquiera hoy he conseguido aceptar lo que soy... sobre todo sigo teniendo una gran repulsión por la muerte, no por la muerte en si sino por la muerte que como vampiro que soy me toca propagar. Al principio me fue mucho más fácil, empecé a alimentarme de todos aquellos a los que más odiaba en vida, ya que según mi maestra ésta es una de las mejores formas de adaptarse al cambio. A continuación, e incluso hoy en día mayoritariamente, me alimenté de desconocidos; almas en vela que vagan por la noche en busca de algo o alguien que les de las respuestas a sus más profundas preguntas.
    Y así fuí creciendo poco a poco. El problema, que Miranda consideraba mi punto débil, eran las relaciones humanas en si. El como intentaba encontrar relaciones duraderas en aquellos que son simple alimento, y de los cuales al final hay que alimentarse. Y poco a poco me fui introvirtiendo y cada vez me sentía más solo. Miranda me decía que siempre la tendría a ella y que nosotros somos seres solitarios que no dependemos de los sentimientos que tienen los humanos.

    No sé si alguna vez os habreís sentido realmente solos. Si habreís sentido esa soledad que te carcome por dentro y te destroza por fuera. Si alguna vez os habeís sentido así, sólo entonces, os podreís hacer una mínima idea de como me sentía y de como me siento. Solo completamente, sin poder confiar en nadie; ni en los humanos porque te temen (y no les culpo por ello), ni en los vampiros porque la gran mayoría te considera una amenaza para su raza y piensa que tú, un neonato, cometerás algún error que al final tendrán que pagar ellos con un alto precio.

 
 
Anterior
3/3
Siguiente