El teatro Romano se haya ubicado en la falda de la montaña y sus gradas fueron en gran parte excavadas en la propia roca del terreno.
Construido en el siglo I, fue el primer edificio declarado Monumento Nacional en España, en 1896. Se edificó aprovechando la concavidad de la montaña y ofrece unas condiciones acústicas excepcionales para la celebración de eventos teatrales y musicales.
Tuvo Sagunto un teatro romano y un puñado de desaprensivos, que decidieron que las piedras que lo formaban estarían mejor en los portales de sus casas, y el tiempo que todo lo tranciende acabaron por dejar la colina pelada hasta que en el siglo XX se echó manos a la obra y se construyeron unas ruinas a las que algunos habitantes de hoy les habían tomado cariño y, claro, al tocar esos pretendidos vestigios romanos, un día sí otro también, las guerras intestinas que tanto temía César minan la convivencia no sólo de los saguntinos sino de legiones de defensores y detractores que no paran de lanzar cargas de profundidad contra la última y osada rehabilitación que ha devuelto un teatro a la ciudad.
Sagunto obliga al viajero a acercarse a su Teatro Romano,en el que recientemente, se llevó a cabo una obra de rehabilitación que ha dado la imagen de unidad del cuerpo escénico y el graderío, reuniendo las condiciones adecuadas para manifestaciones teatrales y culturales, como el festival veraniego “Sagunt a Escena”.
