AUTOEVALUACIÓN

Isabel Verdet Peris


El mérito de esta asignatura en mi opinión es que ha conseguido despertar algo en nosotros. Algunos la recordarán con nostalgia, otros con alivio por haberla superado y, en otros, puede incluso que su recuerdo provoque ganas de vomitar. Sin embargo, todos recordaremos este cursillo acelerado de hipertexto, que ya es más de lo que consiguen la mayoría de las asignaturas, que pasan por nuestras vidas “sin pena ni gloria”. En general, creo que la progresión de mi relación con la asignatura ha sido positiva. El contenido era totalmente nuevo y no parecía del todo fácil. No obstante, ese tipo de retos son los más difíciles pero también los que tienen una mayor recompensa. Cada tarea realizada es una prueba superada que te motiva y te hace pensar “¿ves como sí que podías?”. El problema, en mi opinión, es que esa situación apenas duraba un segundo, porque de inmediato tenías que empezar a pensar en una actividad nueva y aparentemente imposible. Personalmente, me he sentido frustrada en muchos momentos por no poder seguir lo que se decía en clase, así como saturada por la cantidad de trabajo.

Respecto a los debates que se han generado en el foro y a los que he asistido como mera espectadora, creo que la cantidad de información era excesiva. Excesiva incluso cuando los correos trataban temas morbosos, de los que en principio parecemos no saciarnos nunca. Unos y otros debates, los más pacíficos y los menos, son una muestra de los diferentes usos que se pueden hacer de las TIC (esa palabreja que tanto se ha repetido en nuestras cabezas este cuatrimestre como un martilleo incómodo…”tic, tic, tic”). Así, mientras discutíamos sobre estos usos, nosotros mismos estábamos construyendo algunos de ellos: las TIC como instrumento de comunicación y participación, de aprendizaje, etc. En referencia a las “broncas”, creo que son una muestra más de esta asimilación de las nuevas tecnologías como canal de comunicación; porque en la vida se “discute” cara a cara, por teléfono,…y ahora también por correo electrónico o a través de un foro.

Si bien es cierto que he aprendido bastante a nivel práctico, también lo es que a nivel teórico sigo tan perdida como al principio. Tengo algunas ideas en mi cabeza, pero muy abstractas e inconexas. No le encuentro sentido al examen teórico. No sé de qué puede servirnos algo que memoricemos sin haberlo interiorizado antes. Y si el examen no es teórico (según lo que entendemos tradicionalmente por teoría), ¿no es suficiente con todo lo que hemos hecho en clase? Las cuestiones que hemos comentado del dossier y las palabras de Marina me parecen bastante interesantes, pero creo que se traducirían en mejores resultados si se utilizaran para plantear un debate, ahorrándonos el “mal trago” de un examen.

¿Lo mejor? La satisfacción, sin duda. Como he explicado antes, es reconfortante llegar a hacer algo que nunca te habías planteado o que veías fuera de tus posibilidades. ¿Lo peor? Que esa satisfacción se consigue, en este caso, a costa de ratos de desesperación y de bombardear a Jose y a los compañeros con muchos (demasiados) correos. En mi opinión la solución pasa por dedicar más tiempo al mundo de las TIC a lo largo de la carrera. Con independencia de que las consideremos más o menos útiles, estas asignaturas están en el programa. Deduzco entonces que quienes elaboran el programa, con mucha más autoridad y experiencia que yo, creen que son importantes para nuestra formación. Hasta ahí de acuerdo, pero por favor sean consecuentes y valoren el tiempo que realmente requieren. De lo contrario, también será cierto en este campo eso de que el periodista sabe “poco de todo y mucho de nada”.