Título: Rosencrantz and Guildenstern Are Dead

Autor: Tom Stoppard

Editorial, año y lugar de publicación: Samuel French, London 1967

En esta obra dos personajes secundarios del Hamlet de Shakespeare, Rosencrantz y Guildenstern, se convierten en protagonistas. Estos dos personajes recuerdan poderosamente a Vladimir y Estragón, los protagonistas de Waiting For Godot, por el absurdo que domina su situación. Los destinos de Rosencrantz y  Guildenstern  parecen estar inevitablemente unidos, aunque son desconocidos tanto para el espectador como para los personajes. A lo largo de la acción, mientras asisten casi como meros espectadores al drama de Hamlet, se preguntan cual es el sentido de su existencia, qué papel deben realizar, quiénes son ellos en realidad ( su confusión llega hasta tal punto que a veces se intercambian sus nombres por descuido u olvido).

Su lenguaje oscila entre la coloquialidad del diálogo de réplica-contraréplica ("Ros:Beard! What´s the matter with you? The toenails, on the other hand, never grow at all.-Guild: Do they? It's a funny thing-I cut my fingernails ", pág 5) y el tono elevado cuando se habla de un tema de cierta complejidad, haciendose las intervenciones de los personajes considerablemente más extensas ("Guild:The scientific approach to the examination of phenomena is a defence against the pure emotion of fear. Keep tight hold and continue while thre's time [...]").

En el apéndice de la obra aparecen unas detalladas instrucciones de vestuario (así como también escenográficas, de iluminación, música y efectos). Hay que notar que el vestuario de los dos personajes protagonistas es prácticamente análogo (cambia fundamentalmente el color), lo que refuerza la idea de unión y complementariedad comentada con anterioridad.

Stoppard afirma en la "author's note" que precede a la obra: "Rosencrantz and Guildenstern Are Dead, whatever else it is, is a comedy. My intention was comic, and if the play had not turned out funny I would have considered that I had failed". Bueno, una vez leído el texto mi impresión sobre la intención cómica del autor es que es bastante matizable. El diálogo entre los personajes se me antojaba críptico en bastantes ocasiones. La comicidad no está presente a lo largo de toda la obra, es a menudo sofisticada y, probablemente, requiere de un buen conocimiento previo de Hamlet.