Título: Sopa de pollo con cebada

Autor: Arnold Wesker

Dirección: Carme Portaceli

Reparto: Pilar Martínez (Sara Kahn), Enric Benavent (Harry Kahn), Manolo Ochoa (Monty), Juanfran Aznar (Prince), Manuel Maestro (Dave), Carles Royo (Hymie), Lola Moltó (Cissie), Anna Cediel (Ada), Martín Cases (Ronnie) y Paula Miralles (Bessie).

Fecha y lugar de la representación: 16 de Diciembre de 2004, Teatro Rialto (Valencia)

 

Se trata de un montaje en el que se hace hincapié en el dinamismo físico de los personajes. Estos comienzan la obra corriendo, saltando, llenos de intensidad y la acaban en silla de ruedas (excepto el personaje de Sarah). Este proceso de degradación dinámica parece querer reflejar el proceso de degradación "espiritual" que sufren los personajes.

La otra forma de expresar esta evolución es el cambio de vestuario, que es contemporáneo al de los espectadores, no al de la época de desarrollo de la acción. La única que conserva su vestuario intacto (en el que destaca una camisa de rojo intenso, no hace falta comentar el valor simbólico del color) a lo largo de la acción es Sarah Kahn. Es una manera de reflejar la fidelidad inquebrantada a sus ideas.

El dinamismo no es exclusivo de los personajes. El propio espacio escénico se mueve. Se trata de un escenario trapezoidal, abierto por todos los costados, en el que a su vez se inserta un espacio circular giratorio (el giro no es permanente sino puntual). Sobre este espacio circular giratorio se halla una gran mesa cuadrada, que en realidad es bastante más que eso. Sirve como un escenario dentro del escenario, ya que los actores se suben en ocasiones a ella, enfatizando así sus acciones. A parte de la mesa el único elemento escenográfico son sillas, alrededor de la mesa y también repartidas aquí y allá sobre el escenario.

Hay que destacar también la inserción de canciones-parlamentos en el desarrollo de la obra. Están acompañadas de bases rítmicas musicales y, sobretodo, de coreografías de movimientos o bailes por parte del resto de personajes en escena. Los efectos sonoros también juegan un papel importante por sí mismos. No son sonidos realistas, no pretenden representar otros sonidos, sino crearlos, aumentando la tensión o la confusión de la acción. Las luces actúan de forma análoga. Aparte de los focos se utilizan unos tubos fluorescentes que se hallan sobre la "gran mesa".

La atrevida puesta en escena pareció desconcertar a parte del público, que esperaba seguramente un tratamiento más convencional. La sala superaba la media entrada. Desde mi punto de vista la propuesta, que tiene la encomiable intención de "acercar" al texto al momento actual, no llegaba a cuajar del todo.